Bahía Blanca | Viernes, 18 de julio

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Cuatro años de prisión por abusar de una menor suarense

Luis Fernando Güidale sorteó la acusación fiscal de violación en perjuicio de una adolescente de Coronel Suárez y un pedido de 16 años de prisión, aunque fue igualmente condenado a cuatro años de cárcel por el delito de abuso sexual. Así lo resolvió ayer el Tribunal Criminal Nº 3, al dar a conocer la sentencia contra el apodado "Paisano", de 37 años, imputado de un resonante hecho ocurrido el 2 de septiembre de 2003, en perjuicio de una chica que en ese momento contaba con 13 años.
Luis Fernando Güidale recibió una sanción mucho menor que la pretendida por la fiscalía. (Rodrigo García-LNP)


 Luis Fernando Güidale sorteó la acusación fiscal de violación en perjuicio de una adolescente de Coronel Suárez y un pedido de 16 años de prisión, aunque fue igualmente condenado a cuatro años de cárcel por el delito de abuso sexual.


 Así lo resolvió ayer el Tribunal Criminal Nº 3, al dar a conocer la sentencia contra el apodado "Paisano", de 37 años, imputado de un resonante hecho ocurrido el 2 de septiembre de 2003, en perjuicio de una chica que en ese momento contaba con 13 años.


 El fallo, difundido ayer, fue dictado por los jueces Raúl Guillermo López Camelo, Pablo Hernán Soumoulou y Daniela Fabiana Castaño, quienes se pronunciaron en ese orden.


 Para el cuerpo judicial quedó probado que aquel día, alrededor de las 7, en la calle Brown, entre Italia y Santa Fe, de aquella ciudad, la víctima --cuya identidad se mantiene en reserva por cuestiones legales-- fue interceptada por Güidale --ex empleado municipal--, quien conducía una camioneta Volkswagen Saveiro, a la cual ascendió.


 Juntos se dirigieron hasta el establecimiento rural La Noemí, en el cuartel séptimo del partido suarense y dentro de una de las edificaciones del lugar la chica fue abusada sexualmente.


 Después retornaron a la ciudad y, alrededor de las 10.30, la adolescente fue dejada en cercanías del club Deportivo Sarmiento, a 150 metros de su casa.


 Los magistrados entendieron --a diferencia del fiscal, doctor Pedro Munguía-- que no hubo pruebas para suponer que la menor fue privada de la libertad, al subir al rodado de manera forzada, siendo maniatada y sus ojos vendados e intimidada con un arma de fuego al momento del hecho.


 "Francamente, la versión... (de la víctima) no me ha convencido", sostuvo López Camelo, opinión con la que adhirieron sus colegas y, en ese sentido, remarcó una serie de inexactitudes en su relato.


 Entre otras, dijo que la adolescente aseguró que Güidale, antes de retirarse del campo, conversó con una persona en el lugar y que efectuó un disparo al aire para advertirle que el próximo sería para ella, en caso de no cumplir con sus órdenes.


 En el juicio declaró el testigo Ariel Bobb, quien manifestó que en esas circunstancias vio que el imputado se retiraba solo del predio, que no mantuvo una conversación con él y que no escuchó ningún disparo.


 Tampoco se advirtieron huellas de ataduras en las muñecas de la chica y quedaron dudas sobre el supuesto ocultamiento de su visión, ya que "no tenía sentido taparle los ojos cuando ya lo había visto al momento en que --según sus dichos-- la obliga a subir a la camioneta".


 También apuntaron los jueces que "resulta difícil aceptar (por no decir inverosímil) que el sujeto que la había sometido a semejantes vejamenes, la reintegrara a una cuadra y media de su domicilio, a media mañana de un día hábil, con guardapolvo blanco y una bufanda negra colocada en su cabeza, a la vez de decirle que 'contara hasta 50' antes de destaparse... Si había tomado tantas precauciones antes, resulta absurdo que asumiera el riesgo de ser visto por cualquiera que pasara por el lugar".

Indudable autoría.




 No hubo controversia en cuanto a la autoría del procesado, al quedar probado por sus propios dichos --aseguró que la relación fue consentida y que la joven le habría manifestado que tenía 16 años--, tanto en la instrucción como en el debate, y por el resultado comparativo de ADN, que determinara una probabilidad de identidad de Güidale del 99,99 por ciento.


 Así, los magistrados entendieron que Güidale aportó su experiencia y dominó la situación hasta aprovecharse de la misma, "más allá de que la relación haya sido o no consentida".


 Por otro lado, de las fotografías tomadas a la víctima en la época del hecho y de la impresión que despertó en el debate, aún a un año y medio de cometido el suceso, el tribunal consideró que no existían dudas en cuanto a que, por su apariencia, podía representar 16 años.


 En consecuencia, el tribunal entendió que el caso debía calificarse como abuso sexual, en los términos del artículo 120 del Código Penal, que contempla la figura del abuso sexual por aprovechamiento de la inmadurez de la víctima, que carecía de experiencia sexual.


 En el mismo contexto, se tuvo en cuenta la mayoría de edad del autor.


 A modo de atenuantes se marcaron la actitud del detenido de ponerse de inmediato a disposición de la justicia y su falta de antecedentes, mientras que, como agravantes, se anotó la extensión del daño causado, por el trauma que produjo en la psiquis de la damnificada.


 Por esos fundamentos, la justicia le impuso a Güidale la pena de cuatro años de prisión.

Por una violación. Matías Gastón Fuentes (19) fue arrestado en las últimas horas por personal de la comisaría Cuarta, en cumplimiento de una orden de detención de la juez de Garantías Nº 2, doctora María Pía Fava de Solana, por pedido de la UFI Nº 4, en una causa por violación. La medida se concretó en su domicilio de Cacique Venancio 2275, según confirmó el capitán Vicente Minieri, interinamente a cargo de la seccional villamitrense, quien no aportó precisiones del hecho, atento a que se cometió hace mucho tiempo y en otra jurisdicción.