El arzobispo de Bahía Blanca destacó la figura del Papa León XIV
"Dios nos ha regalado otro dulce Cristo en la tierra", sostuvo monseñor Carlos Azpiroz Costa y trazó un perfil del nuevo Sumo Pontífice, a quien definió como "un regalo de Dios para la Iglesia".
El monseñor fray Carlos Azpiroz Costa OP, arzobispo de Bahía Blanca, presidió el pasado domingo la Eucaristía en la catedral Nuestra Señora de la Merced y en su homilía reflexionó sobre el Evangelio del Buen Pastor y el sentido de la historia sagrada, enlazando la tradición bíblica con el presente de la Iglesia bajo el nuevo pontificado de León XIV.
Monseñor Azpiroz comenzó destacando cómo el pueblo de Israel fue descubriendo el rostro de Dios a lo largo de su experiencia vital, desde el Éxodo hasta el asentamiento en la Tierra Prometida, subrayando que "la historia santa manifiesta ante todo la infinita paciencia de Dios".
A través de imágenes pastorales y agrícolas, ilustró cómo Dios se revela en cada etapa de la vida humana y comunitaria: como roca en la estabilidad, como sombra en el desierto, como fuego que guía en la noche.
Luego, el prelado evocó a Santa Catalina de Siena, quien llamaba al Papa "dulce Cristo en la tierra", y afirmó: "Dios nos ha regalado otro dulce Cristo en la tierra, sucesor de Pedro", refiriéndose al Papa León XIV.
Trazó un perfil espiritual y humano del nuevo pontífice, destacando su formación agustiniana, su experiencia misionera en América Latina -especialmente en Perú-, su sentido comunitario y su sólida preparación en derecho canónico.
"Su vida expresa esa combinación entre carisma y estructura, entre Espíritu y norma", señaló el arzobispo bahiense, quien además compartió con los presentes la particularidad de haber sido él, al igual que León XIV, superior general de su orden religiosa (dominicos) en la misma década, lo cual le permitió conocerlo personalmente.
Al final de su homilía, monseñor Azpiroz Costa retomó la imagen del Apocalipsis no como destrucción, sino como revelación de la fidelidad de Dios: "La última palabra no es el horror, sino la paz. Como decía San Juan Pablo II: La paz será la última palabra de la historia".
Así, instó a los fieles a orar por el nuevo Papa, confiando en que sabrá conducir la Iglesia con fidelidad al Espíritu y sabiduría pastoral en estos tiempos de renovación sinodal. (Fuente: AICA)