Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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Boca y River no llevaron las llaves y dejaron abierta la puerta a la final

El primer Superclásico, en la Bombonera, terminó igualado 0-0. El partido fue muy friccionado y tuvo pocas jugadas de gol. Los primeros noventa minutos de la serie tuvieron poco brillo.
Cuerpo a cuerpo, Gabriel Mercado le cierra el paso al delantero Andrés Chávez.

Una mirada dirá que Boca no pudo hacer valer la localía y el apoyo de su gente. La otra, señalará que el xeneize no recibió goles de visitante y trasladará la presión a River en la revancha. A la postre, la única certeza que arrojó anoche el Superclásico de ida por las semifinales de la Copa Sudamericana, es que el 0-0 entre auriazules y millonarios terminó siendo un reparto justo, con vistas al encuentro de vuelta en el Monumental.

Como suele pasar en este tipo de duelos, el desarrollo de las acciones tuvo pocas luces, predominando la fricción y la lucha aérea.

El primer tiempo se jugó con uñas y dientes apretados, al mejor estilo de los viejos duelos coperos.

¿El combo? Muchas piernas en el mediocampo, juego intermitente y la pelota más tiempo en el aire que en el pie de los jugadores.

Así fue como, en apenas cinco minutos, Leonel Vangioni castigó a Juan Manuel Martínez y se ganó la tarjeta amarilla.

Incluso, el Burrito no se pudo recuperar de aquella patada (ver aparte) y tuvo que salir a los 30 minutos, dejándole su lugar al chileno José Fuenzalida.

En una etapa inicial donde los más destacados fueron Erbes-Meli, en Boca, y Mercado, en River, el dueño de casa insinuó una pizca de peligro con un remate de Gago (fácil para Barovero) y una corrida a fondo de Chávez.

Por si faltaba algo más, antes del descanso, Teo Gutiérrez sufrió un golpe en el hombro y Leo Ponzio también se llevó una tarjeta de Trucco por un fuerte foul a Gago.

Si los hinchas de Boca esperaban gritar un gol en el segundo tiempo, se quedaron con las ganas.

Si bien el equipo del Vasco Arruabarrena insinuó salir con energías renovadas, a la larga se terminó quedando en el intento.

Por caso, el Cata Díaz y Chávez tuvieron dos chances nítidas para alertar la tranquilidad de Barovero.

Como la fórmula no encontraba resultado en ninguno de los dos bandos, los entrenadores buscaron cambios en ofensiva con los ingresos de Emmanuel Gigliotti y Lucas Boyé.

Sin embargo, el cierre fue más de lo mismo. River amagó con dar la estocada final en los últimos minutos, mientras que Boca casi marca el desnivel con un envío de pelota parada (lo tuvo Gago).

A la postre, el Superclásico copero terminó 0-0 y la historia tendrá su capítulo final dentro de siete días en el Monumental.