Seguirá preso por circular con un auto robado que volcó en la ruta

Redacción de La Nueva.

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   El auto fue robado la mañana del 2 de mayo pasado, cuando estaba encendido y con las llaves puestas, en Mitre al 200 de Punta Alta.

   Pese a formalizarse la denuncia rápidamente y ordenarse su secuestro, recién 5 días después se lo pudo interceptar, aunque por un hecho totalmente fortuito.

   Fue en la ruta 51, cerca de Bahía Blanca, cuando el conductor volcó el Renault Mégane, dominio GDX 156, y motivó la intervención policial.

   Isaías Nahuel Leguizamón, en principio, negó tener relación con el delito y dijo haber comprado de buena fe el coche, pero sus argumentos fueron inconsistentes y de esa manera quedó detenido.

   Al joven acusado se le dictó la prisión preventiva por encubrimiento y, en las últimas horas, la Cámara de Apelación y Garantías ratificó esa medida, al desestimar la apelación del defensor oficial Eduardo Zalba.

   El abogado consideraba que Leguizamón no tuvo un actuar doloso y que había señalado a Facundo Salum, el supuesto vendedor del rodado, como dedicado "a la venta de autos sin papeles, mellizos y gemelos".

Buscó evadirse

   Los camaristas Gustavo Barbieri y Pablo Soumoulou ratificaron lo dispuesto por el doctor Guillermo Mércuri, titular del Juzgado de Garantías N° 2 y, de esa manera, el sospechoso esperará el juicio entre rejas.

   "Surge con claridad del acta de procedimiento que Leguizamón fue aprehendido luego de colisionar con el vehículo que se conducía, en
circunstancias en que, al ver el móvil policial que se había constituído en el lugar con motivo del accidente del que habían recibido aviso, comenzó a realizar maniobras intempestivas para lograr evadir al preventor", explicó la Cámara.

   Los jueces también tuvieron en cuenta que la plana de alta de la orden de secuestro se formalizó el 4 de mayo, apenas 3 días después de que el joven fuera atrapado, dato que lo relaciona más con la maniobra delictiva.

   "Ya la sola tenencia de un objeto de esas características (un automóvil -bien mueble registral- de alto valor adquisitivo) a los pocos días de éste haber sido hurtado, aporta un importante elemento de cargo", ampliaron.

   Por otro lado, Leguizamón no pudo presentar ningún tipo de documentación y el día de su indagatoria guardó silencio, con lo cual "nada aportó respecto de la procedencai del vehículo" ni dio explicaciones.

   A su vez Salum, el supuesto vendedor del auto, negó todo vínculo con el acusado y otra persona también negó haber sido quien se lo recomendó para la compra, como alegaba.

   "Y aun cuando la versión del imputado (de que efectivamente compró el Renault a Salum) fuera cierta -lo que hasta el momento está desacreditado-, ello habría que tomarlo con suma prudencia, desde el momento que reconociera que Salum vende autos 'sin papeles, mellizos y
gemelos'", agregaron.

El peligro de fuga

   Si bien Leguizamón podría recibir una pena máxima de 3 años de prisión -habilitaría la excarcelación-, registra un antecedente que lo compromete.

   El 28 de abril del año pasado, el Tribunal en lo Criminal N° 1 lo sentenció a 3 años de prisión en suspenso y, de recaer en su contra una nueva sanción, deberían unificarse y cumplirse efectivamente.

   A partir de ese análisis se puede establecer que una eventual sumatoria de penas sería superior a los 3 años, lo cual necesariamente es de cumplimiento efectivo.

   Aun si hubiera actuado con dolo eventual, el máximo de la pena es de 3 años, con lo cual nada cambiaría.

   "Todo ello me lleva a relevar un efectivo peligro de fuga, que me conducen a la conclusión de que la medida dispuesta resulta ser razonable y proporcional", sentenciaron los camaristas.

   En ese sentido, explicaron que el denominado genéricamente "peligro procesal", constituye un aspecto que legítimamente puede ser considerado a efectos de establecer los límites para la libertad.