Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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Ni un Escudero fue capaz de frenar a Rosario en Cabildo

El equipo de Katz no dejó dudas y venció a los de Villa Rosas por 2-0. El arquero Joaquín Escudero fue la figura.
Vega pita el final, mientras los jugadores de Libertad se van con la cabeza gacha. De fondo, Rosario ya inició los festejos.

Por Gerardo Ariel Lorenzo / glorenzo@lanueva.com

Marcando en la cancha la diferencia que existe entre ambos en la tabla, Rosario derrotó a Libertad, por 2-0, y se llevó de Cabildo lo que fue a buscar: el Nº1 de la fase regular y toda la ventaja de cara a los playoffs.

El elenco de Punta Alta hizo dos goles, pero podría haber goleado a su rival si no hubiera sido por la tarde soñada que tuvo el arquero Joaquín Escudero, quien atajó un penal y evitó cuatro situaciones que en el 99% de los casos terminan en gol.

Con las corridas de Sanhueza por las puntas y el trajín de Ovando en la banda izquierda, los franceses se encargaron de dejar en claro que no iban a flaquear en la última fecha.

Así y todo, en el medio de una densa neblina, Libertad casi se pone en ventaja con un rebote de Orsi que desactivó Coronda.

Luego de ese sacudón, Rosario fue amo y señor del partido. A esa altura nadie tenía en carpeta que Escudero (¡justo un apellido históricamente relacionado con Sporting!) iba a atajarse todo lo que le tiraran al arco.

En el primer tiempo, el golero milrrayitas (sobrino de Fabián Escudero y categoría '94) tapó tres goles hechos a Trotta, Ianni y Sanhueza.

Claro que en el medio de esas intervenciones, el pibe no pudo hacer nada para desviar un cabezazo letal del propio Trotta, tras un gran centro de Sanhueza.

En el segundo tiempo, Rosario salió decidido a liquidarlo, pero Escudero siguió intratable atajando sendos remates del Cholo Fernández y de Trotta. Por si faltaba algo, hasta ¡le atajó un penal! al capitán rosaleño.

La tranquilidad definitiva llegó a los 34 minutos. Trotta esta vez se vistió de asistidor y Gabriel Ianni definió como los dioses, para el 2-0.

Tantas libertades fueron una invitación al éxito para Rosario, que se quedó con el Nº1 y con toda la ventaja.