Bahía Blanca | Jueves, 03 de julio

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Dos individuos asaltaron el locutorio de Viamonte al 2300

El locutorio ubicado en Viamonte 2310 fue otra vez víctima de un asalto durante el cual dos sujetos --uno de ellos armado con un revólver-- sustrajeron dinero en efectivo, tarjetas telefónicas, cigarrillos y una campera del encargado del local. El atraco se registró minutos a las 22 de la antevíspera, cuando en el comercio --que cuenta con diez computadoras y tres cabinas telefónicas-- se encontraban un empleado con dos acompañantes y cinco clientes.
Dos individuos asaltaron el locutorio de Viamonte al 2300 . Seguridad. La Nueva. Bahía Blanca


 El locutorio ubicado en Viamonte 2310 fue otra vez víctima de un asalto durante el cual dos sujetos --uno de ellos armado con un revólver-- sustrajeron dinero en efectivo, tarjetas telefónicas, cigarrillos y una campera del encargado del local.


 El atraco se registró minutos a las 22 de la antevíspera, cuando en el comercio --que cuenta con diez computadoras y tres cabinas telefónicas-- se encontraban un empleado con dos acompañantes y cinco clientes.


 "La puerta estaba cerrada, pero sin llave", explicó a "La Nueva Provincia" Nicolás Daniel Moon (21).


 "Entraron dos: uno se paró junto a la puerta y el otro se vino para atrás del mostrador donde esta yo, luego de haberme mostrado el arma que tenía debajo de un suéter", detalló el joven.


 "El que estaba armado me dijo que me arrodillara y sacó toda la plata de la recaudación, que serían unos cincuenta o sesenta pesos, más un paquete con tarjetas (telefónicas) que representarían otros cuarenta pesos", aseguró.


 Pero ese botín pareció no dejar satisfechos a los delincuentes.


 "Cuando se estaba yendo (el sujeto armado) también se llevó la campera que yo había dejado colgada acá", mencionó Moon, señalando un sector utilizado como cocina y que está ubicado detrás del mostrador de atención al público.


 "Incluso cuando ya volvía a irse, el que estaba junto a la puerta le preguntó si no quería llevarse cigarrillos; entonces volvió detrás del mostrador y de un manotazo tomó dos o tres paquetes, pero tiró todos los que estaban en el escaparate", señaló.


 Reunido el botín, los malvivientes se fueron del lugar caminando por Di Sarli en dirección a Vieytes.


 "Cuando se fueron nos dijeron que nos quedáramos piola, y salieron caminando tranquilamente. Uno tenía veinte o veintiún años y de contextura física como la mía y el otro era un poquito más grande y tendría veinticinco años", ejemplificó el joven que dijo medir 1,80m. y pesar 69 kilogramos.


 En el lugar, junto a Moon, había dos muchachos que lo acompañaban, ubicados delante y a un costado del mostrador; mientras que los tres clientes ocupaban algunas de las máquinas distribuidas sobre los laterales del local y los dos restantes estaban en cabinas telefónicas.

Hace dos semanas.




 "Según me dijo uno de los chicos, el que estaba junto a la puerta vestía un polar rojo, pero el que me amenazó tenia un suéter blanco y una gorra", dijo.


 Este fue el quinto hecho padecido en el local, aunque en dos ocasiones los ladrones debieron desistir de sus propósitos ante la resistencia que encontraron.


 "Hace dos años y pico que trabajo acá y anteriormente ya habían robado. A otro empleado le robaron dos veces; pero en la tercera ocasión estaba el dueño que no dejó que le lleven nada", aseguró.


 Para Moon, este fue el segundo episodio vivido en apenas dos semanas.


 "Hace catorce días entraron cuando estaba yo, pero no se llevaron nada porque me dieron pie para encarar a uno. Me había puesto una mano en el cuello y con el arma me dio un culatazo en la cabeza, pero cuando me di vuelta se fueron corriendo. En esa ocasión también eran dos, pero más chicos que éstos (por los que ingresaron anteanoche). Aquellos tendrían unos 17 años, y también vinieron alrededor de las diez de la noche", recordó el informante.


 En el robo del jueves, sólo uno de los clientes advirtió el accionar de los malvivientes.


 "El muchacho que estaba en las máquinas de juegos (a la izquierda del mostrador) los vio porque justo se levantaba, pero volvió a sentarse. El resto de los clientes no se dio cuenta", concluyó Moon.