Bahía Blanca | Domingo, 28 de abril

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Los tres meses del gobierno de Milei: lo bueno, lo malo y lo feo

La gestión económica del libertario rememora el título de un viejo clásico del western. 

Archivo La Nueva.

Pasados tres meses del gobierno de Javier Milei, el análisis de su política económica puede resumirse en el título de un clásico de clásicos del western. Así y como en todas las acciones de gobierno, se amalgaman aspectos rescatables (lo bueno), negativos (lo malo) y posibles complicaciones a futuro (lo feo).

Lo bueno

El principal resultado del que puede jactarse el gobierno es haber erradicado el déficit fiscal. En apenas un año, se redujo en un 170 por ciento, de acuerdo con los cálculos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) lo que hizo que los números pasaran de rojo furioso a azul: el déficit mutó a superávit aún considerando como gasto el pago de intereses de la deuda pública, anotándose un excedente fiscal del 0,13% del PBI (el tamaño de la economía nacional).

La reducción del riesgo país es otro resultado que el gobierno puede exhibir como bueno. Aunque se trata de un concepto ajeno a mucha gente, que baje es deseable toda vez que mide la disposición de los inversores internacionales a hundir capital en nuestro país.

Esto porque los proyectos de inversión que insumen grandes cantidades de dinero, incorporan el riesgo país como parte de los retornos exigidos para materializarlas, de modo que cuanto más elevado es, mayor es la rentabilidad que se pretende y eso puede volver inviable a un proyecto, desistiendo de su ejecución.

Pero el mayor motivo de entusiamo por parte de Milei y la mayoría de los economistas privados tiene que ver con la caída de la inflación. Aunque es cierto que sigue muy elevada (febrero dio 13,2%, de acuerdo con el INDEC), se desaceleró fuertemente desde el 25,5% de diciembre del año pasado y del 20,6% de enero de 2024 (ver gráfico abajo).

La estabilidad cambiaria es otro de los logros que podría exhibir la actual gestión, ya que tanto los dólares financieros (Contado Con Liqui y MEP), apenas se mantienen por encima de los 1.000 pesos.

Lo malo

El lado más oscuro de la política económica de Milei es la economía real. Aunque no hay demasiados datos oficiales actualizados, diferentes cámaras empresarias y organismos privados advierten que la producción está en picada y la recesión a la vuelta de la esquina, lo que sólo podrá confirmarse cuando estén los datos oficiales del INDEC.

La Fundación de Investigaciones Económicas de América Latina (FIEL) estimó que la producción industrial cayó en febrero un 7,1%, el peor resultado para un segundo mes desde 2020, el año de la pandemia y la cuarentena.

Minerales no Metálicos (-22,9%), Automotores (-18%) y Metalmecánica (-16,6%) fueron, según FIEL, los tres sectores más afectados. Aunque todavía no se verifican despidos a gran escala, fuentes sectoriales no descartan que esto pueda ocurrir en la medida que no haya cambios en el escenario.

Vale aclarar que la industria ya venía cayendo desde diciembre del año pasado, de modo que no puede atribuirse la totalidad del mal desempeño al gobierno actual, toda vez que los problemas de los industriales (suba de costos por la inflación, inestabilidad cambiaria, problemas para importar entre otros), son heredados de la anterior gestión.

No menos cierto es, pese a ello, que el fuerte desplome del mercado interno se intensificó durante estos últimos meses, lo que resiente la demanda interna y afecta sobre todo a las pymes, que en su mayoría dependen del consumo local.

En un país donde el consumo privado representa alrededor de las tres cuartas partes del PBI, el derrotero de los salarios reales (es decir, el salario de los trabajadores en términos de poder de compra), es una variable fundamental.

Y es aquí donde están las peores noticias: tal como puede verse en el gráfico de abajo, la línea roja de los aumentos de precios le viene ganando por goleada a los salarios privados registrados (se utiliza la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables, el RIPTE), algo que puede exacerbar el malhumor social.

Lo feo

Lo feo de la economía Milei pasa por la sostenibilidad del inédito ajuste del gasto público actual, al que los técnicos del Iaraf identifican como el mayor de los últimos 30 años. Y esto obedece a que, precisamente, el esfuerzo de reducción de las erogaciones del sector público se concentraron en un 50% en dos ítems muy sensibles: las jubilaciones, que, al subir menos que la inflación, explican el 34% de la caída del gasto, y la eliminación de la obra pública, que hace el 16% restante.

Y, más allá de la cuestión social, que todo el esfuerzo del ajuste sólo surja del gasto y no de los ingresos públicos es un problema que sólo la reestitución de impuestos (como Ganancias) podría resolver, aunque no sin costo político.

La estabilidad cambiaria, con un tipo de cambio oficial subiendo al 2% e inflación de dos dígitos, es otra de las cosas que no luce nada bien.

Es que si bien no hay acuerdo entre los expertos, el fantasma de una economía que se hace cara en dólares trae a la memoria feos recuerdos.

Sólo el tiempo podrá decir si, al igual que en el clásico western, gana el bueno.