Apostando a la vida
El grupo "Apostar a la Vida" se formó en 1993, cuando Hugo Basílico, un paciente de Oncología del hospital porteño Ramos Mejía, le propuso a la doctora Silvia Garsd, especialista en psico-oncología, crear el primer equipo de trabajo integrado entre profesionales y pacientes oncológicos.
Bajo la idea de ayudarse a sí mismos ayudando a otros y dada su condición innata de liderazgo, Basílico supo interpretar lo que otros de los que compartían su condición sentían.
Ahora el grupo los ayuda a compartir sentimientos y vivencias similares, a mejorar su actitud, su autoestima y la calidad de vida.
"Cuando a un paciente le diagnostican cáncer, entra en un estado de desesperación y siente que se le truncan todos los proyectos", señala la doctora Garsd.
En la práctica, se toma el diagnóstico como una sentencia.
Lo que se pretende trabajar a través del grupo es un modelo de contención, reflexión y cambio, en el que se estimula la modificación de hábitos negativos para la salud, tales como el cigarrillo, la exposición al sol, el estrés, las tensiones y las presiones.
"Ocurre que sabemos que todo esto actúa sobre el sistema inmunológico", aclara la psicóloga.
Hoy concurren aproximadamente 500 personas por semana, de distintas localidades, en forma gratuita.
Centro de atención es el hospital Ramos Mejía, en la ciudad de Buenos Aires. Se reúnen allí tres veces por semana.
"En el Ramos Mejía se trabaja siempre de la mano del tratamiento médico", apunta.
También hay grupos para familiares. Cuenta, además, con cinco filiales en el interior del país, dos en Entre Ríos y otros tres en las localidades bonaerenses de Lomas de Zamora, La Matanza y Tandil.
Ir por más
Dos años después de la formación de los primeros grupos se creó un programa de salud mental implementado a través de éstos.
Así nació la Fundación Apostar a la Vida, que es una entidad de bien público sin fines de lucro, dispuesta a prestar asistencia y asesoramiento telefónico al enfermo de cáncer, a sus familiares y a sus amigos.
Posee un banco de medicamentos oncológicos disponible para la comunidad en general.
Como norma, esta fundación apoya la medicina institucional y no difunde terapias alternativas, religiones ni ideas políticas.
El objetivo que persiguen en Apostar a la Vida es que el paciente afronte su estado de salud, desde una posición positiva y no de resignación, que se transforme en un "espejo de vida" para otros enfermos.
"La gente llega con certezas y se va con posibilidades: la certeza que llega es me muero y se va con la posibilidad de la vida", indica la especialista del Hospital Ramos Mejía.
El que se cura sirve de espejo para el otro, no van al matadero ni a la muerte: van al tratamiento para curarse.
Unos 200 integrantes ya recuperados, ahora convertidos en agentes de salud, trabajan desde hace diez años en la Fundación, ayudando a la recuperación anímica de otros enfermos.
"Son verdaderos agentes de salud", define la doctora.
"Empiezan la terapia de rescate, junto conmigo y con otros psicólogos", acota.
La hipótesis con la que viene trabajando Garsd es que mejorando la calidad de vida se mejora la cantidad de vida, siendo ésta una carrera de resistencia y no de velocidad.
"El tema no es resistir tirando, haciendo fuerza, sino es resistir viviendo", sintetiza.
"El futuro es la muerte; yo ahora estoy vivo", es el lema que sintetiza el espíritu de quienes trabajan en este lugar de contención.
Dónde informarse
Para mayor información, ver en la web: www.apostaralavida.org.ar o escribir al e-mail: [email protected], a la doctora Silvia Garsd, presidente y directora científica.
En Bahía Blanca, comunicarse con Creo en la Vida, con teléfono 452-8571 y 456-4600 o al e-mail: [email protected]
Testimonios de vida
"Encontré un espacio"
En el año 2000 me diagnosticaron cáncer de mama.
Hoy, a los 48 años, estoy totalmente curada.
Me encontré con personas que estaban felices en esta vida.
Encontré que ahí tenía mi espacio.
Me sentí cómoda en la reunión porque podía decir lo que me pasaba.
Es importante dejar los miedos de lado y saber que la quimioterapia es difícil, pero no es lo peor que te puede pasar.
En definitiva, es lo que te está curando.
Empecé cambiando mi posición frente al cáncer y realmente aprendí a vivir y a mejorar mi calidad de vida.
Siempre hay algo que aprender.
El cáncer es una enfermedad importante, pero no tanto como para que yo deje de vivir por ella.
Patricia Gaikowsky
"Puedo decir que se puede"
Me diagnosticaron cáncer de riñón en 1999.
Desde que llegué a Apostar entendí que el cáncer es una enfermedad, que tiene tratamiento, que hoy los métodos son cada vez más efectivos, porque la ciencia investiga y avanza.
Pero aprendí, por sobre todas, las cosas que la actitud con la que uno enfrenta a esta patología es el porcentaje mayor de la batalla ganada.
Hoy me sirve para decirles a otros que se puede.
No fue fácil haber tenido cáncer.
Fue difícil afrontar el tratamiento, la cirugía y todo lo que el cáncer hace en nuestro cuerpo.
Pero el cuerpo tiene una capacidad de recuperación impresionante.
Si uno sana la mente hace que el cuerpo no vuelva a enfermarse.
Liliana Gambina
"Entendí que estaba viva"
Me diagnosticaron leucemia en 1995.
En ese momento la enfermedad se controlaba, pero no se curaba.
En el 2001 estaba totalmente curada, libre de la enfermedad.
Hace once años estoy en la Fundación. Llegué, como todos, cargada de muerte y de horror, sin saber qué iba a pasar conmigo, con mi familia.
Nadie me conocía la voz. Lo único que hacía era llorar.
Con el tiempo mis compañeros me hicieron entender que estaba viva y que yo era más fuerte que el cáncer.
Sara Rey
"Lo mejor que me pasó"
Me enfermé de cáncer de mama en el año 2004 y una compañera de trabajo me pasó la dirección de la fundación.
Llegué recién operada.
Fue lo mejor que me pudo haber pasado, porque venía con mucha angustia, no dejaba de llorar.
Le tenía miedo a la quimioterapia.
En Apostar me enseñaron que los tratamientos no iban a matarme a mí, sino que iban a matar los tumores.
Asumí el tratamiento bien predispuesta y no tuve efectos colaterales.
En Bahía
En nuestra ciudad, el grupo de apoyo al paciente oncológico "Creo en la Vida" agrupa, desde 1995, a personas que han pasado por un diagnóstico de cáncer, trabajando los aspectos psico-socio-emocionales.
Estos grupos son gratuitos y cuentan con coordinación especializada.
Se trabaja para:
* Ampliar las opciones de respuestas personales ante distintos hechos.
* Conservar espacios y momentos saludables, aún en situaciones complejas.
* Sumar recursos saludables y reducir o manejar mejor lo que produce tensión.
* Incorporar como concepto de aplicación diarias, el de Calidad de Vida.
* Compartir experiencias y explorar nuestras posibilidades de crecimiento personal.
Los acontecimientos difíciles de la vida, pueden transformarse en situaciones de aprendizaje. Así lo demuestran los testimonios de quienes participan, semana a semana, de los encuentros.
Las reuniones son los jueves, de 17 a 18.30, en Soler 461. Comunicarse con "Creo en la Vida", a los teléfonos 452-8571 y 456-4600 o al e-mail: [email protected]