Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Murió Oscar Moro, un emblema del rock nacional

Oscar Moro, baterista símbolo del rock argentino que aportó su vigoroso estilo a diversas bandas como Los Gatos, Seru Girán, La Máquina de Hacer Pájaros y Riff, falleció ayer, a los 58 años, en su departamento del barrio porteño de Palermo. "Hace rato que estaba mal de salud y su muerte puede haber sido producto de una hemorragia por la úlcera que tenía", confirmó su hijo Juan.


 BUENOS AIRES (Télam) -- Oscar Moro, baterista símbolo del rock argentino que aportó su vigoroso estilo a diversas bandas como Los Gatos, Seru Girán, La Máquina de Hacer Pájaros y Riff, falleció ayer, a los 58 años, en su departamento del barrio porteño de Palermo.


 "Hace rato que estaba mal de salud y su muerte puede haber sido producto de una hemorragia por la úlcera que tenía", confirmó su hijo Juan.


 Juanito Moro, de 28 años, atribuyó el estado de salud de su padre a la vida agitada que llevan los músicos, pero destacó la importancia de que haya muerto acompañado por su familia.


 En el transcurso de 2006 estuvo recluido y sin actividad musical, acompañado por su hijo y por su pareja Regina.


 La delicada situación del baterista lo marginó de una escena rockera donde por cerca de cuatro décadas su toque fue marca registrada para entender la base rítmica de un estilo musical dominado por la diversidad y las necesidades expresivas de sus hacedores.

Otro rosarino talentoso




 Nacido el 24 de enero de 1948 en la ciudad de Rosario, Oscar debutó a los 18 años tras el bombo y los parches de Los Gatos, ya entonces convertida en una agrupación fundacional del rock en español, liderada por Litto Nebbia.


 Junto a su prolífico e inspirado coterráneo, Moro se integró al efímero cuarteto Huinca con el que registró una única placa en 1972 y, enseguida, participó del trío Color Humano y apuntaló el giro más rockero de la formación.


 Pese a ese apego por la potencia rockera, el creador se asomó a una rítmica más latinoamericana y candombera para estar a la altura de la sinfónica sonoridad de La Máquina de Hacer Pájaros, proyecto que hacia 1976 lo conectó con Charly García.


 En sintonía con Charly --que valoró la precisa explosión con que Moro era capaz de rockear-- el baterista se acopló al guitarrista David Lebón y el jovencísimo Pedro Aznar para integrar Seru Girán, una de las más brillantes expresiones de la música popular en la Argentina.


 El conjunto publicó Seru Girán (1978), La grasa de las capitales (1979), Bicicleta (1980), Peperina (1981) y No llores por mí, Argentina (1982).


 Al finalizar esa experiencia, su búsqueda estética lo vinculó con Beto Satragni --mentor del combo de fusión Raíces-- para conformar un dúo que en su único disco (Moro-Satragni), planteó las bases de lo que varios años después se llamaría rock latino.


 Ante la fugaz vida del dueto, fue convocado para una de las tantas vueltas de Riff en 1985.


 El reencuentro con Pappo (con quien había compartido un tramo de la historia de Los Gatos) para realizar el álbum Riff VII, no terminó bien y abandonó prontamente el combo pesado que, debido a otras disputas internas, volvió a disolverse a la brevedad.


 Una suculenta oferta económica revivió a Seru Girán hacia 1992. Lejos de aquella gloria pero con un impacto capaz de movilizar multitudes, el sueño del regreso duró poco y Moro se dedicó a trabajar como baterista de León Gieco y Nito Mestre, entre otros cantautores.


 Luego tuvo un proyecto grupal con Revolver, que lo vinculó con Sergio Nasif, Chino Pérez, Emma Heslop y Ariel Rodríguez.


 "Lo último que estuvo haciendo fue unas clínicas de batería por el interior del país", resumió Juan sobre los recientes pasos musicales de su padre.