Angie Dickinson, aquella sensual "Mujer policía"
"No se puede detener el proceso de envejecimiento. Sólo existe mucho aceite para ponerse en el cuerpo. Yo siempre traté de ir con mi edad. Si el papel es para alguien más joven o viejo, probablemente no tenga problemas con eso".
"Sin Mujer policía no hubiera tenido una carrera. El show comenzó en el mismo momento en que el movimiento de la mujer estaba despegando. Nuestro programa fue el primero que tuvo una hora en el horario principal, mostrando a una mujer profesional y fuerte. Allanó el camino para las otras series que seguirían".
Los años pasaron para Angie Dickinson, quien hoy, a los 74 años, y sin mucha pantalla, dice estar a favor de aquellos papeles que mejor reflejen su edad actual.
Para las mujeres en Hollywood más que para los hombres, el paso de los años puede cobrar un peaje muy cruel, a menudo resultante en llamados cada vez menores y elencos menos que deseables.
Pero Dickinson, para los memoriosos, siempre será la inolvidable sargento Pepper Anderson.
Los inicios
Nacida como Angelina Brown, el 30 de septiembre de 1931, en Kulm, Dakota del Norte, estuvo casada con una estrella de fútbol colegial Gene Dickinson y con el músico Burt Bacharach.
Fue una secretaria que participaba en concursos de belleza para ganarse un reloj. Ganó varios, lo que la llevó a su debut en 1954.
Con su cabello castaño y grandes ojos, primero realizó papeles edificantes, pero su voz ronca y sus piernas sugirieron un cambio a papeles más rudos y comprometidos.
Un ejemplo de esto es la combatiente medio-china contra el Vietcong que representó en la película de acción de Samuel Fuller, China Gate (1957). Aunque el papel más importante de su carrera, vino enseguida cuando representó a Feathers, una depurada heroína de Howard Hawks, compartiendo papel con John Wayne en la película Río bravo (1959).
A comienzos de los años 60 se mostraba a Dickinson como una de las más importantes jóvenes actrices, pero sus películas eran invariablemente rutinarias, yendo desde la agotada farsa sexual Jessica hasta el melodrama casi-político A fever in the blood y The sins of Rachel Cade (todo en 1961).
Luego rubia, fue utilizada meramente con propósitos ornamentales, y por consiguiente desplazada en favor de otras heroínas decorativas a medida que progresaba la década.
En 1965 cedió su lugar a Elke Sommer en El arte del amor y a Jane Fonda en Chase. Una de sus películas más recordadas de esa época fue Point Blank (1967) de John Boorman, aunque Dickinson disfrutó mucho su papel de una criminal de la época de la depresión en la película de Roger Corman, Big bad mama (1974).
Popular heroína
Su mayor éxito televisivo lo obtuvo con su serie Mujer policía (1974). Aquí una Dickinson de mediana edad, sintiéndose como en casa con roles autosuficientes, se veía sensacional y disfrutaba su heroica rutina como la seductora sargento Pepper Anderson.
Fue precursora en el lanzamiento de una heroína más racional, urbana y dura, aunque sin perder por ello belleza ni feminidad, involucrada en historias y conflictos de índole más realista y ya definidamente comprendida dentro del género dramático y de acción.
Esa oficial de policía representó claramente un ejemplo de la lucha de la mujer independiente por triunfar en un entorno eminentemente masculino, un ambiente sórdido y peligroso en el que su protagonista debía poner lo mejor de sí para vencer al mismo tiempo a los malhechores y a los prejuicios de sus compañeros de fuerza y de la sociedad, al tiempo que llevaba adelante su vida sentimental tras una relación fallida.
La serie, ganadora del Globo de Oro (1975) en el rubro mejor actriz dramática --además de siete nominaciones a los premios Emmy-, contó con un total de 94 capítulos, distribuidos en cuatro exitosas temporadas.
Ultimos trabajos
En muchos de sus trabajos posteriores, de hecho, la llamaron para que brindara su sex appeal: el más recordado (y controversial) la película de Brian De Palma Vestida para matar (1980).
Continuó representando papeles principales en películas de TV, incluyendo un giro al representar la suegra de un villano en Wild Palms (1993). También volvió como una ranchera despiadada en Even cowgirls get the blues (1994) y como la madre socialista de Lauren Holly en el remake de Sydney Pollack, Sabrina (1995). En 2000, trabajó en Cadena de favores, junto a Kevin Spacey, Helen Hunt y Haley Joel Osment.