Bahía se trajo la permanencia: "Es horrible jugar por el descenso; el equipo mostró mucha madurez"
Pablo Laschiaza repasó la actuación del Seleccionado Mayor de la ABH en el segundo escalón a nivel nacional.
El Seleccionado Mayor de Caballeros disputó el último fin de semana el Campeonato Argentino de Ascenso "A", el segundo escalón a nivel nacional, que se desarrolló en Rosario.
En un torneo donde todo se define en pocos días, la chance de jugar por el ascenso al elite o por mantener la plaza en la división se define por detalles.
Finalmente y aunque la ilusión por dar el salto era grande, Bahía tuvo que luchar por asegurar su lugar en la categoría en 2025 y lo consiguió con creces, ganando el partido decisivo y también el que puso en juego el quinto puesto.
"Volví contento, principalmente a nivel personal por haber podido jugar después de algunas lesiones y como equipo poder mantener la categoría es importante. Es un torneo complicado y sabíamos que la zona era difícil. Estuvo bueno poder mantener la categoría para el año que viene ir por más", reconoció Pablo Laschiaza, en diálogo con El Diario Deportivo.
"Son torneos muy duros, esa esa la realidad -agregó-. Competimos contra selecciones que tienen otra historia diferente a nosotros en el hockey masculino y eso se nota. Este tipo de torneos son muy parejos", insistió el jugador de El Nacional en el programa que se emite de lunes a viernes -de 14 a 15- por La Nueva Play.
Pese a que en la previa el sueño del ascenso era real, sobre todo por lo demostrado por el equipo el año pasado, dos derrotas en el inicio de la fase de grupos dejaron al combinado de nuestro medio rápidamente fuera de luchar por ese boleto a la elite argentina.
"Fue un golpe y, en cierto punto, una relajación, porque te deja eliminado y es como que arranca otro torneo. Teníamos el viernes para reacomodarnos, aunque el resultado -entre comillas- no importaba", explicó Laschiaza.
En los dos primeros encuentros de la fase de grupos, Bahía cayó por 4 a 1 ante los combinados de Santiago del Estero y San Juan respectivamente. A la postre, los dos equipos que consiguieron el ascenso.
Luego cerró la zona venciendo a Catamarca (por 2 a 0), lo que hizo que terminara en el tercer lugar.
"Sabíamos que Santiago y San Juan eran los dos rivales más duros, de hecho fueron los dos equipos que ascendieron. Santiago nos encontró descolocados y contra San Juan, más allá de la derrota, nos fuimos muy contentos", señaló Pablo.
"Hasta el último cuarto íbamos 1 a 1 y en un partido muy parejo -continuó-, sabemos que San Juan es mejor que nosotros pero estaba para cualquiera. Después nos hicieron un gol y ahí sí nos pinchamos, pero no desde lo anímico sino que nos desordenamos y ellos lo aprovecharon y demostraron que están un pasito más arriba que nosotros", reconoció el también entrenador de la Primera de Damas de Pacífico.
Una vez cerrada la etapa clasificatoria, el Naranja jugó el sábado ante Concordia: mano a mano por mantener la categoría de cara a 2025. A todo o nada. Finalmente, fue triunfo por 7 a 0.
"Es horrible jugar por el descenso, es una sensación muy fea porque te deja poco margen de error. En una semifinal estás ahí del ascenso y si no lo lográs, jugás por una medalla. Pero si jugas por el descenso y perdés, el domingo es lo peor que te puede pasar. Era una presión y el equipo dio una muestra tremenda de madurez y me alegra mucho que haya sido así", enfatizó Pablo.
Este tipo de torneos sirven -además- para que el Seleccionado crezca en lo grupal y en un sentido de pertenencia que se fue generado con el correr de los años. Paralelamente a un equipo que siempre mantuvo una base de jugadores más o menos estable en el plantel, principalmente provenientes de El Nacional y Universitario.
"Me da alegría ver cómo se va generando solidez en el grupo, eso va evolucionando y ya deja de ser un tema para pasar a ser algo más y que suma. Me genera mucha alegría. Yo estoy en el Seleccionado hace un montón y se va viendo cómo evolucionamos en eso. Me provoca alegría ver a los chicos nuevos tomando más protagonismo, ver que hay chicos de otros clubes. Todo eso es una alegría enorme porque se ve que de a poquito va creciendo y lo necesitamos sí o sí, porque en algún momento nosotros no vamos a estar más y habrá alguien que se tenga que hacer cargo. Me alegra ver que se base se vaya agrandando", señaló Laschiaza.
"Es importante que los chicos tienen ganas de ir al Seleccionado -señaló-, antes era como una carga y eso ya no está. Me parece que lo que hizo Alexis (Guastalli, el DT) de llamar a 50 chicos al principio estuvo buenísimo, porque generó la ilusión de que se puedan ganar un lugar y eso está bueno porque le da renombre al Seleccionado y hace que podamos generar cosas desde ahí también".
Para Pablo el torneo también fue especial por compartir una experiencia de este tipo -una vez más- junto a su hermano Martín, también jugador de El Nacional y el Seleccionado.
"Creo que fue el último de él, de hecho no sé si va a seguir jugando en el club. Fue súper especial. Todo el esfuerzo personal que hice para llegar después de las lesiones también era porque me moría de ganas de jugar con él y me quería despedir dentro de una cancha con él. Es una alegría tremenda, se vive diferente", admitió.
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