Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Fundamentalistas conservan la Mezquita del Imán Ali en Irak

Milicianos chiítas retuvieron ayer el control de la Mezquita del Imán Ali en la ciudad de Nayaf, luego de que el gobierno interino iraquí dijo que había "disuelto o vencido la revuelta sin derramamiento de sangre". Mientras, civiles caminaban en horas de la tarde dentro del templo musulmán más sagrado de Irak, en tanto trabajadores barrían sus pisos de mármol.


 NAYAF -- Milicianos chiítas retuvieron ayer el control de la Mezquita del Imán Ali en la ciudad de Nayaf, luego de que el gobierno interino iraquí dijo que había "disuelto o vencido la revuelta sin derramamiento de sangre".


 Mientras, civiles caminaban en horas de la tarde dentro del templo musulmán más sagrado de Irak, en tanto trabajadores barrían sus pisos de mármol.


 De paso, añadieron "no haber visto" a hombres del Ejército del Mahdi que comanda el treintañero teólogo fundamentalista Muktada Al-Sáder, quien encabeza la rebelión de la secta chiíta, ni a efectivos de la policía iraquí.


 En medio de una gran confusión tras dos semanas de alzamiento, en el cual centenares perdieron sus vidas y se registraron alzas inusitadas en los precios del petróleo, el ejército de Estados Unidos dijo "no poder confirmar" que el gobierno iraquí hubiera tomado el control de la Mezquita del Imán Ali.


 Entretanto, se desmentía (por enésima vez), a través del ministerio del Interior de Irak, que la policía había ingresado al sitio de oración y dominado a cientos de milicianos chiítas, "pues testigos lo desmintieron".


 Una caída de la Mezquita sin derrame de sangre sería un gran triunfo para el neurólogo, amigo de la CIA y premier interino iraquí Iyad Allawi, quien desde el traspaso de poder, el 28 de junio, debió enfrentarse a la insurgencia contra la invasión del país y "ahora a la revuelta chiíta en ocho ciudades".


 Sin embargo, poco después de que "se inventara la toma del templo chiíta", un miembro de alto rango de las centurias de Muktada negó su veracidad.


 "La Mezquita está bajo el control del Ejército del Mahdi", dijo el jeque Ahmad Al-Sheibani, comandante de la milicia muktadista. "El Ejército del Mahdi resistirá todo intento de la policía iraquí por controlar el oratorio", marcó. "Vamos a cederle el control de la Mezquita al ayatolá Ali Al-Sistani", agregó, refiriéndose al clérigo chiíta más influyente en Irak.


 De su lado, el anciano teólogo dijo ayer a sus asistentes en Nayaf que se preparasen "para recibir, como pasó", la llave del edificio sacrosanto.


 "Se instruyó a mi lugar en Nayaf que reciba un sobre sellado con las llaves del mausoleo y la Mezquita cuando los secuaces de Muktada se marchen", expresó.


 El lenguaraz insinuó desconocer si esas instrucciones se pasaron a los leales del muktadismo, en la demacrada metrópoli teológica chiíta.


 Como al pasar, entretanto el contralmirante bushista Greg Slávonic dijo no poder confirmar que el gobierno tuviera bajo control la Mezquita, pero agregó que había rumores de que "Muktada había escapado y se desconocía su paradero".


 Al menos 77 iraquíes murieron y alrededor de 70 resultaron heridos en los ataques aéreos perpetrados por fuerzas de Estados Unidos, y los feroces combates en las últimas 24 horas en la sureña Nayaf, según fuentes sanitarias.


 La revuelta chiíta contribuyó pesadamente a que el precio del oro negro trepara: el crudo norteamericano llegó ayer a más de u$s 49 el barril.


 Insurrectos iraquíes dispararon una "campaña de secuestros de extranjeros" para obligar a empresas y fuerzas foráneas a que no sigan brindando su apoyo al nuevo gobierno de Bagdad, el cual insiste en regir el robusto neurólogo Allawi.


 Un grupo islámico capturó a 12 trabajadores de Nepal debido a su cooperación con las fuerzas bushistas, según se anunció ayer en un sitio de internet.


 Sabá Kadhim, el correveidile del ministerio del Interior iraquí, exhortó al escurridizo y notoriamente adelgazado Muktada para que se entregue. Hasta le dio a entender que podría ser "cubierto por una amnistía", que Allawi ofreció a algunos de los refractarios a su gobierno.


 Kadhim manifestó que, "después de todo", la administración supuestamente provisional iraquí con asiento en Bagdad deseaba que sus fuerzas de seguridad, junto con autoridades religiosas, ingresaran a la Mezquita del Imán Ali, yerno del Profeta Mahoma, "en forma pacífica para disolver la crisis".


 Allawi juró que sus fuerzas no penetrarían en el lugar de manera violenta.


 "No vamos a atacar la Mezquita, no vamos a atacar a Muktada Al-Sáder en su interior", aseveró el mandatario a la BBC de Londres y agregó que la milicia del caudillo chiíta había instalado "explosivos en los alrededores". (EFE, NA y Reuters)