La Primera Guerra
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Hace 95 años, en agosto de 1914, el inicio de la guerra europea generaba sus primeras consecuencias en nuestra ciudad.
Los titulares de "La Nueva Provincia" eran contundentes en cuanto a lo delicado de los hechos: "Alemania declara la guerra a Rusia"; "Los prusianos invaden Francia"; "La flota inglesa propónese copar a la alemana". Pocos lo sabían entonces, pero comenzaba la Primera Guerra Mundial.
La consecuencia inmediata en Bahía Blanca fue un feriado bancario de ocho días, "para impedir que cundiera el pánico y que los depositantes se apresuren a convertir el papel en metálico". El ferrocarril redujo su tráfico, en previsión de la falta de carbón, "combustible abarrotado por las potencias en guerra", y el gobierno nacional reactivó las tareas exploratorias en los yacimientos petrolíferos de Comodoro Rivadavia.
En Bahía, aumentaron el pan, la carne, la leche, la sal y la verdura, lo cual enojó a varios sectores. "Si alguna ventaja ha de reportar el conflicto europeo --se afirmó en estas páginas-- debe ser para la producción agropecuaria, pero no para quienes ambicionan hacer su agosto con la desgracia ajena".
En el Puerto Militar, se vivían también situaciones diversas: mientras jefes y oficiales encontraban grandes atractivos profesionales en el enfrentamiento --"son hombres de guerra que sienten avivada la pasión que provocan los acontecimientos bélicos"--, las obras del dique de carena Nº 2 quedaron prácticamente paralizadas: unos 300 obreros, entre franceses, alemanes y austríacos, abandonaron el trabajo, para incorporarse a los respectivos ejércitos.
Ecos de una guerra que costaría la vida de millones de seres humanos, todos creados como hermanos por el mismo Señor.