"De Bahía guardo el recuerdo más grande"
¿Qué es de la vida de "Fefo"?, es una pregunta válida.
Wilfredo Ruiz está bien. Sigue radicado en Salto, ciudad ubicada al norte de su natal Montevideo, y conserva vívidos recuerdos de su paso por el básquetbol argentino.
Naturalmente, a su vez, quienes presenciaron la mejor época del básquetbol bahiense, jamás podrán olvidarlo.
Llegó en 1985 para vincularse a Estudiantes. Está claro que arrancó justo en el nacimiento de la Liga Nacional. Y fue protagonista. Tanto que todavía se mantiene al tope de la estadística histórica de la AdC en el rubro de máximo goleador, por promedio, con 28,6 por juego. Nadie ha podido todavía empardar ni, menos, rebasar su marca.
"Al llegar a Bahía traía expectativas. Muchas. La conocía de cuando viajábamos con la selección. Nos encantaba ir, porque tanto el jugador como el aficionado bahiense es muy parecido al uruguayo y los partidos salían de hacha y tiza. Con marcos espectaculares. Quería tener ese ambiente de mi lado y me dí el gusto. Lo tuve muchísimas veces. Te confieso algo, de Bahía Blanca guardo el recuerdo más grande de mi trayectoria deportiva. Ni siquiera en Welcome, donde hay una parcialidad grande y ruidosa, me hicieron sentir como allí", memora, agradecido.
Sigue el batifondo
De los clásicos Uruguay-Bahía saltó a otro, no menos estridente.
"Olimpo fue el rival de todos los tiempos. Se jugaba a morir. Y pese a que cuando nos enfrentábamos se generaba cierto contenido, no lo voy a negar, con varios de mis rivales terminamos siendo amigos. Marcelo Allende es uno de ellos", sostiene, en una muy particular forma de describir esos ardorosos duelos.
Aunque no lo recordaba durante la charla, llegó a anotarle 55 puntos a los aurinegros. Fue la noche del 3 de septiembre de 1987.
Su debut como jugador albo se produjo el 28 de abril de 1985, contra Asociación Española. Esa temporada promedió 33,2 por juego. En la siguiente 32,3 y en la tercera 30,3. Tremendo.
De ese equipo de Estudiantes, en el que jugó 86 partidos, rescata "Fefo" a uno de sus compañeros y, de alguna manera, explica su espectacular performance.
"Para un goleador es fundamental establecer buena química con el base y con Willie (Scott), teníamos un gran entendimiento. Provocaba los espacios y estaba siempre atento para entregarme una asistencia. Era espectacular. Hacía un trabajo completo y tenía cosas que me asombraban como, por ejemplo, su velocidad. Jugaba a otro ritmo. Para mí era el mejor extranjero que había por entonces en la Liga".
Cambio de bando
Quitarse la camiseta de Estudiantes para enfundarse la de Olimpo representa más, bastante más, que cruzar la calle Angel Brunel. Había que tener razones poderosas para tomar una decisión semejante.
"La verdad es simple y sencilla. Por un lado Estudiantes comenzaba a tener dificultades económicas y, por el otro, con Olimpo se había generado un romance, en el buen sentido de la palabra. Tenía buena amistad con (Ricardo) Rabbione y a Héctor Noceda lo considero un hermano. Así que no me fue tan difícil decidirme".
Alejado Leon Wilson, los aurinegros probablemente buscaban en él a un tirador. Y el oriental no los defraudó. En Olimpo 1988 siempre estuvo por arriba del 75 por ciento en libres; 46,2 por ciento en tiros de 2 y 45,3 en triples. Pero hay que decir también que tampoco llegó a las realizaciones que lo precedían, ya que el promedio global de puntos fue de 19,1 por ciento en 26 juegos.
En 1989 sólo estuvo presente en 10 partidos, con una media de 20,0, porque se lesionó.
