Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

Luis Salinas, mucho más allá del virtuosismo

De movida, las primeras notas de la guitarra "dibujaron" La casita de mis viejos y eslabonaron, luego, Nada, Uno y El día que me quieras. Allí nomás, en esa sucesión de tangos, se abrió la reacción admirativa de la concurrencia. Desde el arranque, entonces, Luis Salinas capitalizó los sinceros aplausos que le tributó el nutrido público que el sábado por la noche llegó al Municipal, estimulado por los antecedentes del artista y comprobando temprano, --cuando el artista cerró (solo) su primer bloque en el escenario-- que el valor de la entrada estuvo bien invertido.
Luis Salinas, mucho más allá del virtuosismo. El mundo. La Nueva. Bahía Blanca


 De movida, las primeras notas de la guitarra "dibujaron" La casita de mis viejos y eslabonaron, luego, Nada, Uno y El día que me quieras. Allí nomás, en esa sucesión de tangos, se abrió la reacción admirativa de la concurrencia.


 Desde el arranque, entonces, Luis Salinas capitalizó los sinceros aplausos que le tributó el nutrido público que el sábado por la noche llegó al Municipal, estimulado por los antecedentes del artista y comprobando temprano, --cuando el artista cerró (solo) su primer bloque en el escenario-- que el valor de la entrada estuvo bien invertido.


 Después ingresaron los cuatro notables acompañantes con quienes Salinas gestó momentos musicales de superlativo nivel, criterio que incluye y ratifica opiniones de afamados músicos internacionales referidas a la dimensión artística-cualitativa del visitante.


 La ductilidad y fino tratamiento instrumental se exhibieron en los distintos temas, también apreciados en obras que tocó junto a Horacio Avilano (incluida una maravillosa selección de valses).


 El asombro de su velocidad digital se manifestó con idéntica frecuencia que la aplicada para hacer lucir en parciales a sus compañeros y captando aplausos individuales.


 Por otra parte, demostró un buen gusto privativo de quienes sienten la música, tal como algún poeta la definió ("el lenguaje del espíritu"), especialmente cuando sus improvisados tarareos acompañaban las melodías en su vuelo.


 Cuando concluyó el repertorio pautado con Para Troilo y Salgán el despliegue instrumental "procesó" la generación de infinitas notas que ganaron la sala para el remate de un sostenido reconocimiento en palmas. Pero allí no terminó la entrega. Como era de suponer, los cinco volvieron al escenario para el "bis" y Salinas propuso un cierre de pleno contenido folklórico que comenzó con una legendaria zamba santiagueña de los Hermanos Abalos, continuó con Luna Cautiva (cantada por él mismo al igual que la romántica Mujer y Amiga), y finalizó con los dinámicos ritmos del gato y la antigua chacarera (La Juguetona), también de los Abalos.


 La ovación apagó los silencios y magnificó el reconocimiento.


 Gustoso de compartir el aplauso, Luis Salinas abrió los brazos hacia sus músicos --que según remarca son sus amigos-- a quienes luego, en los camarines, identificó uno por uno con frases cortas pero precisas (ver aparte).


 Luis Salinas también fue protagonista de la fiesta por el 90º aniversario del Municipal. Guardará el archivo del Teatro la constancia de que un formidable guitarrista y "genio" de la improvisación.

Acompañantes y amigos




 "Horacio Avilano, en guitarra de base, es un amigo de la infancia y quien me asegura la base rítmica del tango, la milonga o el vals", señaló Salinas.


 A Juancho Farías Gómez, en bajo --hijo del Chango Farías Gómez, Salinas lo definió como un multi-instrumentista y músico fino, versátil y conocedor de nuestra cultura folklórica.


 "Alejandro Tula, en percusión, es santiagueño de La Banda y quien aporta la raíz. Tiene el peso natural que otorga el pertenecer a un lugar propio de nuestra música", indicó.


 Javier Lozano, en piano y teclados, es bonaerense.


 "Para mí, es uno de los pianistas `más músico' que conozco, esencialmente por su fineza y buen gusto".

Roberto Oña