Bahía Blanca | Domingo, 14 de septiembre

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Bahía Blanca | Domingo, 14 de septiembre

Noche de boxeo, tango y un homenaje a un “Príncipi” como el italiano Nino Benvenuti

“Me emociona la valiente Bahía Blanca, gente valiente que se bancó un par de catástrofes. Salieron de las cuerdas tirando piñas”, dijo el analista de boxeo Osvaldo Príncipi, quien participó del homenaje al exboxeador en el Aula Magna de la UNS.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

El Aula Magna de la Universidad Nacional del Sur se vistió de gala para homenajear a Nino Benvenuti, legendario boxeador italiano, campeón olímpico y mundial, y un embajador del deporte italiano y de la cultura.

Inmigrantes italianos, amantes del boxeo e invitados especiales vivieron una noche mágica por espacio de casi dos horas, donde la voz del periodista  -crítico del boxeo- Osvaldo Príncipi  y el acompañamiento del productor José Valle recorrieron la trayectoria de Nino, una figura que trascendió el ring, destacando por su carisma y elegancia -también fue actor de cine-, utilizando el deporte como un puente para la amistad y la conexión entre Italia y Argentina.

Todo muy bien ambientado con un espectáculo didáctico musical denominado “El último round, homenaje a Nino Benvenuti”.
Gaby lució, como de costumbre, su voz sensual; Gustavo Von Holtun cantó en italiano e impresionó al público, a la vez que Galo Valle demostró estar hecho de buena madera. Y los bailarines Victoria Cuadrado y Ramiro Belmonte le sacaron lustre al escenario.

 

“Celebramos la semana del deporte italiano a través de la red diplomática. Como Cónsul elegí celebrar a Nino Benvenuti, gran boxeador, con una gran carrera, campeón olímpico y del mundo. Fue la cara más conocida del deporte italiano en Argentina. Todos recuerdan su pelea con Monzón; Benvenuti perdió en el ring, pero ganó en la vida, en la leyenda, en la mitología del boxeo”, dijo Nicola Bazzani, Cónsul de Italia en Bahía.

Bazzani se puso la remera con la imagen de Benvenuti y alentó a los presentes a prenderse con los relato de Osvaldo Príncipi, quien lo entrevistó antes de su muerte, y los valiosos aportes de José Valle.

 

“¿Cuánta grandeza hubo en cada respuesta de Benvenuti? Sobre cosas, valores de la vida. No todo es material, no todo es dinero, no todo es figurativo. Lo espiritual, cuando uno lo maneja, lo expone y lo transmite, tiene un valor incalculable. Es digno de admiración”, subrayó Osvaldo Píncipi, mientras Valle le pedía que contara una anécdota de Hernán Santos Nicolini, en aquella transmisión que compartieron relatando -un round cada uno- con Osvaldo Caffarelli, en la primera pelea entre ambos, cuando Monzón noquea a Benvenuti en el round 12 y se consagra campeón mundial de peso mediano.

“A Nicolini le tocó par y el destino quiso que el dueño de los derechos tuviera su premio”, contó Príncipi.

También sevhizo una recorrida mencionando a los boxeadores bahienses, aprovechando la presencia en la sala de Carlos María Giménez, Mauro Ordiales y Neri Muñoz, quienes recibieron un merecido reconocimiento.

 

“Nicolini también forma parte del boxeo de Bahía, de Carlos María Giménez, de Cachín Méndez, de Yanni (Juan) García; hasta que llegó el tiempo de Mauro Ordiales, a quien pude ver en Villa Mitre hace más de 20 años; y el tiempo de Neri, el nuevo pilar de estos 60 años transcurridos que siguen proyectando hacia adelante”, subrayó Príncipi.

El relato siguió su curso, las imágenes de fondo cambiaron el rostro juvenil de Nino por un adulto de mil batallas.

De las peleas ganadas y los títulos conseguidos al ocaso en aquellos enfrentamientos con Carlos Monzón, antes del retiro.