"Debieron practicarme, en La Plata, un artroscopía en la rodilla izquierda... pero, la verdad, no fue ese el motivo de mi regreso a Uruguay. Lo que ocurrió fue que el dólar se fue a las nubes y pasé a ganar cinco veces más... a Olimpo se le hacía cuesta arriba y, además, ya se había producido un desgaste en el romance del que te hablaba".
En Montevideo los dirigentes López González y Magurno estaban formando un poderoso plantel y "Fefo" no titubeó ante la invitación de retornar a Welcome, el club de sus amores.
Otra selección
Interin, Wilfredo Ruiz, que se había naturalizado argentino, integró el combinado bahiense. Su primer partido tuvo nivel internacional.
"Fue contra Cuba. Se armó un lío bárbaro, volaron varias piñas y también algunas sillas", revivió.
Pero posteriormente se puso la casaca de la ABB de manera oficial.
"Fuera del nacimiento de mis hijos, la mayor alegría fue haber tenido la posibilidad de defender los colores de Bahía Blanca. Fue una manera de devolver todo lo que Bahía me dio. Si no me equivoco se trató de un certamen provincial, en San Nicolás, en 1987. Llevamos un equipazo, con Montenegro, Marcelo Allende, Esteban Pérez, Scolari... nos dirigía Daniel Allende. Fuimos campeones".
Uruguay, hoy
El diálogo telefónico lo retrotrajo a sus pagos. Le viene un sabor agridulce cuando habla del presente del básquetbol oriental.
"Está mal, muy mal. No nos engañemos. A Uruguay le están faltando dos generaciones. Fue un vacío importante, indisimulable. Inclusive estamos teniendo problemas para salir cuartos a nivel sudamericano".
Pero abre un paréntesis, una esperanza hacia el futuro.
"Están tratando de hacer mejoras. Nació nuestra Liga Nacional, que dejó de lado al torneo Federal. En el interior surgieron dos plazas fuertes: una aquí, en Salto, y la otra en Paysandú, que resultaron campeón y subcampeón del interior el año pasado. La nueva Liga comenzó el 3 de septiembre, con los jugadores repartidos en varios equipos. Así que ya no se repite aquello tan aburrido de que el título iba a manos de aquél que tenía más dinero en el período de pases. Creo, confío en que va a despertar pasión. Por ejemplo aquí, en una ciudad de 100.000 habitante, tengo una escuelita de básquetbol con 800 gurises y hay una lista de espera porque no puedo trabajar con tantos. Quiere decir que el básquetbol ha prendido".
Entre tiro y tiro
Las que siguen son otras afirmaciones de "Fefo" Ruiz.
"La formación uruguaya más fuerte que me tocó integrar fue con Peinado, López, Larrosa y Núñez".
* "Provengo de una familia basquetbolística. Por ejemplo, mi formador fue mi tío, Raúl Ruiz, a quien apodaban "Lindo".
* "Nunca tuve un ídolo, ni siquiera un espejo. Esto nació conmigo; la mano derecha me la puso Dios".
* "Apenas llegué dije (y mi madre debe tener los recortes guardados) que en 10 ó 15 años la Liga Nacional pondría a la Argentina en el primer plano mundial. Que iba a ser una potencia. Mirá, para mí la Argentina es la verdadera campeona del mundo, porque lo de Indianápolis fue un robo descarado. Y en Atenas puso las cosas en su lugar".
* "El defensor más difícil de superar fue... yo mismo. Cuando me ponía el balde en la cabeza. No me importaba que me doblaran. A mí siempre me gustó tirar marcado, era un tipo al que no le gustaba tirar solo. Si no me los ponía me los buscaba. Muchas veces a algún equipo rival le daba resultados cuando se ponían en zona o me daban un paso atrás y yo no podía apoyarme en el defensor. Lo más importante para mí era encontrar el aro enseguida, porque las cosas se me hacían más fáciles".
* "¿Si me pegaban? Nooo... Lo normal. Me jugaban fuerte. Nunca me preocupó".
