Cómo captan a las “mulas bancarias”, variante de estafas que llegó a Bahía
Relato en primera persona de una víctima que no solo sufrió un perjuicio económico sino vio afectada su salud.

Audionota: Danilo Belloni
Los delincuentes que organizan una estafa digital tienen dos objetivos definidos: sustraer dinero y obtenerlo sin que la Justicia logre identificarlos.
Para esto último generalmente hacen circular esos valores por diferentes cuentas, lo que dificulta y demora el trabajo de los investigadores.
Las personas o firmas por las que se va moviendo esa plata de origen ilegal con el fin de blanquearla son denominadas en la jerga como “mulas bancarias”.
Estos son los primeros eslabones de una cadena que puede finalizar con dinero enviado al exterior o utilizado para la adquisición de criptomonedas, explicaron fuentes judiciales.
Algunos actúan con conocimiento de la procedencia para obtener un beneficio económico y otros aportan sus cuentas sin advertirlo, cayendo en engaños como por ejemplo una falsa oferta de empleo, situación que se empieza a advertir en Bahía.
Este fue el caso de una joven que no solo recibió plata que, al parecer, provenía de estafas, sino que además sufrió el robo de dinero personal y de la empresa para la que trabaja.
Ella describió que la maniobra comenzó tiempo atrás, cuando recibió un correo electrónico en el que supuestamente Mercado Libre buscaba gente para trabajar en la plataforma, por lo que decidió postularse.
Manifestó que hace un par de meses llegó a su casilla un nuevo mail donde le indicaban que había sido seleccionada y le indicaron un número de WhatsApp a través del cual se contactó con una presunta representante de la firma.
La damnificada -no se la identifica- señaló que tras el primer contacto le indicaron que la operatoria seguiría a través de la aplicación Telegram.
“Me dijo que era un trabajo administrativo, que no necesitaba mucho tiempo y lo que yo le dedicara era lo que me iban a pagar. Me decía que eran 'tareas', como, por ejemplo, puntuar o realizar comentarios favorables de un producto para que la publicación mejorara. Me pareció todo normal”.
Mencionó que la hicieron participar de una charla con otras personas y que, tras unos días de práctica, le refirieron que iba a comenzar a ganar dinero.
“En un momento me dicen que acumulé dinero y me lo iban a pasar, por lo que necesitaban una cuenta. Me dijeron el nivel que yo tengo en Mercado Libre, por lo que tenían información y, finalmente, les indiqué que lo enviaran a mi Mercado Pago”.
Dispositivos tomados
Detalló luego que el supuesto trabajo lo realizaba desde una plataforma que le suministraron y que también le exigieron el uso simultáneo de un teléfono y de otro dispositivo.
“Estuve 11 días trabajando con ellos, en los cuales mi celular era una pantalla paralela. Yo utilizaba también una tablet, donde tengo todo lo de mi trabajo. Por el teléfono nos comunicábamos por el tema de los pagos y demás”.
“Cuando llevé las cosas a la Policía para que las examinara, me dijeron que me instalaron una aplicación que crea pantallas en simultáneo y tomaron el control de los dispositivos”.
La joven dijo que “hacían transferencias desde la cuenta de mi trabajo a la mía y de ahí a Mercado Pago. Lo mismo con dinero que tenía en otras cuentas y lo transferían a otras personas. Lo raro era que a mi no me llegaba ningún mensaje o confirmación de la transferencia, por eso no nos dimos cuenta”.
El descubrimiento
El pasado 11 de abril la denunciante advirtió que los delincuentes le habían vaciado las cuentas, sustrayendo algo más de 300 mil pesos de las suyas y unos tres millones de la empresa para la que trabaja en nuestra ciudad.
“El día anterior me habían transferido unos 200 mil pesos (supuesta retribución por las tareas encomendadas) y los dejé guardados para realizar unos pagos. En un momento veo en el teléfono un aviso de transferencia que inmediatamente se borró y posteriormente movimientos en mi cuenta, por lo que me empecé a desesperar. Casi me infarto, se me paralizó la cara, se me durmió el brazo... fue tremendo”.
Estaba acompañada por su hermana cuando comenzó a ver que “se borraba todo, los chats que había tenido con esta mujer en WhatsApp, se me desinstala la aplicación y luego pasó lo mismo con Telegram y con los mails. Es como que me resetearon los dispositivos”.
La mujer indicó que realizó la denuncia ante la Justicia y que también se presentó en la OMIC para recibir asesoramiento.
“Supongo que era dinero de estafas, sino cómo me pagaban a mi. Me mandaban esa plata, pero al mismo tiempo me sacaban la que yo tenía”.
Dijo que presentó información de los movimientos del dinero y que “figuraban muchas cuentas de diferentes personas. En Mercado Pago me respondieron por ejemplo que esa gente ya no tenía la plata en su cuenta”.
“Tomé un nombre y un CUIT de una de las personas que recibieron el dinero y me aparecían 10 individuos con el mismo nombre y dos empresas, por lo que también pueden ser cuentas truchas o compradas”, agregó.
Refirió también que en las últimas horas los investigadores le indicaron que recibieron una causa por una maniobra en la que utilizaron el mismo sistema para hackear dispositivos y llevar adelante estafas.
“No sé si las otras personas que estaban en la charla de la que me hicieron participar son parte de la maniobra u otras víctimas como yo. Me enteré de otros a los que les pasó y no le pudieron sacar nada porque no tenían plata en las cuentas”.
Finalmente sostuvo que “todo esto me trajo problemas en mi trabajo y en mi salud, porque entré en un shock del que recién ahora me estoy empezando a recuperar. Uno siente que te roban tu identidad y queda el miedo de hacer cualquier cosa. Nunca me enteré de lo que pasaba y es tremendo cuando caés en la cuenta de lo que sucedió”.
Formas de captación
Modalidades. Las "mulas bancarias" pueden ser reclutadas a cambio de un porcentaje del dinero que reciben en sus cuentas y transfieren a un destino indicado, mientras que otras las alquilan para que las utilicen los estafadores, explicaron investigadores. En otros casos, los titulares de las cuentas sufren el hackeo de las mismas o son engañados para realizar el movimiento del efectivo.
Figura legal. En algunas causas se imputó a personas por ser partícipes necesarios del delito de estafa. Es decir que los investigadores determinaron que tenían conocimiento del origen ilegal del efectivo que pasó por sus cuentas. La calificación penal prevé una sanción en expectativa de un mes a 6 años de prisión.