Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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A solas con Nico Covatti: "A Facu Albín le dije 'quedate bien tranquilo que son cosas de carrera'"

El pringlense, que se encuentra internado, le contó a "La Nueva" cómo vio el accidente. Ya tiene fecha para la intervención quirúrgica.

Nico, con "La Nueva". Fotos: Samanta Marco y Rodrigo García-La Nueva.

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez_

 

La puerta de la habitación 133 del Hospital Privado del Sur está abierta. Nico dormita, ya sin tanto dolor, producto de los calmantes y la visita del médico Nicolás Cristobo, quien minutos antes le estabilizó el pie.

El brazo derecho también lo tiene inmovilizado. Se lo nota tranquilo. Más relajado, asumiendo que esta vez le tocó a él.

Es tiempo de esperar, acortar los días hasta el próximo jueves, cuando lo intervengan quirúrgicamente -al mismo tiempo- de las dos lesiones: “Tiene fractura del antebrazo derecho, desplazada, de radio y cúbito. Y además tiene una fractura de pierna: tibia y peroné, desplazada también”, fue el diagnóstico médico en la madrugada.

Nicolás Covatti ahora es un paciente más, aunque sin dejar de ser un piloto -gran piloto- de Speedway.

Ante la presencia de “La Nueva”, autorizada gentilmente por sus familiares, Nico abre los ojos, se lo nota completamente lúcido, firme, y sin evadir la realidad que le toca atravesar, más allá que -inevitablemente- cierra cada respuesta con un dejo de resignación.

Es natural, apenas transcurrieron algunas horas del tremendo accidente que lo dejó afuera de la novena fecha del Campeonato Internacional, y aún peor, le truncó la posibilidad de regresar al mundo profesional en Inglaterra y Dinamarca, lo cual tenía como objetivo.

“Me acuerdo que largué bien -cuenta-. Por ahí fue error mío no cerrar enseguida la cuerda; me quise abrir un poco para agarrar el grip que se había formado; igualmente salí con velocidad, pero nunca esperé que a (Facundo) Albín se le prendiera la moto... Pensé que zafaba. Pasé a mucha velocidad, pero me agarró a la mitad, y cuando abrí los ojos estaba del otro lado de la pista".

-Incluso intentaste incorporarte.

-Sí, sí. Me quise sentar y cuando me apoyé en una mano se me dobló, estaba quebrada, y cuando intenté apoyar el pie también noté que estaba mirando para el otro lado; ahí ya empezaron los dolores fuertes. Me di cuenta al toque. Le dije al médico “es esto y esto” (señalando el brazo y la pierna). Fue fuerte...

-De los más fuertes.

-Sí. Sí porque en ese lugar de la pista siempre son peligrosos. Amortiguó la red, no hubiese sido lo mismo dar en una pared. De todos modos los postes están clavados, algo de eso agarré con el pie y se quebró. No estaba en los planes...

-¿Y ahora?

-Cambian todos los papeles. Pero bueno, no hay que bajar los brazos. Seguramente tendré reemplazo en los clubes. No hay que forzar nada. Los tiempos de recuperación van mucho también en la fuerza de voluntad, eso lo tengo recontra probado con los años de experiencia. Las veces que me tocó, mucho antes de que me dijeran los médicos, ya estaba moviendo la mano. Tampoco hay que adelantar los tiempos, porque estas son fracturas importantes y todavía hay mucho por delante.

Nico, con voz suave, aunque conceptos claros, vuelve a lo que fue la fecha hasta el momento del accidente y cómo venía saliendo todo.

“Fue una lástima -se lamenta el pringlense de 35 años- porque estaba siendo una noche espectacular, creo que la mejor del campeonato en cuanto a series, terreno, clima; había mucha gente, y justo pasó en la final... Me tocó a mí”.

-¿A menos de 24 horas del accidente ya se piensa en positivo o aún es difícil de asimilar?

-Hasta hoy a la mañana era todo negativo. Se me pasaban por la cabeza todos los compromisos que tenía, los proyectos; la idea era venir acá a entrenar un poco, ayudar a la gente del Automoto Club con una moto más en la grilla y ayudar a que los chicos más jóvenes no se golpeen... Y me tocó a mí...

-¿Y?

-Y... Hay que entender que esto también es parte del juego. Nadie lo desea, pero pasa. Anoche estuve con Facu y se sentía muy mal. Me pidió disculpas él junto a su familia, pero no las acepté, porque no creo que tenga que pedirlas, son cosas de carrera. Era la final, todos querían ganar... Le dije, 'quedate bien tranquilo que son cosas de carrera; somos humanos y errores cometemos todos”. Nadie va con intención. Él también se dio un buen golpe y, por suerte, no le pasó nada.

-Un poco también demuestra tu entrega y la seriedad con la que te tomabas estas fechas en Argentina.

-Ni hablar. Yo vine a ganar y aunque lo tomara como un entrenamiento, los chicos me pudieron ganar, como anoche Ampugnani lo hizo perfectamente en una serie. Fui de menor a mayor: la primera fecha estaba muy cansado, la segunda pude descansar y logré ganarla y ayer estaba muy afianzado en la moto; aunque tuvimos problemas al principio de la carrera, sabía que iba a mejorar mucho. La semifinal se largó tres o cuatro veces; yo sabía perfectamente que estaba haciendo buenas largadas y lo mismo pasó en la final.

-¿Qué proyectás?

-Habrá que pensar cuándo será el regreso a Italia después de la operación. Estamos evaluando que vengan mi mujer con la nena (se encuentran en Italia), y así estar un poco más contenido acá. En estos momentos se trata de estar lo más unidos posible. En Italia empezaré con rehabilitación y, por ahí, para la primavera de Europa ya poder empezar a girar.

-Lo bueno que las lesiones no fueron en zonas que ya habías tenido otras.

-Sí, de eso estoy contento. Porque de lo contrario, sobre todo en la mano, no resistiría otra operación. Tengo un daño importante en los nervios, cuando me la repararon en Inglaterra, en 2017. Por eso hay que buscarle el lado positivo y conformarse con que podría haber sido mucho peor. Algunos me dicen “bueno, es la hora”. No, la hora será cuando yo lo decida, no me va a sacar de las pistas un golpe de carrera. Esta vez salió mal, pero arriba de la moto me siento bien, tengo buenos resultados y me divierto. Será el final cuando yo lo sienta, creo que todavía tengo bastante para dar.