Pacífico maduró en el torneo Promocional

Redacción de La Nueva.

contenidos@lanueva.com

 En un final de película, como si lo hubiese guionado el maestro inglés del suspenso Alfred Hitchcock, Pacífico logró en tres minutos del segundo tiempo suplementario, casi simultáneamente con el pitazo final del arbitro Gabriel Spinella (de excelente cometido), dar vuelta un juego de manera increíble.

 Es que los "verdes", estando 1-0 abajo y con un hombre de menos por expulsión de Horacio Ocampo (le entró muy mal a Currulef), superaron 2-1 a Comercial y, de esta forma, volverán a jugar en las tardes del domingo, después de 9 años de espera (descendió en el 2000).

 La tremenda resolución del juego cobró su punto más alto en emotividad a partir de los cuarenta y cinco segundos del segundo tiempo suplementario, cuando un disparo de Cardinal dio en el cuerpo de Moyano. El balón quedó picando para que Bravo de Laguna le entrará con alma y vida, produciendo el primer grito grande de la tarde entre el numeroso público whitense.

 Un rato después, quizás como consecuencia de su falta de experiencia, el volante Horacio Ocampo vio la roja directa por golpear antirreglamentariamente al recién ingresado Currulef.

 Con siete minutos a jugar, 1-0 abajo, y con un hombre de menos, la sensación que quedaba impregnada en el ambiente era que los nubarrones en el cielo de Pacífico estaban más negros y densos que nunca.

 Pero el fútbol, esa caja inagotable de sorpresas, demostró una vez más que es la dinámica de lo impensado. Y así lo hizo saber el capitán Gorocito (a esta altura ya un prócer de la institución), quien, con la sabiduría de los que saben, le entró a un tiro libre desde el vértice del cuadrante mayor. Fuerte contra el arco, aunque inesperadamente la acción contó con el aliado del azar, ya que el balón se encontró con la peinada hacia atrás de Cardinal, se elevó y de emboquillada superó al atónito Pagotto.

 La transitoria paridad fue como una inyección de aire fresco. Y cuando todo parecía que desembocaría en la ruleta rusa de los penales, al técnico Fabián Tuya (se la había jugado con sus ingresos), Ponce y Miguel Sanhueza lo correspondieron con la jugada que concluyó en el gol que valió el ascenso.

 Una excelente trepada de Rodrigo Ponce por el carril izquierdo terminó con un pase preciso para el ingreso de Miguel Sanhueza, de pura cepa verde, quien con un estupendo disparo dejó sin chances al golero Pagotto, poniendo la luz necesaria al final del túnel y dar paso al festejo tan esperado.

 Pacífico campeón, el de los 113 años de vida (uno de los más antiguos del país), el de los diez títulos en el círculo superior y siete ascensos, es otra vez de Primera y su consagración no admite discusión.

 Comercial cayó de pie como lo hacen los grandes de verdad. Se le escapó la posibilidad del ascenso directo, aunque ahora le queda el consuelo de jugar la Promoción ante Villa Mitre y, porqué no, pensar que se puede...

Luis María Canosa/"La Nueva Provincia"