Después de 45 años se realizó la limpieza del entubado del Napostá
Su taponamiento por suciedad fue uno de los motivos por los cuales la inundación causó efectos devastadores alrededor de su circuito.

Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Audionota: Juan Ignacio Zelaya
Hizo falta una inundación devastadora para que se tomara la decisión de limpiar el conducto de hormigón por cuyo interior corre el arroyo Napostá, en el tramo de poco menos de 4 mil metros que cruza la ciudad, entre calles Casanova y Estados Unidos.
Una tarea tan necesaria como indispensable que debiera ser parte de una agenda regular que asegurara su realización de manera periódica. Si bien es un trabajo que corresponde a los organismos hidráulicos provinciales, la experiencia indica que resulta complejo conseguir una respuesta en tiempo y forma, con lo cual, teniendo en cuenta las muy malas consecuencias que supone tener el entubado en malas condiciones al complicar el escurrimiento del agua, debiera ser incluida en el cronograma de obras que realiza la municipalidad.
La obra
Atento a la inundación ocurrida el pasado 7 de marzo, con la caída de casi 400 mm de lluvia en unas 6 horas sobre la cuenca inferior del arroyo, es que en las últimas semanas se trabajó en la limpieza general del arroyo Napostá, entre el partidor del parque de Mayo y la desembocadura en el estuario.
Para eso la provincia contrató una empresa local, considerando la urgencia y necesidad de poner en condiciones adecuadas el curso de agua en caso de producirse una nueva crecida.
En la intervención entre el partidor y el inicio del entubado, en calle Casanova, además de la limpieza se realizó la reconfiguración del perfil del cauce, siguiendo en gran parte la afectación que la crecida de marzo generó en los márgenes.
Si bien no existen datos precisos, en ese tramo a cielo abierto el arroyo aumentó su capacidad de transporte de agua, un ajuste que resulta poco significativo si se considera que esa mejora queda limitada por el ingreso al entubado que tiene una capacidad de 40 m3/seg.
El entubado
Pese a ciertas especulaciones previas, la limpieza del entubado no es una tarea difícil, más allá de resultar laboriosa y exigir el desarrollo de tareas manuales y el uso de maquinaria acorde a las dimensiones del conducto.
También exige a los trabajadores tomar precauciones por la contaminación presente el aire en parte del recorrido, sobre todo por el volcado que se hace de efluentes cloacales. También requiere que se corte el paso del agua mediante el cierre de las compuertas del partidor, direccionando el agua hacia el canal Maldonado.
¿Qué se encontró?
Pese a que el tiempo transcurrido sin que se ejecute limpieza alguna y la presunción de la presencia de una cantidad importante de residuos, a partir incluso de las limpiezas que cada tanto realizan distintos grupos de voluntarios del sector a cielo abierto, la realidad no fue tal y si bien se encontró una importante acumulación de ramas, troncos y otro tipo de residuos, la mayor limpieza se concentró en el retiro de sedimentos acumulados.
Sí se detectó un punto problemático en el tramo que corre por debajo de la avenida Napostá y se desvía por el puente ferroviario de calle Belgrano para retomar luego el recorrido por lo que hoy es el paseo Boronat. Esa curvatura, que incluso quedó a la vista luego de la inundación, formada por una única celda de 4,50 metros de ancho por 2,20 de alto, significa un punto complejo para la circulación del agua y propicio para la acumulación de todo tipo de elementos.
De hecho, el lugar estaba taponado casi en su totalidad por grandes troncos y ramas, lo cual deja en claro que en ese punto el escurrimiento se reduce de manera drástica.
Si bien se puede asumir que la mayoría de esas ramas y troncos se acumuló durante la crecida del 7 de marzo, no resulta descartable pensar que podían estar desde mucho antes, ya que no existe registro del estado del lugar con anterioridad a ese suceso. Tampoco se puede saber, si ese tapón se generó a poco de empezado el temporal o tiempo después, con la posibilidad de que el conducto haya quedado obturado y casi fuera de operatividad de inmediato, lo cual explicaría también el desborde del arroyo en su recorrido.
Para el retiro de estos restos se procedió a realizar cortes en el lugar utilizando motosierras, se hizo luego un acarreo para, finalmente, retirar todo mediante palas cargadoras.
Las compuertas, al paso
Por estas horas se verificó el retiro de las tres compuertas ubicadas en la zona del partidor del parque de Mayo. Las mismas son las que, abiertas, permiten el paso del agua hacia el Napostá. Cuando están cerradas, el agua que llega al partidor se deriva al canal Maldonado.
El funcionamiento de esas compuertas es también un componente a analizar dentro del sistema hidráulico, ya que están diseñadas para el paso de no más de 40 m3/seg, que es la capacidad que tiene el entubado.
Si se modificara la capacidad de este conducto –una de las intervenciones en estudio por parte de la provincia—se deberá modificar ese sistema.
Por otra parte, estas compuertas son de accionamiento manual, es decir que ofrecen cierto grado de complicación operativa en caso de una crecida inesperada o de la magnitud de la ocurrida durante la última inundación.