Bahía Blanca | Viernes, 03 de mayo

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"Estoy vivo de casualidad; no sabía que las bochas eran peligrosas", dijo Matías Rovein

Por primera vez en su vida asistió a una cancha de bochas para ver un partido y se llevó un recuerdo para toda la vida: "Apenas pude girar mi cabeza y sentí una explosión en la frente", dijo el joven de 25 años.

 

"Estoy vivo de casualidad; no sabía que las bochas eran peligrosas. Me quedó una marca para toda la vida".

Matías Rovein llegó al club Almafuerte para observar por primer vez en su vida un partido de bochas. Lo hizo con la mejor intención, lejos de imaginar el peligro latente al que se vería sometido.

Fue por invitación de su amigo Gastón Gregorio, jugador de Tiro Federal que estaba practicando en la cancha número uno para enfrentar a la pareja de Almafuerte. Pero tuvo el infortunio de ubicarse en la que da a la cantina, la denominada Dardo Villalba, donde estaba practicando Kilómetro Cinco, que se iba a medir con Talleres.

"Ni bien pasé la puerta me encontré con la cancha, no la conocía; jamás había asistido a un partido. Apenas pude girar mi cabeza y sentí una explosión en la frente, arriba del ojo. Después me dijeron que por suerte la bocha me rozó, el corte fue limpio; porque si me agarra de lleno me mata", afirmó Matías.

Momentos de preocupación ante una herida que no paraba de sangrar y la rápida respuesta de una ambulancia que lo llevó al Hospital.

"En la guardia del Municipal me atendieron de diez. Una chica me hablaba para que me tranquilizara. Me preguntaron si me había desamayado por semejante golpe y me dieron cinco puntadas. Como reaccioné bien me dejaron ir, pero estoy en observación", sostuvo.

-¿Y todavía te dieron ganas de volver a la cancha?

-Sí. No le podía fallar a mi amigo.

-¿O te quedaste con las ganas de saber de qué se trataba todo esto?

--(Risas). Te puedo asegurar que nunca más voy a cabecear una bocha. Yo jugué al fútbol en las inferiores de Huracán, tengo 25 años y soy del barrio Vialidad. Jamás tuve un problema en el fútbol y la primera vez que piso una cancha de bochas casi me matan.

-¿A los partidos de bochas no vas más?

-Al contrario voy a ir, quiero aprender de este deporte. Eso sí, me voy a llevar un casco, jaja.

 

"Cuando lo vi me volvió el alma al cuerpo"

Kevin Albornoz estaba en pleno partido con Talleres cuando observó que Matías ingresaba al estadio con un vendaje en su frente.

"Cuando lo vi me volvió el alma al cuerpo. Le pedí disculpas, me quedé mal porque estaba sangrando. Tiré un bochazo, él venía entrando con su bici y justó la bocha levanta vuelo y le pega en la cabeza", contó Albornoz.

 

-¿Lo alcanzaste a ver?

-Sí. Es tremendo, sentía impotencia. Ahora cuando volvió le pegué el grito, me disculpé. Lo ví sonreír, me levantó el pulgar y todo; gracias a Dios queda en anécdota.

-Al menos te pudiste concentrar en el partido.

-Me costó. La noche no fue buena porque perdimos (15 a 13), pero lo peor fue lo de Matías.

 

 

Antecedente fatal

Cuando transcurrían varios minutos de iniciados ambos partidos, el que ingresó a la cancha como espectador fue Juan Carlos Hutchinson, protagonista de un hecho similar que terminó de la peor manera.

"Fue al año siguiente de la muerte de Juan José Rosso, en un torneo homenaje que hizo el club Libertad. Estaba jugando en cancha de Villa Ressia de manera individual ante el cordobés Miguel Suárez. Había una fiesta tremenda en el salón del club", recordó Hutchinson.

"Le tiré un bochazo al chico, con tanta mala suerte que se levantó y salió disparado para la puerta que limitaba con el salón. En ese momento una señora abre la puerta e ingresa de espalda, con tanta mala suerte que el bochín le pegó de lleno", remarcó.

"La mujer se desavaneció, llegaron los profesionales médicos y a la altura del pulmón se notaba un punto negro que se iba agrandando. En pocos minutos la zona afectada tomó varias tonalidades. A la mujer la trasladaron al hospital y a los pocos días falleció. Es algo que me tuvo mal por mucho tiempo", aseguró Hutchinson.