* "Dentro de muchas alegrías, una frustración fue no haber alcanzado el título en la Argentina, ni con Estudiantes ni con Olimpo".
* ¿"Hinchadas o canchas bravas? Mirá, cuando estaba en Estudiantes a mí me gustaba ir a jugar al Tomás. Algunos decían que era un cajón y otros la tildaban de brava. Pero, la verdad, eso de las localías fuertes no tiene real relevancia. Los aros miden el mismo diámetro y los cestos están colgados a la misma altura".
Protegió al "Mono"
Semifinal de Liga entre Estudiantes y Ferro, a estadio lleno. Wilfredo Ruiz no midió la gravitación que sus visajes y protestas originaban en los simpatizantes albos y el ambiente de calentó. De pronto, un plateista saltó al rectángulo y, detrás de él, otros. "Fefo" recuerda así el episodio.
"Sí, alguna escaramuza se armó. Bué... la verdad, al árbitro Alagastino casi lo matan si no lo arropo para protegerlo, porque me sentí un poco responsable del desborde.
"La verdad, siempre pienso que los jueces no tienen nada que ver con las campañas, pero lo cierto es que a partir de ahí, el partido que venía mal, lo terminamos ganando. A la madrugada con el 'Mono' terminamos cenando juntos.
"Los malos fallos, a lo sumo, te cocinan el resultado de un partido. Por ejemplo, en Caballito, donde fuimos muy perjudicados. Si no, en esa temporada Estudiantes era finalista".
A ése... ¿quién lo conoce?
"Esta anécdota la conté mil veces. Fue en la Olimpiadas de Los Angeles. Uruguay llegó como campeón de la Copa Latina y con un gran Preolímpico. Quizás en el tope de esa generación, éramos un equipo a respetar. Abrimos contra Francia, campeón de Europa, y ganamos en alargue. Luego perdimos ahí con España y después nos tocó EE.UU", recordó "Fefo" Ruiz. Y continuó.
"A poco de iniciarse el juego estábamos rodeando a nuestro entrenador, Etchamendi, para repartir las marcas. Ellos, dirigidos por Bobby Knight eran altos y atléticos, así que me fui arrimando al medio de la cancha, me acerqué por la espalda al más chiquito, el número 9, y como de los nuestros era el que menos defendía, pedí: 'A mí déjenme el 9, un tal Jordan..'. Ni hablar lo que me ocurrió después. Te lo podés imaginar".
Personal
Wilfredo Eduardo Ruiz Bruno nació en Montevideo el 6 de enero de 1961.
Tiene dos hermanos: Gustavo Eduardo y Marianela Susana.
Se casó con Flavia Lavecchia de cuyo matrimonio nacieron Felipe (13 años), las mellizas Emilia (5 años) y Federico (7 meses).
De 1m92 de altura, su puesto era escolta.
Comenzó a jugar en 1970 en Welcome, y luego sucesivamente fichó para Aguada, Neptuno (campeón), Estudiantes de Bahía Blanca, Monte Líbano de Brasil (campeón), Olimpo de Bahía Blanca, volvió a Welcome (campeón), Peñarol, Nacional, otra vez Welcome y se retiró en Nacional, en 1997, cuando tenía 36 años.
En Uruguay fue máximo encestador de 1982 a 1984 y luego del 90 al 97. Vale decir: siempre.
En la Argentina, lo fue en tres de las cinco en blanco: 1985, l986 y 1987.
A este registro sin parangón cabe añadir que el 7 de noviembre de 1985, jugando por Welcome, le anotó 70 puntos a Bohemios y, cinco días después, llevó el tope a 85. Contra Cordón, con 36 de 53 t2 y 12 de 13 en simples. No existía el tiro con valor de 3 puntos...
Se alistó en el equipo nacional uruguayo de 1981 a 1991.
Dejó de jugar al básquetbol en 1997, cuando contaba 36 años de edad.
Está radicado en Salto, Uruguay.
Es dueño de una productora de avisos comerciales y eventos y dirige una escuela de básquetbol.