Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Vivir para contarla: Rosa y Esperanza festejaron 102 años

Vecinas de Puan y de Mayor Buratovich, ambas nacieron en 1914 y con solo una semana de diferencia. Tejen crochet , comen de todo, juegan a las cartas y casi no toman remedios.
Tata y sus bisnietos: Daira Badano (izq.) Tiziana y Albertina Pezzutti (mellizas) y Pedro Farina, nietos de Coca Caracotche.

Por Anahí González / agonzalez@lanueva.com

Rosa y María Esperanza tienen muchas cosas en común: las dos nacieron un lunes, juegan a las cartas, tejen crochet, casi no toman remedios, comen de todo ¡y acaban de cumplir 102 años !

María Esperanza Álvarez de Menghini, a quien todos en Mayor Buratovich conocen como la abuela Tata (como la bautizó su primera nieta) nació el 1 de marzo de 1914 en Córdoba y pasó su infancia en Benjamín Zorrilla, (Río Negro) hasta que se mudó, con su marido, a la localidad villarinense.

Rosa Bottino Lione llegó al mundo el 22 de febrero del mismo año, en Puan.

Entre ambas suman 14 nietos, 20 bisnietos y dos tataranietos. Las dos tuvieron torta de cumpleaños y soplaron las velitas con la familia.

Flor de risa

Rosa se rió cuando supo el motivo de la entrevista. ¡Iba a salir en el diario! Sin dejar de mover las agujas con las que tejía una agarradera de crochet, empezó a contar cómo pasa sus días y cómo era la vida antes.

"No tomo remedios, juego a las cartas, al chinchón y a la lotería y tengo una gran memoria. Me acuerdo cosas que pasaron cuando tenía cuatro años”, dijo.

Hace todo sentada: lava los platos, los seca, pela las chauchas y ayudó a batir los ingredientes para la torta de su cumpleaños.

Además no utiliza lentes, teje carpetas y hasta terminó una colcha de lana de una plaza para su nieto.

Hija de inmigrantes calabreses, se crió con el papá y una hermana, ya que su mamá murió cuando ella tenía 4 años.

“Me las he rebuscado con lo que Dios me dio. Y aquí me tienen, con 102 años", reflexionó la mujer que vivió con su familia en una casa al lado de la laguna y que, a los 13 años, ordeñaba vacas para que el padre vendiera la leche. También aprendió a bordar y a hacer pasteles. En 1935 se casó con Miguel Maldonado, con quien tuvo tres hijos: Nora (con quien vive actualmente), Pascual (fallecido) y Lidia.

"Gracias a Dios estoy como una princesa", dijo la abuela de apellido Bottino, uno de los más antiguos registrados en el distrito de Puan.

¿Y la Tata?

María Esperanza Álvarez de Menghini, alias Tata, come de todo, menos pescado. Prefiere las tortas, los caramelos y los asados. Casi no toma remedios, solo una medicación para la presión arterial. Junto a su marido -de quien enviudó siendo joven-, trajeron al mundo a Nélida y Ana María.

Vive 15 días con cada hija, teje al crochet y juega a la escoba con una chica que le hace compañía todas las tardes y la ayuda a caminar. Tiene 7 nietos y 12 bisnietos. Cuando cumplió los 100 años, habló para La Nueva. Contó como conoció a su novio, que luego se convirtió en su esposo, y repasó el álbum familiar.

El festejo de su cumpleaños fue íntimo. Una tarde de té con sus hijas y nietas en las que pudo disfrutar de su torta preferida: bizcochuelo con durazno y crema.

En el día de su cumpleaños, recibió varios llamados y muchos saludos a través de las redes sociales.