Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Miserere por la militancia ausente

"El presidente prefirió adjudicarle a la jornada un significado eleccionario y olvidó los padecimientos de la militancia peronista."

   No esperaba que el presidente Fernández conmemorara el día del militante, porque jamás fue militante ni peronista, sino socialdemócrata. Por eso convocó a la Plaza de Mayo, pero vaciando de contenido al aniversario de aquel 17 de noviembre de 1972.

   No me extrañó que  olvidara recordar los fusilamientos de la flor y nata del Ejército que en 1956, con el general Valle a la cabeza, y de los obreros en los basurales de León Suárez que dieron fiel testimonio militante. Pero no se privó de que estuvieran a los pies de su palco la montonera vengativa y los hijos de la guerrilla apátrida expulsada de esa misma plaza por Perón en 1974. Su amnesia selectiva olvidó que en el Operativo Independencia, con el general Vilas peronista al frente, se venciera a la guerrilla en Tucumán ordenado por la comandante en jefe Isabel. 

   Pero también omitió a los cientos de muertos en el bombardeo de pueblo llano en Plaza de Mayo en 1955. Para completar sus omisiones, olvidó rendir homenaje en el cuarto aniversario y exigir el pronto esclarecimiento aún pendiente de los 44 martires del ARA San Juan y exigir rendición de cuentas al ministro Aranguren, que propició que ese submarino fuera a obtener información para su mandamás, la empresa Shell: mártires abandonados a su suerte por un gobierno proinglés. 

   Tampoco honró al teniente general Perón que aquel 17 de noviembre de 1972 sabía que regresaba a la Argentina a ofrendar su ultimo servicio antes de morir por saberse muy enfermo, dando un testimonio de perdón y conciliación con su adversario de siempre, el Dr. Ricardo Balbín. 

   Prefirió adjudicarle a la jornada un miserable significado eleccionario y olvidó adrede las aportadas cárceles, persecuciones, torturas, mordazas, fusilamientos que han padecido los militantes del peronismo y otros del campo nacional y popular, con el Plan Conintes o en defensa de la soberanía del país. Nada dijo del Plan Cóndor de desapariciones y vuelos de la muerte auspiciado y financiado por EE.UU., Francia e Israel, como para que tengamos que soportar en cómplice silencio el bastardeo de la fecha, olvidando que siempre las cárceles y muertos los aportó el peronismo. 

   En lugar de honrar a la resistencia después de la “fusiladora de 1955”, optó por una Plaza de Mayo sin Perón, como querían los “jóvenes idealistas” expulsados en 1974. Y que quieren hacer legitima una deuda externa nula -según jueces de EE.UU.- por no haber sido aprobada antes por el Congreso Nacional, y que ahora se  pretende enmendar con que el actual  apruebe la negociación con el FMI, o sea la contracara de la misma moneda que ninguneó al Congreso para contraerla. 

   Jesucristo lloró sobre su patria Jerusalén porque la compadecía. Jesucristo no podía amar esa porquería que dirigía el hipócrita de Caifás, el payaso de Herodes y el peso imperial malicioso de Roma. Hoy Argentina se  parece bastante a esa Jerusalén. El alma inmortal de la Patria que honraron los fusilados de 1956, y también otros como los 44 héroes del Ara San Juan, cae deshojada porque una vez más se la pone de rodillas a merced de la canalla. 

   Por eso, ante el silencio sospechoso para con los 44 mártires militantes de la patria tras 4 años de impunidad, y para con todos los que dieron testimonio militando por sus convicciones políticas patrióticas -huérfanos de la ocasión conmemorativa-, va este miserere trágico y agradecido.