"Willie" Dietrich: “En el libro hay cosas que estaban en la cabeza de un pibe amante de los fierros"
Se presentó en Bahía el libro “Dietrich, un apellido, una marca”. Emotivo relato del fundador en su local de Hipólito Yrigoyen 3999.
Subjefe de la Sección Deportes con especialización en temas deportivos. Más de 30 años comentando fútbol y otro tipo de actividades; además de haber realizado coberturas en todo el país con la incursión de los elencos bahienses en la elite del fútbol nacional. También coberturas del seleccionado Argentino en acontecimientos como Copa América y amistosos internacionales.
“De todos los fundadores de la década del ‘60 no hay nadie que pueda asemejarse a Dietrich y decir tenemos el nombre inicial. Hay una empresa de calzado de 120 años, pero fueron años cortados porque tuvieron otros dueños. En nuestra historia familiar siempre se transmitió confianza; es nuestra marca, la confianza hacia el cliente, el colaborador, el que trabaja todos los días con nosotros…”.
La emoción invadió por momentos a Guillermo “Willie” Dietrich, quien contó en primera persona cómo hace 60 años, desde un taller mecánico de la calle Sarmiento en la Ciudad de Buenos Aires, logró imponer sus ideas, más allá de los avatares económicos, y fue sumando a su familia para ir edificando un grupo empresario de reconocida trayectoria.
Así presentó este jueves en el showroom de la sucursal Volkswagen de Hipólito Yrigoyen 3999 de Bahía Blanca, el libro “Dietrich, un apellido, una marca”.
Guillermo contestó las preguntas de su hija, Luly (Lucila), quien lo transportó al pasado y le hizo narrar el desarrollo de su negocio auotomotriz en Argentina desde sus inicios, haciendo hincapié en los desafíos, aprendizajes y valores, muchas veces dentro de en un contexto de crisis.
“Siempre digo que yo no soy universitario y que mi título es esa chapita que veo todos los días. Cuando me ha tocado tener una discusión fuerte con algún colaborador le he recalcado lo siguiente: ‘Cuando viene el cliente rey y pone el pie en el escalón del negocio, lo primero que tiene ese cliente es confianza. Gracias a Dios ese concepto está en el ADN de mi familia”, remarcó, mientras era escuchado con atención por todos los presentes, entre ellos empresarios, autoridades políticas y empleados de la empresa.
En el libro también se narran las vicisitudes de la historia económica argentina y todo lo que tuvo que atravesar para llegar a ser un empresario exitoso.
“En 60 años pasaron 54 ministros de Economía. Me lo hizo saber en una carta muy emotiva Miguel Donadío, a quien le agradezco profundamente. No sé qué hubiese sido de mi vida si mis hijos, Hernán, Guillermo y Lucila no me acompañaban. Tal vez hoy tendría un negocio pequeño y con pocas ventas. Ellos impulsaron a Dietrich a lo que es hoy en el país”, señaló, resaltando que su hija Coni se dedica al arte y la fotografía.
“Siempre los apoyé en todos sus emprendimientos, sin importar lo que hacían. Ellos eligieron su camino y por suerte decidieron acompañarme”, resaltó.
Guillermo Dietrich también recordó su amistad con Juan Manuel Fangio, contó algunas anécdotas –están escritas en el libro- y el consejo que le abrió la mente.
“Hijo, aquí dice ‘Automotores Sarmiento...’ me dijo Fangio, con su tono tranquilo y pausado cuando vio la tarjeta de presentación de su taller. Lo miré y desde mi juventud no entendía a dónde iba. Y de repente la respuesta que me dejó pensando”, contó.
“Tu capital es tu apellido. ¿A quién se le ocurre ponerle Sarmiento? Sarmiento se llaman las escuelas. Ponele Dietrich. Así te vas a ganar la confianza de los clientes. Sarmiento, no. Dietrich...”, relató.
“Con Fangio se fue forjando una amistad sincera, de muchos años. Cuando falleció no estaba en el país. Pero el lazo familiar siguió y hay muchos recuerdos lindos que guardo del ‘Chueco’”, dijo emocionado.
En el libro Dietrich resalta que el trabajo fue su universidad y que a lo largo de los años le tocó muchas veces hablar con jóvenes emprendedores y estudiantes en las aulas.
“Les contaba de la importancia de lo que pasa en la calle, de la vida real y de lo distinto que es la teoría de la práctica”, subrayó.
-De Bahía, ¿qué se lleva?
-Un agradecimiento eterno a la gente de Bahía Blanca. La escarapela de Volkswagen fue una piedra fundamental en esta historia que se fue forjando. Estamos en un momento muy importante para nuestra empresa y seguimos creciendo.
“No olvido la calidad con la que nos recibieron en Bahía, las amistades que hice, como con Carlos Moreno Salas, que empezó cuando estaba en SMATA y sigue vigente. Entrar a Bahía Blanca fue muy lindo, pero esto sigue porque se proyectó KIA y arrancamos con Audi; la mirada siempre está más allá”, apuntó.
Hadita, la Pyme y la gente
Algunas de las frases que expuso Guillermo Dietrich en su local bahiense durante su relato fueron:
-“Valoro todo mucho más después de haber escrito este libro, porque es como como el sacerdote que repasa la Biblia todos los días. En el libro hay cosas que estaban en la cabeza de un pibe amante de los fierros y los talleres”.
-“Intelectualmente trato de tener el cien por ciento de honestidad. No puedo decir que no hice ningún plan estratégico, avanzaba y confiaba en la gente, en mis ideas. En ese momento el local de ventas no era una referencia para mí, porque tenía cuatro personas a cargo mientras iba escalando el sueño. Veo el video que se armó de la familia y me siguen emocionando determinadas cosas”.
-“Llegaba a mi casa y a Hadita no le contaba nada porque era mi rincón para estar con mis hijos. Haber hecho esto en una Argentina tan compleja me llena de satisfacción. Cada capítulo del libro tiene su riqueza, como también los capítulos escritos por mis hijos y los testimonios de distintas personas que fueron muy importantes en nuestra empresa”.
-“Hadita, mi compañera, estaba a cargo de un Pyme en casa. Éramos un montón y ella se hacía cargo con mucho esmero. Recuerdo que me frenaba cuando quería comprar un local, pero no lo pudo hacer con el de Gascón y Honduras, que hoy es nuestra casa central. Yo estaba en el baño con dolor de estómago por esa inversión, pero el tiempo me dio la razón”.
-“Si te subís a un taxi y decís que te lleve a Gascón y Honduras, seguro que el taxita te dice: ‘Usted va a Dietrich’. Es un sitio muy reconocido de Buenos Aires. Es el orgullo de mi familia”.