Bahía Blanca | Jueves, 17 de julio

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Las graves consecuencias de la presión social

Bajo la influencia de la autoridad y la presión social cualquier persona puede convertirse en abusador. "La autoridad, la presión de los pares y otras interacciones sociales influyen tanto como la psicología de los individuos en muchas formas de conducta incluidos actos de gran maldad", explicó la profesora Susan Fiske, quien encabezó un estudio de expertos en psicología de la Universidad de Princeton.


 WASHINGTON (EFE) -- Bajo la influencia de la autoridad y la presión social cualquier persona puede convertirse en abusador.


 "La autoridad, la presión de los pares y otras interacciones sociales influyen tanto como la psicología de los individuos en muchas formas de conducta incluidos actos de gran maldad", explicó la profesora Susan Fiske, quien encabezó un estudio de expertos en psicología de la Universidad de Princeton.


 El equipo de Fiske hizo su investigación después de que salieron a la luz los abusos cometidos por soldados estadounidenses contra prisioneros iraquíes en Abu Ghraib, y que hizo que muchos en los Estados Unidos se preguntaran cómo personas normales pueden llegar a esas acciones.


 "¿Es posible que cualquier joven normal haya abusado de esos prisioneros? La respuesta es: sí, desafortunadamente casi cualquier persona es capaz de hacerlo", dijo Fiske.


 "Las personas pueden conducirse de una forma increíblemente destructiva si se los ordena una autoridad que reconocen como legítima", escribieron Fiske y sus colaboradores.


 "Los subordinados no sólo hacen lo que se les ordena que hagan, sino también lo que creen que sus superiores podrían ordenarles de acuerdo a lo que entienden como las metas de la autoridad", agregaron.


 Fiske y sus colegas analizaron las conclusiones de 25.000 estudios que comprenden a ocho millones de participantes y que explican cómo factores que van desde el estrés de la guerra a las expectativas de los superiores, pueden combinarse para hacer que personas cometan actos aparentemente inexplicables.


 "Prácticamente, cualquier persona puede tornarse agresiva si existe suficiente provocación, estrés, disgusto o excitación", indicó el estudio.


 "En el caso de los soldados de la Brigada 800 de Policía Militar que custodiaban a prisioneros iraquíes en Abu Ghraib se dieron todas las condiciones sociales que causan la agresión", añadió.


 "Los soldados se sintieron provocados y estaban bajo el estrés de guerra, en peligro constante, insultados y hostigados por algunos de los mismos ciudadanos que, en su opinión, habían ido a liberar, y sus camaradas morían a diario en ataques imprevisibles", continuó el artículo.


 A todo ello se sumó la presión entre los mismos soldados, una vez que comenzó cierta conducta, y la de los superiores interesados en obtener resultados de los interrogatorios.


 "La sociedad exige que los individuos sean responsables de sus acciones pero la psicología social sugiere que también deberíamos exigir la misma responsabilidad de los pares y los superiores que controlan el contexto social", según el estudio.

La experiencia previa




 Los investigadores de Princeton tomaron como base de su trabajo un famoso estudio hecho a comienzos de la década de 1970 por Stanley Milgram en esa misma universidad y que demostró que voluntarios aplicaban lo que creían que eran descargas eléctricas muy dolorosas y hasta letales a otras personas, si se les decía que eso era necesario como parte de un experimento.