Responsabilidad social de las empresas
La grave crisis por la que atraviesa la Argentina ha posibilitado que la ciudadanía haya tenido --y tenga-- oportunidad de conocer en su real dimensión el rol que cumplen las empresas en estas difíciles circunstancias. No hay duda de que la función y responsabilidad primaria de la empresa consiste en obtener beneficios para sus accionistas, puesto que la rentabilidad es condición imprescindible para cualquier otra actuación particular o social de la empresa. La ecuación es simple: sin beneficios no hay empresas.
La relación empresa-sociedad se ha definido históricamente en torno a un contrato implícito de carácter esencialmente económico. En el marco de este contrato, las empresas estarían obligadas a cumplir determinadas funciones, como la generación de empleo, la producción de bienes y servicios con la máxima eficiencia posible, la inversión de parte de sus excedentes y el cumplimiento de las responsabilidades fiscales. Cuando los problemas sociales se potencian al grado que hoy alcanzan, sin poder ser controlados totalmente por el Estado, la importancia estratégica de las empresas aparece como una posibilidad concreta para solucionarlos o, al menos, moderarlos.
En la actualidad, la gente espera de las empresas algo más que la generación de empleo, de remuneraciones y de bienes y servicios; ahora se les atribuyen responsabilidades que significan una redefinición de su rol en la sociedad; y, por supuesto, las empresas se plantean también esta cuestión y diseñan instrumentos y acciones para materializarla.
Uno de los aliados más importantes que tienen para demostrar su compromiso con la comunidad es el voluntariado corporativo. A través de él se expresa una alianza entre las necesidades sociales, los intereses de los empleados y las prioridades de la empresa. El voluntariado corporativo trae muchos beneficios para la compañía y para los empleados, además de suponer un gran aporte a la sociedad. Refuerza en las personas el sentido de pertenencia a la organización y ayuda a que se sientan satisfechas por trabajar en una empresa que se preocupa por la situación social. Además, se fomenta la participación, al promover el trabajo en equipo, y se inculca un compromiso solidario.
Los programas de voluntariado corporativo son aquellas acciones realizadas por y desde la empresa para incentivar y apoyar a sus empleados, con el fin de que se involucren en actividades sociales solidarias. A través de ellas, las compañías motivan a sus empleados para que, con su propio trabajo, estrechen lazos con la comunidad y aporten una visión de la empresa más cercana a las necesidades del contexto social.
Tomemos, a modo de ejemplo, dos situaciones reales y concretas que vienen ocurriendo, una en el ámbito local y la otra en el exterior.
En el primer caso, se trata de los trabajos que la compañía General Motors, en el marco de su programa de Responsabilidad Social Empresaria, inició en octubre pasado, destinado a la refacción de una escuela ubicada en el barrio Santa Rosa de Lima, ciudad de Santa Fe, y que resultó ser la más perjudicada por las inundaciones que causaron gravísimos daños en la provincia durante mayo y junio de 2003. La escuela N° 1111 "Dr. Luis Borruat" estuvo cubierta por cuatro metros de agua durante más de quince días, hecho que provocó un significativo deterioro a la casi totalidad del edificio.
El objetivo primordial de las obras ha sido poner nuevamente en funcionamiento un establecimiento en el que no sólo se dictan clases, sino también funciona un comedor comunitario que realiza una importante tarea social. Un grupo conformado por cien empleados y ejecutivos de General Motors donó su tiempo para llevar a cabo lo que fue la última fase de la reconstrucción: pintar el edificio. Gracias a este esfuerzo, el próximo año lectivo los alumnos volverán a ocupar las aulas que debieron abandonar abruptamente.
El otro ejemplo está dado por la compañía UPS (United Parcel Service), con sede en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, la empresa de envío y entrega de paquetes y mensajería express más grande del mundo, con presencia en más de 200 territorios y países y con un número de empleados que supera las 350.000 personas. Esta compañía tiene un fuerte compromiso de responsabilidad social con la comunidad que se materializa, fundamentalmente, a través de la Fundación UPS, que cuenta con diversos planes, entre los cuales el del voluntariado tiene un lugar destacado.
En efecto, UPS ha creado recientemente la Semana Global de Voluntariado, en la cual empleados de la compañía alrededor del mundo, como en los casos de Canadá, Bélgica, Gran Bretaña, Alemania, China, Singapur, Hong Kong, Malasia, Filipinas, Tailandia, Taiwan, Australia, Brasil y Méjico, decidieron disponer de su tiempo para brindárselo a la comunidad. Así, por ejemplo, en la región asiática se asignaron más de 2.400 horas para ayudar a construir una escuela, para jugar con los chicos que viven en orfanatos y para refaccionar un hogar que alberga a chicos autistas. En América Latina, se destinaron alrededor de 300 horas para plantar árboles, como parte de un programa destinado a ayudar a los chicos autistas. En Europa, más de 700 horas se invirtieron para distribuir libros entre chicos carenciados y recolectar comida para abastecer a bancos de alimentos.
Las tareas de voluntariado son realizadas por personas que trabajan en UPS sin distinción de jerarquías. Tanto es así que el presidente de la compañía, Michael Eskew, decidió unirse a otros 60 empleados de la empresa para ayudar a construir un gabinete de computación en una escuela primaria ubicada en la provincia de Hebei, China, a la que también se le donaron las computadoras y se le proveyó de la capacitación necesaria para los maestros. Como vemos en estos dos casos, entre los muchos más que existen, las empresas pueden devolverle a la comunidad lo que tomaron de ella y mostrar que la solidaridad forma parte de sus prioridades.
Enrique A. Antonini es analista de cuestiones nacionales e internacionales de actualidad.