“Me ganó un boxeador enorme, a quien jamás hubiese podido vencer, ni en mis mejores momentos. Luego Monzón pasó a ser un amigo de la vida”, expuso el mismísmo Benvenuti en la entrevista que duró 25 minutos.

 

-Osvaldo, ¿además de las peleas también se emociona con los homenajes?

-Sí, sí, sí... Me emociona la valiente Bahía Blanca, gente valiente que se bancó un par de catástrofes. Salieron de las cuerdas tirando piñas. Digo valiente y agrego admirada Bahía Blanca.

-En qué boxeador bahiense se podría reflejar la historia de esta ciudad tan apegada al boxeo.

-En la línea de Carlitos Giménez, Cachín Méndez, Juan García, Ordiales y Muñoz. El estilo, las formas, la personalidad y la dedicación de ellos es la imagen del bahiense.

 

-Neri pegó un salto de calidad importante.

-A Neri lo corre el tiempo... El boxeo de hoy no admite del período de la experiencia; es el momento, el subirse y no bajarse. Neri encontró el mercado justo, la pelea justa, con televisación nacional, es un pibe que creció rápido, que demostró condiciones y tener gente muy preparada en su entorno. En Panamá debió tener otra suerte y esa inestabilidad que en ocasiones muestra es por la inexperiencia, porque es un pibe.

“Hoy el boxeo no tiene tiempo para la experiencia. Si la pelea es con Gary Rusell, se trata de un norteamericano duro que no se cae, pero en el boxeo todo es posible.

-La famosa perinola...

-Es que el momento se comió a la experiencia, como cuando Nicolino Loche y Carlos Monzón subían a pelear por el título con enormes batallas sobre el lomo. Eran experimentados.

“Hoy es tirar la ruleta y que salga bien. Lo bueno de Neri es que es un chico que se esmera mucho, se cuida y vive para el boxeo”, apuntó.

-¿Se dio una vuelta por el Museo del Deporte bahiense?

-No hice tiempo, es una cuenta pendiente para la próxima visita. Las glorias del deporte están ahí, cada una con su leyenda.

-¿Y que recuerdos le trae el Salón de los Deportes?

-Era un ícono, como el Luna Park. Hoy hay un templo, pero lo mismo pasó con el Club Defensores de Villa Luján, el Estadio Norte de Rosario que fue derrumbado. Hay cinco o seis instituciones emblemáticas que no están y no volverán. Lo del Luna Park es increíble, lo cambiaron todo,  para qué vamos a hablar...; forman parte de la historia popular de cada ciudad que es lo que se debe resaltar.

-¿Qué le viene a la mente si le nombro a Paco Cabezas y Oscar Enrique Castro?

-Los escuchaba por radio desde mi Mercedes natal. Paco Cabezas una vez le hizo una gauchada a Ernesto Vila y le dijo: “Por primera y última vez no me pidas más un favor porque lo tuyo es muy engorroso y yo quiero estar tranquilo”. La radio de Bahía era los jueves. El boxeo de Bahía tuvo una particularidad; era el único que iba los jueves. Yo era un pibe de 14 años y no tenía la prisa y la presión de los pibes de hoy. 

-¿Qué siente cuando un boxeador argentino es derrotado? ¿Le duele?

-Soy un robot, no soy nacionalista. Aplaudí al chino Maidana en su primera pelea con Floyd Mayweather, pero la perdió por cuatro puntos. No me subo a un nacionalismo de decir fue un robo, no sirvo. Hoy lamentablemente el consumo está buscando un poco a los relatores de los años ‘50 cuando Luis Sojit decía: “Robaron a Fangio". Y resulta que le habían sacado una vuelta. Represento a la gente. En 68 años siempre tuve mucho trabajo”, afirmó.

-¿La pelea que más disfrutó?

-Cuando Martillo Roldán peleó con Tommy Hearns. En una Martillo llega a fondo y a Hearns le vacilan las piernas; si se producía esa victoria iba a ser histórico.

-¿Su corazón hace lo mismo cuando va a ver a Estudiantes?

-No. Ahí no trabajo y mi corazón se quiebra, lo vivo como hincha.