La danza clásica perdió a la talentosa Alba Lutecia
El pasado miércoles, en la ciudad de Buenos Aires, se apagó la vida de Alba Lutecia Collo de Duyos, la creadora del Ballet del Sur y de la Escuela de Danzas de nuestra ciudad.
Maestra reconocida en el país y el exterior, a Alba Lutecia se le debe la apertura de un camino que hoy se proyecta en cada alumno de danza, en cada docente y en cada función.
Siempre afirmó que en Bahía Blanca realizó el sueño de su vida, que aquí nacieron sus grandes amistades y que el Ballet del Sur fue una obra compartida. En 1953, cuando ella inició su trabajo, en nuestro ámbito sólo existían manifestaciones incipientes y parciales de este magnífico arte.
"Mi preocupación ha sido siempre brindar una adecuada preparación técnica a los bailarines, a la vez de inculcarles una cultura general. Puse en práctica un plan de estudios aceptable, que no había todavía en el ámbito de la provincia, ni tampoco en el Teatro Colón, donde sólo se impartía francés y un poco de música. Incorporé además materias como anatomía y fisiología", indicaba Alba al evocar los principios de su tarea en el Ballet del Sur.
Las primeras clases particulares fueron dictadas por Alba Lutecia en la sede de la Sociedad Italiana (hoy Canal 7) de la calle Blandengues. A esta actividad le siguió la fundación y dirección del Seminario de danzas clásicas del Instituto Tecnológico del Sur.
Su pasión por este arte, como bailarina y docente, la estimuló a proyectar hacia la sociedad todo lo que sabía y sentía.
"¡La pasión derriba montañas! Imaginé plateas llenas de público eufórico, aplaudiendo el espectáculo de un gran ballet, que con frecuencia diera vida al hermoso Teatro Municipal, levantando su "aterciopelada cortina".
Y así nació el Ballet, que lleva por nombre la señal que anuncia, desde hace 44 años, su concepción de expandir la danza por todo el sur.