Bahía Blanca | Jueves, 14 de agosto

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El Cóndor, portal de las playas patagónicas

La villa marítima El Cóndor, también conocida como La Boca, por su cercanía a la desembocadura del río Negro en el Atlántico, creció impulsado por vecinos de Viedma y Carmen de Patagones. Los habitantes de la comarca construyeron allí sus casas de fin de semana y, poco a poco, lo fueron transformando en una alternativa de descanso y esparcimiento.






 La villa marítima El Cóndor, también conocida como La Boca, por su cercanía a la desembocadura del río Negro en el Atlántico, creció impulsado por vecinos de Viedma y Carmen de Patagones.


 Los habitantes de la comarca construyeron allí sus casas de fin de semana y, poco a poco, lo fueron transformando en una alternativa de descanso y esparcimiento.


 Esta villa es el principal centro de servicios de la zona y ofrece a sus visitantes, además de su belleza natural, una gran variedad de actividades recreacionales y deportivas.


 Si bien predominan las costas bajas, hacia el oeste, se va dando lugar a los primeros acantilados que protegen el mar, dándole una fisonomía singular a todo su recorrido.


 Los diferentes tipos de playas --desde médanos a los propios acantilados--, poseen sedimentos de arena caracterizados por un alto contenido en hierro.


 La temperatura del agua es agradable y permiten realizar actividades como winsurf, surf.


 En la playa se puede disfrutar de carrovelismo, kitebuggy, parapente, cabalgatas, tejo, vóley playero, rugby, fútbol y pesca de costa.


 Además, el balneario El Cóndor posee un asentamiento natural de más de 121 especies de aves marinas, ribereñas y continentales, que se citan en su costa.


 Entre ellos se presenta la colonia de loros barranqueros psitaciformes más grandes del mundo, que llama la atención de turistas de todo el país y del exterior.

La historia.
Según los datos históricos y los recuerdos de los pobladores más antiguos de la comarca la famosa villa turística El Cóndor nació para cubrir las necesidades de un grupos de niños huérfanos que estudiaban pupilos en los colegios San José, de Patagones, y San Francisco de Sales, de Viedma.





 Los fines de semana, los pequeños eran llevados en barcos hasta la desembocadura del río Negro, para tomar aire puro y gozar del esparcimiento que, luego, les permitiría rendir abundantemente en los estudios.


 Pero la influencia positiva de los baños de mar a la salud hicieron que, de a poco, el balneario fuera cobrando interés público.


 En el año 1915, las primeras familias simpatizantes del lugar, fueron armando sus casillas de madera y adoptando este sitio como lugar de veraneo.


 Esta villa turística, en sus comienzos, fue denominada vulgarmente como "balneario La Boca", a pesar de quienes insistían en que su nombre debía ser balneario Mazzini, en reconocimiento al doctor Jacinto Mazzini, propulsor y defensor absoluto de este lugar.


 A pesar de los desacuerdos reinantes, por decreto del entonces gobernador de Río Negro se adopta oficialmente el nombre de balneario El Cóndor, tomando como dato que la villa turística estaba ubicada en la propiedad privada de los señores Harriet, cuyo establecimiento tenía esa denominación.


 La estancia El Cóndor había tomado este nombre de un barco proveniente de Dinamarca que, averiado, chocó contra las rocas y se partió en dos, quedando una de las partes encalladas en la orilla.


 Uno de sus tripulantes, decidido a quedarse en esta playa, contrajo matrimonio con la hija del dueño de la estancia.


 Como homenaje del acontecimiento que lo ligó a estas tierras, extrajo del barco encallado, la efigie del cóndor que lo representaba. La misma aún se conserva en la estancia.


Una fiesta a orillas del mar







 El principal evento de la temporada de verano en este balneario es la Fiesta del Mar y el Acampante, que desde el año 1973, se desarrolla entre enero y febrero.


 La playa es el principal escenario de la fiesta donde se realizan diferentes actividades recreativas y deportivas para disfrutar en familia.


 Para esta temporada, se conformó una comisión conformada especificamente para su organización.


 La apertura será el 28 de enero con la presentación de un espectáculo musical de nivel nacional.


 Pero las actividades se extenderán a lo largo de todo el mes de febrero.


 Por tal motivo, desde el municipio de Viedma se confirmó la ubicación de una playa especifica para la practica del deporte y la recreación.


 También se desarrollará un encuentro de motocros y se concretará el la villa la llegada del Desafío Norpatagónico de Safari, que se inicia todos los años en San Carlos de Bariloche y recorre toda la provincia, con la participación de máquinas y pilotos de todo el país y el extranjero.


 
GRISADO

Dónde informarse.
Para confirmar reservas y obtener información, los interesados pueden comunicarse a la oficina de Turismo de la municipalidad de Viedma al teléfono (02920) 42-7171, todos los días de 9 a 20. En la temporada de verano el horario se extiende hasta las 22.


Otros atractivos del balneario

* Mirador Ceferino Namuncurá.
La comunidad residente en el balneario El Cóndor, ha levantado como forma de recordación permanente a Ceferino Namuncurá, un monumento y una capilla en el comienzo de los acantilados. Es un excelente punto panorámico desde donde se puede visualizar la desembocadura del río en el mar y la hermosa villa.

* Faro de la Barra del Río Negro.
Fue inaugurado el 25 de mayo de 1887 por el General Lorenzo Winter y hoy es la señal más antigua del país que mantiene personal de custodia.
Es una estructura octogonal, de más de 13 metros de altura, compuesta de una torre de 9 metros. Funciona con energía eléctrica, su altura sobre el nivel del mar es de 45,62 metros y señala el comienzo del acantilado que caracteriza a la costa Patagónica. Desarrolla un rayo de luz visible a más de 25 kilómetros de distancia.


Enfoque


Marcela Elli (*)


























  La principal diferencia de El Cóndor con el resto de las playas de la región está marcado en lo amplio de sus playas, con la posibilidad del turista de visitar en pocos kilómetros playas de mar de arena y acantilados, y la costa de río Negro.


 Otra característica distintiva es que sus aguas no son tan frías como el resto de las playas del sur del país.


 Es un lugar muy tranquilo, muy familiar, con muchos atractivos por descubrir y disfrutar.


 Para la tranquilidad de los visitante, en la villa se pueden encontrar todos los servicios, desde paradores en los distintos sectores de la amplia playa, hasta estación de servicios y mercados con todo tipo de productos.


 La vida nocturna también está presente para el disfrute, principalmente de los jóvenes.


 Además, hay locales de gastronomía que ofrecen una variada carta, donde se destacan los platos elaborado en base a los frutos del mar.


(*) Directora de Turismo de Viedma.