Homicidio en Pedro Luro: “No puedo creer que en 15 minutos me lo quitaron”
Carla María sigue reclamando justicia por el crimen de su marido Carlos Salvador, registrado el pasado 23 de febrero. La mujer sostiene que, más allá de los dos imputados, hay otro involucrado.
Mientras intenta contener y apoyar a sus hijos de 9 y 10 años de edad, Carla María continúa reclamando y pidiendo justicia por el homicidio de su marido, registrado hace poco más de un mes en Pedro Luro.
El pasado 23 de febrero, Carlos Alberto Salvador (40), poco después de las 20, fue convocado a una vivienda del barrio Bonacina, donde lo atacaron y recibió un golpe en su rostro que le causó la muerte.
Por el caso hay dos personas acusadas, una de ellas menor de edad, aunque para el particular damnificado habría otro sujeto involucrado (presuntamente el autor de la principal agresión) que hasta el momento no se encuentra imputado.
“Va todo lento. Hemos aportado cámaras y otros elementos y no están todos detenidos, porque hay más personas involucradas. Andan acá como si nada y una siente que no hay justicia”, opinó Carla.
“Hay declaraciones, videos, qué más quieren, no sé qué más esperan. Tienen todas las pruebas ahí”, agregó la mujer.
Mencionó que el fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 2, Carlos Human, solicitó el arresto de un tercer individuo, aunque el pedido fue denegado por la Justicia de Garantías.
Fuentes consultadas mencionaron que se secuestró un teléfono celular del sospechoso y que el examen preliminar no arrojó resultados concluyentes.
Refirieron que se solicitó una pericia más profunda del aparato, aunque la medida no fue aceptada.
Cabe recordar que por el caso fueron arrestados poco después del hecho un menor de 17 años y Jonathan Walter (29), quienes habrían escapado en una motocicleta y fueron interceptados en la localidad de Villalonga.
El adolescente recuperó la libertad, aunque permanece ligado a la investigación.
El supuesto motivo
Describió que el día del crimen habían regresado del campo y un sujeto concurrió a su casa para pedirle a la víctima que se dirigiera al sector de calle 11 y 8.
“A mi marido lo vienen a buscar quienes supuestamente eran amigos”, indicó la mujer.
Sobre el origen del presunto conflicto, describió que “habían ido a trabajar a un campo de Guardia Mitre una semana antes. En vez de permanecer una semana, mi marido volvió al otro día. Iban a ganar todos lo mismo, pero cuando mi marido iba diez surcos algunos de ellos habían hecho tres, entonces eso lo enojó y me decía que no podía trabajar así”.
“Mi marido era muy frontal y me dijo que les había dicho lo que opinaba, no consideraba que eso los podría haber enojado”, relató.
Acerca del incidente en el que Carlos fue golpeado, aseguró que “no fue a pelear, como dicen en algunas declaraciones, ellos lo vinieron a buscar para que busque un disco y la plata del día de trabajo. Considero que lo estaban esperando. No puedo creer que en 15 minutos me lo quitaron”.
Buscaron pruebas
Carla, quien se presentó en la causa como particular damnificada y es asesorada por la abogada Mariel Guerrero, mencionó que lograron conseguir filmaciones que aportaron a la investigación.
“Me moví mucho junto a la familia de mi esposo y pudimos aportar cámaras particulares. En una se ve que esta persona que mencionamos se va del lugar y a la media hora vuelve cambiado, de otra forma”.
Siguió diciendo que “en esa cámara se lo ve que se va como escondiendo algo, presumimos que sería lo que habría usado para golpearlo (a su marido)”.
De acuerdo a la autopsia realizada por una médica de Policía, el fallecimiento de Salvador se produjo de manera violenta y la causa fue una insuficiencia respiratoria aguda.
La forense determinó que sufrió un traumatismo de cráneo y la fractura del tabique nasal, lo que le causó una asfixia por broncoaspiración.
Carla recordó que “llegué hasta el lugar porque me vino a buscar un familiar de estas personas e inicialmente me dijeron cualquier cosa, como que le habían pegado unos santiagueños o que tenía un cuchillo, que nunca se encontró”.
Describió además que “el menor admitió haberlo golpeado, mientras que el otro detenido dijo que no”.
“A ellos los detuvieron porque huyeron, pero no se dieron cuenta de que otra persona de ese domicilio también se fue. Me mataron a mi marido como un perro y siguen como si nada”, finalizó.
Un mal momento y una medida restrictiva