Bahía Blanca | Jueves, 26 de junio

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El cobre, el objeto más preciado

Aproximadamente unas 150 toneladas de metales se mueven mensualmente en el mercado local. El 50% de esa cantidad lo constituye el hierro, ya sea como chatarra o como piezas de rezago, un 20% el cobre, un porcentaje similar está repartido entre bronce y aluminio y el resto lo componen otros metales de menor demanda.
Crece la oferta de compra de metales. (Archivo LNP)


 Aproximadamente unas 150 toneladas de metales se mueven mensualmente en el mercado local. El 50% de esa cantidad lo constituye el hierro, ya sea como chatarra o como piezas de rezago, un 20% el cobre, un porcentaje similar está repartido entre bronce y aluminio y el resto lo componen otros metales de menor demanda.


 Los datos que surgen del relevamiento realizado por este diario entre los principales protagonistas de este peculiar mercado, muestran una tendencia al alza de los precios, fundamentalmente del cobre.


 Su precio internacional alcanzó un promedio de 148,30 centavos de dólar por libra (9,44 pesos por kilo) en el primer trimestre del año, lo que representó un aumento de 7,98 centavos de dólar (5,6%) con respecto al trimestre anterior, de acuerdo a los principales mercados de metales no ferrosos. En marzo, el promedio fue de 153,29 centavos de dólar, (9,76 pesos por kilo) valor máximo mensual en términos nominales en 16 años.


 Las causas del aumento de precio se reparten entre la creciente escasez mundial del metal, desde hace algo más de un año, y la depreciación del dólar en los mercados internacionales, que obligó a fuertes inversores a buscar refugio en los metales.


 No obstante, no son pocos los especialistas que asignan el fenómeno al indetenible crecimiento económico de China, país altamente demandante.


 "Los precios de los metales se han disparado, porque están reflejando la realidad mundial. China está demandando al mundo una cantidad de materia prima que no es fácil de abastecer", corroboró Miguel Bentevegna, titular de Depósito Matheu, uno de los corralones más importantes de la ciudad.


 Indicó, no obstante, que el alza es notoria en la franja de metales no ferrosos (cobre, aluminio y bronce), pero no ocurre lo mismo con los demás.


 "El precio del cobre se disparó en el mundo. Un año atrás su precio de venta en la ciudad era de $4 + IVA y hoy vale $7 más IVA, pero los demás metales están por debajo de los precios que mantenían durante la convertibilidad", señaló el comerciante.


 La reactivación también alcanzó al reciclado de metales, que según Gabriel Tumoletti,"atraviesa un repunte interesante".


 Su industria procesa unas 6 o 7 toneladas de fundición gris, que es donde se concentra el mayor volumen, después le siguen aluminio y bronce. Con el material se fabrican piezas para el sector automotriz, agrícola, tornerías, estaciones de servicio y refinerías. Los materiales provienen de desarmaderos, que entregan la fundición separada de los metales, o de particulares que proveen grandes cantidades de rezagos.
Tumoletti lleva más de 40 años dedicados a la fundición de metales.

Cuento chino. La revalorización de algunos metales y la falta de oportunidades también hizo crecer exponencialmente la actividad del cirujeo, y paralelamente la del delito.





 Los robos de cables siguen siendo moneda corriente sobre todo para las empresas eléctricas y telefónicas.


 "La situación sigue siendo delicada, sólo que estamos más preparados para responder a las contingencias, pero eso indudablemente pesa sobre los costos internos", señaló ayer un vocero de Telefónica de Argentina.


 Manifestó que las zonas críticas continúan siendo el Gran Buenos Aires, Gran Mendoza, la costa atlántica y Bahía Blanca.


 "El circuito es siempre el mismo, el robo de metales es tan viejo como la prostitución. Si los que deben hacer su trabajo se ocuparan de desmantelar los grandes chatarreros, la situación cambiaría", manifestó la fuente.

Hacer la calle. "Hace cinco años perdí mi trabajo de albañil. Busqué un tiempo sin suerte, hasta que me conseguí el carro, y con esto les doy de comer a mis seis hijos", dice Marcelo, de 42 años, que habita una casilla en Villa Nocito.




 Un carro puede recaudar entre 30 y 50 pesos por semana en la calle, aunque por lo general, cuando la recolección es el principal sostén familiar, hay por lo menos dos carros trabajando.


 Su esposa Marta, tiene 40 años y desde hace dos, cuando se convirtió en desocupada, volvió a la calle para recolectar latas de aluminio y motores de vehículos "abandonados".


 Bentevegna, quien asegura que mueve en su depósito unas 30 toneladas de metales por mes, sostiene que se provee de empresas del Polo Petroquímico, ferrocarriles, TGS, Petrobras y Termoeléctrica.


 Una vez clasificado, el metal es vendido a plantas foráneas que necesitan materia prima para procesar.


 Como en cualquier cadena de comercialización, quienes están más abajo en la pirámide deben ajustarse a las condiciones que imponen los más poderosos, y al escenario que plantea la realidad.


 Este bien podría ser el caso de Marcos Kerman, otro minorista de pequeña escala, para quien "la situación está difícil, porque cada vez quedan menos corralones para revenderles, y tampoco existe abundancia de metales como el cobre".
Kerman también ofrece hasta $ 7,50 por kilo de cobre a sus proveedores; $ 3,20 por el aluminio y bronce; $1,60 por el plomo y 7 pesos por los acumuladores más grandes (sus placas son de plomo).



 "No tengo otra salida. Si pudiera hacer otra cosa lo evitaría, porque a veces corro peligro de comprar algo robado, Ya los he tenido que sacar corriendo", manifiesta.


 Con 70 años de edad, Kerman sostiene que a la hora de comprar siempre va "a lo seguro", refiriéndose a cerrajerías, talleres, o lugares donde lo conocen desde hace tiempo.