Cuando no todo es glamour
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Soledad Solaro
La "Pampita" de Realicó
"¿No sabías? Soy de Realicó, un pueblito de La Pampa con ocho mil habitantes. Allí viven mi hermano y mis sobrinos".
Hiperdelgada, bronceada como si fuera enero y aferrada a un diminuto celular, Soledad Solaro empieza su charla con cierta nostalgia y asegura que nunca podrá olvidar la época en que su pueblo sufrió grandes inundaciones.
"Me dio una pena terrible, pero el campo es así: una lotería. Desde que sucedió eso, Realicó nunca volvió a ser lo que era".
"Los valores que uno recibe de chica en un lugar pequeño son distintos. Allá, por ejemplo, la puerta no se cerraba. Todo era verde, había sapos en la vereda y los pajaritos cantaban todo el día. Eso sí, todo el mundo te conoce y, como dice el refrán, pueblo chico infierno grande...".
Ahora que su vida está planteada en Buenos Aires, Soledad no piensa en volver a su tierra pampeana, aunque reconoce que le encantaría tener allí una quinta de fin de semana.
"De chica, siempre decía que me iba a casar con un ingeniero agrónomo, como mi papá (quien vive en Casbas), porque adoro el campo. En la vorágine cotidiana, a veces me pregunto por qué no anduve más a caballo y no disfruté más de esa libertad", confiesa la "ex" del "puma" Gonzalo Quesada.
Sin novio pero "muy bien", según aclara, Soledad dice tener el mejor recuerdo del rugbier con quien salió durante más de un año.
"Es un fenómeno, al igual que su familia, pero lamentablemente su vida no está en la Argentina por los contratos con clubes de afuera. Y la distancia no ayudó a nuestra relación".
Cuidados especiales.
Integrante del staff de la agencia Dotto Models, Solaro se inició en esta actividad un año después de haberse radicado en Buenos Aires.
Su madre le sugirió que hiciera un curso de modelos con Tini de Boucourt. Ella aceptó.
Más tarde se hizo su propio book y su hermano, un discjockey que trabajaba para diseñadores, se encargó de exhibirlo.
"Al poco tiempo me presenté en un concurso, también organizado por Pancho (Dotto), y así empecé. Es un mundo que tiene sus cosas buenas y de las otras. No existe la rutina. Tampoco, por ejemplo, podés comer lo que querés todos los días. Nos tenemos que cuidar más que cualquiera, simplemente porque vivimos de esto. ¿Si gano mucho? No es una exageración. Hay muchos trabajos, más de los que uno piensa, que se hacen de favor", explica.
Volver a hacer un programa de televisión como el que realizó hace poco en Fashion TV, en el que cubría backtages y notas deportivas, entre otros temas, forman parte de sus proyectos, aunque admite que la actuación no es lo suyo.
"El otro día grabé una pequeña participación en Casados con hijos, el programa de Guillermo Franchella, y me convencí de que lo mío es la pasarela".
De su futuro dice que quiere crecer todos los días un poco más y ahorrar dinero para lograr una mayor estabilidad económica. Y se despide. Es hora de probarse ropa.
Ivana Saccani
El presente en la pasarela
"Te dije que en esa zona no me gusta y menos si no tiene balcón", se enoja Ivana Saccani --celular mediante--, mientras se entrega al estilista, poco antes de entrar a la pasarela.
"Los viajes, a veces, complican la vida cotidiana, pero me siento una privilegiada: hago lo que me gusta y modelar me abre otras puertas", explica después de media hora de intentar un acuerdo a larga distancia.
La chica, de 22 años y rostro perfecto, dice que no se toma tan a pecho las obligaciones y responsabilidades que supone la vida de casada y asegura que como ama de casa es "cero".
"Viajo todo el tiempo y me cuesta organizarme. En realidad, los dos trabajamos muchísimo. Cuando nos vemos a la noche, estamos muertos de cansancio", confía y agrega que al poco tiempo que puede compartir con su marido, el actor Sebastián Estebanez, tratan de aprovecharlo al máximo.
"El, con Amor en custodia, que resultó un éxito inesperado, graba muchas horas por día. Está agotado pero feliz".
Disfrutar del hogar, pasear a sus perros y salir a cenar con amigos forman parte de la vida cotidiana de la pareja.
"Con el casamiento cumplí un sueño. Desde que lo conocí, empezamos a planearlo y ese día lo viví de una manera increíble", recuerda.
