Joaquín Sánchez-Josefina Torruella y el amor que los une más allá del básquetbol
Se conocen desde chicos. Fueron rivales y compañeros en una cancha. Hoy disfrutan el noviazgo y la carrera en Italia.
Ingresó en La Nueva Provincia en 1995. Trabaja en la sección Deportes y fue colaborador en Regionales y Locales de este mismo medio. Se especializa en básquetbol. Formó parte del staff de la revista Encestando y Zona de Básquet durante 10 años. Tuvo experiencia en el programa Radial Contrabásquet, en Radio La Red.
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Joaquín y Josefina transitaron caminos paralelos desde que eran chicos. Los unía el básquetbol: campus, entrenamientos y, coincidentemente, alguna cancha elegida.
La relación se fortaleció cuando ella fue invitada a participar de las prácticas de Bahía Basket, donde él jugaba en la Liga de Desarrollo.
-En ese momento era toda una novedad que una mujer jugara mezclada con los hombres. Inclusive fueron prácticamente pioneros en tal sentido. ¿Cómo lo veías Joaquín?
-Ella de chiquita fue a Bahiense y Olimpo, lo que no podía era competir. Y te soy sincero: jugaba mejor que todos los varones. Y después, con Bahía, ya era un equipo profesional de Liga y Liga de Desarrollo, y no desentonaba para nada.
-¿No había un poco de piedad?
-Nada. Es más, Mauro (Polla) nos decía, "el que tenga un poco de piedad, afuera". Y me parecía perfecto.
Los caminos en un momento se cruzaron, los dos dejaron la pelota a un lado y el básquetbol como idioma único, para descubrir otros temas en común.
“Hace más o menos un año y medio que estamos. Ella volvió de Italia en 2022, empezamos a hablar, a conocernos un poco más, una cosa lleva a la otra y acá estamos, los dos juntos en Italia”, cuenta Joaco.
El primero en conseguir equipo fue Joaquín. Está en Avellino Scadone, que participa de la Serie B interregional, la cuarta categoría. Y detrás de ese destino fue Josefina, cerrando en Marigliano, de la Lega B –tercera división-, región Campania.
Si bien viven en ciudades diferentes, están a unos 35/40 minutos en auto.
-¿Esta cercanía la buscaron o el deporte coincidentemente los encontró?
Joaquín: Decir que fue absoluta coincidencia sería mentir. La verdad que buscamos estar dentro de Italia los dos, porque queríamos cambiar de aire. Yo decidí no volver a España por un par de temas personales con el club (Getafe), empezamos a buscar y el representante de Jose está viviendo acá en Italia, en mi caso Iván Catani me recomendó el que era su representante, me salió primero la oportunidad a mí y empezamos a buscar por la zona, consiguiendo algo impensado y espectacular.
-De todos modos, son conscientes de que la carrera puede llevarlos por diferentes caminos.
-Sí, la idea es empezar a buscar lugares más cercanos. Si se da, mejor. El año pasado yo estaba en Madrid y ella en Barcelona.
Josefina: Lo bueno son los objetivos de cada uno y somos flexibles para poder acoplarnos al otro. Priorizamos la oportunidad más importante que le surja a cada uno.
-¿Qué es lo bueno y, si hay algo malo, de tener una novia o novio que desarrollen la misma actividad deportiva?
Joaquín: De malo no hay nada. Para mí es un golazo. Los dos hacemos lo que nos gusta. Gracias a Dios lo hacemos bien los dos y tenemos la suerte de estar acompañándonos fuera de casa. La verdad que es muy importante al no tener la familia cerca. Los dos estamos súper contentos.
Josefina: Lo bueno que él puede venir a ver mis partidos, y yo a los de él. Después de jugar salir a comer y que comentemos cada partido, nos ayudemos y aconsejemos. Eso está buenísimo y las experiencias de cada uno ayudan a las diferentes situaciones que se van presentando.
-El básquet imagino que es el principal tema de conversación.
Josefina: Sí, porque es la carrera y el tema que nos apasiona.
-¿El consejo de uno a otro es permanente?
Josefina: Además del consejo y apoyo también están las críticas, ¿eh? Je. Siempre son constructivas, pero está bueno porque nos ayuda un montón a crecer.
Joaquín: Pasa que no tenés una buena noche o un buen partido y ese día no se habla de básquet, como para poder relajarse.
Josefina: Uno sabe cuando el otro está enojado y realmente te ponés en el lugar, entonces es más sencillo entenderse.
-Joaquín, ¿cómo definirías a Josefina jugadora?
-Viendo la categoría de acá, aporta calidad. Tiene mucho talento y se nota visualmente. Ya le dije, para la temporada que viene hay que buscar una A2 y lo vamos a conseguir.
-La serie B ya le queda chica.
-Viene a ser la tercera categoría y se nota la calidad que tiene ella.
-Me imagino vos en la platea, con los brazos apoyados en los laterales y diciendo “esa es mi novia”, je.
