Bahía Blanca | Sabado, 04 de mayo

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Entre llantos y pedidos de justicia, comenzó el juicio por el femicidio de Micaela

Jonathan Luna prefirió no hablar. La primera en declarar fue la mamá de la pequeña, Mónica Cid.
Fotos: Emmanuel Briane y Rodrigo García-La Nueva.

   El juicio por el femicidio de Micaela Ortega comenzó esta mañana en Bahía Blanca con Jonathan Luna como único acusado y en medio de una sala llena de dolor. 

   Familiares y amigos de la nena de 12 años asesinada en 2016 colmaron la sala y lloraron durante gran parte del proceso. Inlcuso compañeritas de Mica se hicieron presentes en el lugar, también reclamando justicia.

   Poco antes de las 12, y tras haber escuchado parte del relato de la mamá de la chica, Mónica Cid, Luna le pidió a su abogado retirarse hasta el momento de los alegatos, que posiblemente serán el viernes.

   Pero no se fue sin que Mónica se le parara enfrente para expresarle su dolor.

   La defensa dijo que no va a cuestionar la autoría ni las acusaciones hechas por la querella, aunque sí criticó la carátula: homicidio calificado por haber sido cometido con alevosía, para procurarse la impunidad y habiendo mediado violencia de género, además de grooming y robo.

   Luna prefirió no hablar, como lo hizo en todo el proceso. Con la cabeza gacha, escuchó a Mónica Cid, aunque ni la miró.

   El fiscal Rodolfo De Lucia le pidió a la mujer que describa a su hija.

   "Era una niña muy alegre, siempre la defino como una loquita linda. Era mi hija", dijo Mónica y se largó a llorar.

La hora de la verdad

   "Arrancábamos peleando con lo que íbamos a desayunar hasta lo que se iba a poner. Porque ella tenía 12 años y yo fui criada a la antigua, por así decirlo", contó Mónica al referirse al trato con su "hija adolescente".

   Micaela iba dos veces por semana a patín y el resto de los días se quedaba en su casa, con la computadora o el celular, esperando a que la madre volviera de trabajar y al cuidado de su abuela que "iba y venía" porque vivía al lado.

   Cuando le consultaron si Mica tenía novio, Mónica contó que esa era "una gran disputa" entre ellas. "Ella creía que tenía la edad suficiente para tener un novio, yo quería que pensara en otras cosas", expresó.

   Y agregó que le "conoció un noviecito" el viernes anterior a que Micaela desapareciera: "Lo vi irse, sólo una imagen".

   Mónica habló de las pertenencias de Micaela y reconoció varios objetos que Luna le había robado. 

   El abogado del acusado no le hizo ninguna pregunta y luego de la exposición el tribunal pasó a cuarto intermedio.

   Cuando lo sacaron a Luna, Mónica se le acercó y cara a cara le dijo, entre los policías: "Vos mataste a mi hija y a mí también me mataste".

   El papá de Micaela, Claudio Ortega, declaró que tampoco conocía a Luna y contó que "el día que nos dijeron que habían encontrado a Mica pensamos que estaba viva".

   Claudio definió a su hija como "dulce y cariñosa" y como una nena que "se hacía respetar".

   "Cuando había algo que a ella lo le gustaba, se hacía valorar. Quizás por eso le pasó lo que le pasó, no se dejó hacer lo que esta lacra le quiso hacer".

   El supuesto novio de Micaela y la hermana de ese chico también declararon y reconocieron las transcripciones de chats de Facebook que mantuvieron con ella.

   Otras 2 testigos fueron clave: una vecina que vio a Micaela salir sola de su casa el sábado a la mañana y una docente que la reconoció cerca de donde fue vista por cámaras de seguridad, junto a Jonathan Luna.

   Al terminar el primer día del juicio, Mónica cantó para pedir justicia en las escalinatas de Tribunales.

El minuto a minuto de la primera jornada del juicio

 

Un femicidio que marcó a Bahía

   Micaela, que tenía apenas 12 años, fue captada por Facebook por Luna, que se hizo pasar por una chica de su edad a través del Facebook.

   Desapareció y todo Bahía la buscó durante 35 días: fue encontrada el 28 de mayo de 2015, asesinada cerca de la planta de TGS.

   Inmediatamente la ciudad quedó conmocionada y miles de bahienses marcharon pidiendo justicia por ella y por todas las mujeres asesinadas.

   Luna llegó a Tribunales en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, con chaleco antibalas y casco.

   Cuando Luna asesinó a Micaela, estaba prófugo de la Justicia de Río Negro: el 20 de diciembre de 2014 le dieron su primeda salida transitoria —cumplía condena por robo calificado— y se fugó a Bahía Blanca. 

   Nadie lo buscaba, aunque él sí buscaba menores para conocerlas a través de Facebook con perfiles propios y con nombres falsos.

Casi 100 testigos

   El juicio, que se desarrollará en principio hasta el viernes, está a cargo del Tribunal en lo Criminal Nº 2. De los tres jueces, dos son mujeres: Claudia Fortunatti y María Elena Baquedano. El restante cargo lo ocupa Eugenio Casas.

   La sala principal del Palacio de Tribunales, en el quinto piso de Estomba 34, será escenario del debate y se espera que declaren alrededor de 100 testigos.

   Desde la acusación actúan el fiscal Rodolfo De Lucia -estuvo a cargo del caso desde la desaparición de Micaela- y la abogada María Fernanda Petersen, representante de los padres de la chica, Mónica Cid y Claudio Ortega. A Luna lo asiste el defensor oficial Sebastián Cuevas.

   Por los delitos que cometió y por su reincidencia, se espera que Luna reciba cadena perpetua y que no recupere nunca más su libertad. Aunque la defensa podría presentar una estrategia basada en un golpe en la cabeza para declararlo insano. Además podrían intentar cambiarlo a homicidio simple, con penas atenuadas que van de 8 a 25 años.