Ensayos de acrobacia política electoral
La columna semanal del corresponsal de La Nueva. en la capital de la provincia.
Los recientes resultados de las legislativas porteñas pueden marcar una leve tendencia sobre tierras bonaerenses. Probablemente, el kirchnerismo peronista pueda leer los números del escrutinio en CABA como una foto de las suspendidas elecciones PASO con vistas a las elecciones nacionales de octubre próximo y modificar posturas. Una división partidaria puede no ser un buen augurio en las urnas de septiembre próximo en la Provincia.
A su vez, el Gobierno nacional sigue fomentando la grieta ideológica contra el kirchnerismo. La tropa libertaria en la Legislatura bonaerense anuncia que el siguiente batacazo electoral será en la PBA, una contienda teñida por rispideces internas entre los diferentes sectores del PJ. Subrayan que LLA se va consolidando como la única fuerza capaz de derrotar al oficialismo provincial en las urnas bonaerenses, “donde el modelo populista representa un pasado que ya nadie quiere”.
El objetivo de la Casa Rosada ante el desdoblamiento electoral es sumar legisladores para consolidarse como la principal fuerza opositora en el parlamento bonaerense y, desde allí, intentar bloquear todas las leyes que proponga el gobernador Axel Kicillof como paso previo a la propuesta de cambio para expulsar al kirchnerismo en 2027 de la sede de calle 6 "Somos superiores moral y estéticamente", afirmó despectivamente el propio Presidente hace algún tiempo.
Probablemente aquel triunfo de Milei en el balotaje, cuando supo canalizar el voto contra la “casta”, haya hecho implosionar el sistema político de las últimas décadas. La combinación del voto como respuesta a la situación económica, más un nuevo estilo de hacer política y la capacidad libertaria para asociar el descontento social con las fallidas estrategias de los partidos tradicionales parecen decisivos sobre la coyuntura electoral de los argentinos.
El reciente comportamiento en la legislativa porteña no fue un hecho aislado. Tal vez sea, la confirmación de un nuevo proceso político que representa un clima de época. En ese contexto, las negociaciones para conformar una sociedad entre La Libertad Avanza y dirigentes del PRO bonaerense progresan y tambalean casi simultáneamente.
Se advierte una fuerte dispersión en el universo de municipios a cargo de la oposición, con intendentes que parecen estar haciendo una suerte de tómbola por cuestiones de supervivencia política.
Varios dirigentes del macrismo tienen posiciones irreconciliables con los negociaciadores de LLA que ahora se subieron al caballo ganador. Los intendentes radicales y del PRO saben que cuentan con una carta debajo de la manga: tienen un aparato territorial del que carece el movimiento libertario. El referente amarillo en Provincia, Cristian Ritondo, tiene mandato para armar un frente con el partido violeta, no para firmar ser furgón de cola de un convoy ferroviario de LLA.
Pero otro dato no menor es que los armadores políticos del mileísmo creen que el espacio fundado por el expresidente Mauricio Macri es una especie en extinción. Mucho más después del traspié del domingo pasado en los cien barrios porteños.
La fragmentación es uno de los elementos que puede potenciar el descreimiento de los votantes. La baja participación electoral es un punto a favor para un Gobierno libertario que decidió plebiscitar el plan económico de Milei. Claramente, la lógica del ajuste inquebrantable encuentra convalidación en un sector poblacional más acomodado en términos financieros. Se sabe además que, en líneas generales, el electorado bonaerense no premia a los gobiernos de turno en los comicios de medio término.
La agenda nacional que buscan imponer los libertarios como estrategia electoral puede dar buen resultado en el conurbano o en los grandes conglomerados urbanos de la Provincia. Pero las realidades seccionales en el interior bonaerense son muy distintas, ya que la nacionalización discursiva no encuentra mayor eco en poblaciones acostumbradas a concurrir al mostrador municipal como primera ventanilla de reclamos o pedidos. En todos los casos, el electorado viene marcando cierto desinterés por la política.
“La situación actual demuestra que los efectos de la motosierra de Milei no sólo repercuten en los salarios y despidos laborales, sino también en la falta de mantenimiento de obra pública como consecuencia de los recortes a la Provincia”, indican ante las dificultades que padecen intendentes y vecinos ante fenómenos climáticos como los que vienen afectando varios municipios, tal como ocurrió en Bahía Blanca, Zárate y Campana.
Los armadores del espacio Movimiento Derecho al Futuro, el espacio del kicillofismo dentro de la interna kirchnerista, mantienen la convicción que la unidad partidaria es un concepto vacío, si después La Cámpora no empuja el carro para el mismo lado frente “al ataque permanente de Nación”. Una derrota frente al esquema libertario también puede tener consecuencias para la gobernabilidad de Kicillof. No hay dudas de que la coalición gobernante necesita alcanzar un acuerdo de unidad -que todavía está verde- ya que si Unión por la Patria se presenta con listas separadas tiene serias chances de perder en la Provincia.
Para colmo, la poco feliz y contradictoria discusión en torno a la modificación de la ley para habilitar las reelecciones indefinidas en los cargos legislativos, concejales y consejeros escolares alborotó el frío microclima parlamentario.
Tal vez, si al texto de la movida kirchnerista se le incorporan los intendentes, podría generarse una atmósfera positiva ya que más de la mitad de los alcaldes -incluidos muchos de la oposición- son alcanzados por esa limitación y no verían con malos ojos la posibilidad de ser reelectos dentro de dos años.