-Y tomando mate, je, je.
-Y vos Jose, más allá de las flores que te tiró, je, ¿qué ves de él?
-Se nota que es mi novio cuando habla, je. No, hablando en serio, además de calidad y tener gol es súper inteligente. Es clave dentro de la cancha, siempre está atento a todo lo que va pasando. Siempre le digo que, aunque no tenga una buena noche en lo individual, es sumamente importante desde otros aspectos. Y eso no se aprende en la cancha, no se entrena.
Estos dos jugadores profesionales siendo chicos, y no tanto, alguna vez fueron compañeros y rivales en las prácticas.
-¿Joaquín cómo se manejaban ustedes entrenando con una chica, algo que hoy está más naturalizado?
-Te soy sincero: a la hora de entrenar ella era uno más. Te digo más, hasta usábamos el mismo vestuario.
Josefina: Es que Bahía Basket siempre fue muy profesional y a la hora de entrenar era cien por ciento seriedad. Aparte, los entrenadores bajaban la línea de “es uno más, es uno más”. Me acuerdo de rozarnos de verdad y en la cancha no te das cuenta. Recién lo advertías cuando te veías afuera.
-¿Cuánto te sirvió esto?
-Un montón. Me pasó que en el campus de Bahiense me invitó Franco Maceratesi a entrenar con los mini, después se fue a Olimpo y lo seguí; ahí también entrené con varones. Más que nada porque los horarios que teníamos con las chicas nunca eran muchos. También los varones tenían otro roce, porque jugaban todos los fines de semana y nosotras no. Por suerte hoy está más normalizado y ayuda un montón. En Barracas también a veces entrenaba con varones. Y Bahía Basket fue pionero en invitar a una mujer en un equipo profesional. Para mí era incomparable, y más en ese momento estar con un equipo profesional, algo que parecía muy lejano.
Los dos actualmente ocupan ficha extranjera en sus equipos. Joaquín la única que se permite en su categoría, y Jose, una de las dos.
-¿Jugar como extranjeros significa una presión extra?
Joaquín: En cierto punto existe la presión. En mi caso arranqué muy bien la temporada, los últimos partidos tuve un bajón y en el último penetré para ganar el partido, me hicieron foul y sufrí un esguince de segundo grado. Metí los dos libres y ganamos, eso fue importante, contra el equipo de Santi Vaulet.
-¿Con qué se compara el nivel?
-Podría compararse con la Liga Argentina. Pero el básquet es distinto, más complicado...
-¿En qué sentido?
-Yo juego en la B interregionale, que sería la cuarta división de acá, y es todo muy profesional. Los árbitros tienen un reconocimiento, no se puede hablar mucho, tienen algunas reglas distintas, por ejemplo, el paso abierto no podés hacerlo, tenés que poner la pelota en el piso antes de levantar el pie, de lo contrario te cobran caminar y en mi caso era una acción que me permitía sacar mucha ventaja.
Josefina: Es una regla que afecta mucho. Me acuerdo de haberlo entrenado mucho en Bahía Basket, porque permitía sacar ventaja. Tampoco el paso cero está permitido. También es otra cultura y hay que adaptarse a las diferentes personalidades.
-¿Cómo viven el día a día con el equipo?
Joaquín: Donde vivo yo, Scandone, una sociedad con mucha historia y el año pasado no compitieron y este año compraron plaza para la serie B y en la medida que empezamos a ganar la gente se fue acercando. Hay más sponsors y la realidad es que los tifosos, como denominan acá, están en todos los partidos, nos siguen a todos lados y se valora.
Josefina: La B es semi profesional. Hay algunos equipos que casi todas las jugadoras son profesionales y otros que no. Por suerte, en nuestro caso la gente acompaña bastante. Si vas cumpliendo los objetivos es un lugar tranquilo.
-¿Los dos están focalizados únicamente en el básquet?
Joaquín: Yo estudio administración de empresas y tengo que ir a Bahía para poder rendir la tecnicatura, por lo que ahora estoy pausado.
Josefina: Yo estoy estudiando para rendir la tecnicatura de marketing.
-¿Cuánto proyectan juntos más allá del básquet?
Joaquín: La verdad que yo no pienso mucho. Estamos muy bien los dos juntos y eso es lo más importante.
Josefina: Lo bueno que podemos acompañarnos y ayudarnos en lo que nos gusta y hacerlo mucho más llevadero. La idea es que siga así.
-¿Los entienden cuando cuentan su historia?
-Joaquín: Entienden porque acá hay muchos basquetbolistas de Bahía. Y acá te identifican enseguida con la ciudad de Lautaro Martínez. Ahí les explico que Bahía es la Capital del Básquet y que no es casual que haya tantos jugadores.
El básquetbol bahiense siempre tuvo representantes en diferentes lugares del mundo, aunque nunca con una historia como la de Joaquín y Josefina. Por eso ahora se puede decir que el básquet de Bahía también enamora...