Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

La ciudad y el agua, el tema de cada verano

Bahía Blanca exige un plan de obras adecuado, serio y completo. Necesita atender con responsabilidad su planificación urbana

   Llegó la época de calor y con ello el inmediato crecimiento en la demanda de agua, en el uso del líquido, con más consumo, con más riego, con más actividades recreativas.
   Termina el 2019 y la ciudad sigue abastecida por el mismo esquema hídrico que se puso en marcha en 1972, hace casi 50 años, con un embalse en Paso de las Piedras, un acueducto, una plana potabilizadora y una red de distribución. 
   Desde entonces poco y nada ha cambiado desde el punto de vista de la infraestructura. Es el mismo lago, el mismo acueducto, casi la misma planta potabilizadora, la misma red de distribución.
   Es cierto que se han renovado cañerías, en una tarea que en algunos casos sirvió para reemplazar cañería de hierro fundido que habían colocado las empresas inglesas -primeras concesionarias del servicio- en 1908, las cuales estaban, en los hechos, en un estado deplorable, casi sin capacidad de transportar agua, inservibles.
   No se ha concretado la ampliación de la planta potabilizadora -no se puede recibir más agua si no se tiene capacidad de tratarla para volcarla a la red- ni tampoco se dispone de capacidad de almacenamiento en caso de poder disponer de más metros cúbicos.
   Pero además Bahía Blanca ha tenido un cambio por demás significativo en las últimas décadas: ha crecido en extensión de manera alarmante, al punto que es tomada en muchos estudios urbanos como un preocupante modelo de crecimiento en superficie.
   La población ocupa 10.500 ha más que en la década del 70. Su densidad poblacional se redujo de 47 habitantes a 28,5 habitantes por hectárea. Creció a partir de decenas y decenas de nuevos barrios en la periferia antes que de concentrarse en el macrocentro.
   Nunca se hicieron las inversiones que exige un cambio tan drástico. Decenas de barrios se quedan sin agua o no tienen presión. 
   No hay que poner el ojo en detalles menores ni en excusas circunstanciales. La ciudad exige un plan de obras adecuado, serio y completo.         Necesita atender con responsabilidad su planificación urbana y, finalmente, que la Provincia disponga de un plan de inversiones adecuadas para una ciudad a la que pomposamente se la define como una de las más importantes del mundo.