A Ivana le encanta la idea de tener hijos, aunque cree que todavía no es el momento.
Nativa de Junín, al norte de la provincia de Buenos Aires, allí viven sus padres (transportista él; podóloga, ella) y sus hermanas Lorena y Mayra, ambas madres y amas de casa.
Ivana era muy chica cuando llegó a las pasarelas y no tardó en dar los primeros pasos por esta carrera.
"Tenía nueve años y hacía lo mismo que mis amigas. Empecé a desfilar y luego mi mamá mandó fotos a la agencia de Pancho Dotto. Al tiempo me llamaron".
Sensible ante la pobreza y el desempleo, comenta que conoce el sacrificio porque su familia es gente de trabajo.
El celular suena otra vez. Es Sebastián.
GRISADO
Sebastián
Ivana sonríe muy feliz cuando habla de su marido, Sebastián Estebanez.
"Transmite lo que es. Es bueno y la gente lo adora. ¿Celosa? Normal, pero estamos seguros con nuestra pareja".
Jazmín De Grazia
Más allá del producto final
Es de Temperley, tiene 21 años y sus padres pretendían para ella lo mismo que hicieron sus hermanas mayores: que estudiara en la facultad.
Romina, de 26 años, se recibió de veterinaria y Ana, de 24, de abogada, pero Jazmín De Grazia se "graduó" de modelo, pese a que su mamá ni siquiera quería que desfilara en el colegio.
Tres años atrás, cuando sus padres salieron de vacaciones, Jazmín comenzó su carrera. Eso sí, nada de aulas o de libros.
Había surgido el concurso "Súper M" y no dudó en anotarse.
"Me fue bien. Todo resultó muy `grosso' y profesional", recuerda.
Ya de regreso, su papá (comerciante) y su mamá (profesora de Biología) se querían "morir".
"Son muy serios y tradicionales. Les costó, estaban pendientes de mí y me cuidaban todo el tiempo, pero ahora están contentos", aclara la niña.
Modelo de la agencia Multitalent, Jazmín indica que su profesión tiene sus bemoles.
"Todos ven el producto final, pero esto es cuidarse día a día por horas y años. El pelo, el cuerpo, la piel, la cara... Es todo un trabajo. Soy de comer bastante, pero me cuido y entreno mi cuerpo".
Soltera y feliz, como se autodefine, reconoce que hasta ahora nadie le interesó demasiado.
"Tengo mucho trabajo y no es fácil entender la vida de una modelo. Si no fuera del medio, no podría comprenderme. Y si lo fuera, la cosa se mezclaría mucho".
Mientras tanto, ocupa su tiempo libre con sus afectos en Temperley, aunque dice que sus visitas son cada vez más esporádicas debido a sus ocupaciones.
Jazmín, quien vive sola en un departamento situado en pleno Palermo, afirma que detesta la corrupción que rodea al ámbito político y que por eso el 23 de octubre decidió anular su voto.
"Veo todo mal. Lamentablemente, nos estamos acostumbrando a los cartoneros, al desempleo y a las necesidades de los jubilados".
Avida lectora ("leo todo lo que se me cruza, porque me lo inculcaron de chica", dice) y también deportista, Jazmín cumplió su tercera visita a Bahía Blanca.
"El público es cálido y amable. Siempre me voy con un buen recuerdo y ganas de volver".
Por TV.
Jazmín participa de Princesas, un programa que se emite los sábados, a la noche, por canal 7 de Bahía Blanca.
"Es una mezcla de reality y magazine donde la cámara sigue a un grupo de modelos, para observar cómo es nuestra vida".
Natalia Rodríguez
La hermosa de Monte
A sus 18 años, Natalia Rodríguez --Reina de Monte Hermoso 2004--, ya se luce en las pasarelas junto a las más consagradas modelos. Trabaja en la Capital Federal para la agencia Toledo y tiene planes para la temporada, entre ellos, el desfile de Roberto Giordano en Viña del Mar. Luego pasará el verano en Punta del Este.
Nacida en Buenos Aires, pero desde los dos años en Monte Hermoso, Natalia es hija de Jorge (atiende un puesto de diarios) y de Estela (empleada de comercio) y tiene tres hermanos: Constanza, Anabela y Gastón.
"Estoy refeliz porque realicé nuevas campañas, como la de Cassano Dressing, una línea de ropa que trabaja con calzados Lonté".