Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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Falencias del proceso de adopción: cuando el deseo se transforma en un segundo abandono

"El impacto de las devoluciones por parte de los adultos en las infancias y adolescencias es enorme", dijo Natalia Florido, directora de RAA, quien vivió su propia experiencia al ser adoptada en Bahía Blanca.

Foto: Emmanuel Briane-La Nueva.
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Audionota: Romina Farías

"Los números de las devoluciones duelen".

Así lo expresó Natalia Florido, directora de la Red Argentina por la Adopción, al referirse a los numerosos casos en los que los procesos adoptivos se interrumpen.

Un informe interno, realizado por jueces de todo el país, señala que desde 2016 hasta la actualidad se registraron al menos 50 situaciones excluyentes. Es decir, más de 50 menores que iniciaron el camino hacia una adopción terminaron retornando a espacios de cuidado alternativo.

"Muchas niñas, niños y adolescentes pasan años en hogares esperando que se cumpla su derecho fundamental de tener una familia. Sin embargo, en algunos casos, cuando ese 'sueño' parece estar a punto de cumplirse, se desploma", explicó Florido, nacida en El Bolsón (Río Negro), quien vivió su propia experiencia al ser adoptada en Bahía Blanca.

Este desenlace puede producirse en distintas etapas: durante el proceso de vinculación (cuando el niño y la familia comienzan a conocerse); en la guarda (convivencia mínima de seis meses) o, incluso, después de una sentencia de adopción definitiva.

"El impacto de esta 'marcha atrás' por parte de los adultos en las infancias y adolescencias, que ya han sido atravesadas por la violencia y la vulneración de derechos es enorme. Se trata de un segundo abandono", añadió.

Según Florido, muchos adolescentes que egresan de hogares al cumplir 18 años son el resultado de intentos adoptivos fallidos.

"Estos jóvenes cargan con un enorme daño subjetivo debido a su historia previa, marcado por situaciones como violencia con riesgo de vida, negligencia o abuso sexual intrafamiliar", señaló.

"Muchos adoptantes no comprenden la responsabilidad que asumen y, a veces, no están listos subjetivamente para afrontar el desafío de maternar o paternar de modo completo", comentó Florido, en declaraciones a La Nueva.

Además, mencionó que los procesos adoptivos truncos por decisión de los adultos son más habituales de lo que se cree y se dan en todas las provincias.

"Con frecuencia, los adultos priorizan su deseo de ser padres por encima de los derechos del niño. No están informados, preparados ni capacitados para recibirlo y consolidar el grupo familiar. Tampoco cuentan con el apoyo psicológico necesario para compatibilizar ambas historias", explicó.

Natalia Florido, directora de la Red Argentina por la Adopción

Esta problemática, según dijo, está vinculada con las falencias del sistema de protección, que no cuenta con equipos fortalecidos para abordar adecuadamente cada etapa del proceso.

"El Estado debería garantizar paternidades adoptivas y permanentes para asegurar el derecho de niñas, niños y adolescentes a vivir en familia de manera definitiva", afirmó.

Asimismo, subrayó la importancia de construir el vínculo con paciencia, esfuerzo y tiempo.

"Aquí aparece otro factor clave: el acompañamiento durante todo el proceso preadoptivo y adoptivo. Los tiempos no son sólo cronológicos; son subjetivos. Es fundamental evaluar cuánto tiempo necesitan, tanto los niños como los adultos, para que la relación llegue a buen puerto", destacó.

La directora de la Red también indicó que los especialistas coinciden en la necesidad de fortalecer el sistema de protección y mejorar la aplicación del nuevo Código Civil, además de consolidar la red de registros provinciales.

Hizo hincapié en la falta de equipos técnicos tanto en los registros como en los juzgados de Familia, lo cual dificulta concretar resultados positivos.

"Garantizar una mayor participación de todos los organismos involucrados en el proceso adoptivo y asegurar que la familia sea adecuada para las necesidades específicas del niño son premisas resolutivas", señaló.

La realidad en cifras

En los últimos años, la adopción en la Argentina enfrenta un panorama complejo, caracterizado por una notable disminución en las solicitudes y la persistencia de miles de niñas, niños y adolescentes que esperan ser adoptados antes de alcanzar la mayoría de edad.

Según datos de la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (DNRUA), las familias interesadas en adoptar cayeron un 62 % en un lapso de cinco años.

En 2018 se registraron 4.580 familias postulantes, pero para fines de 2023 esta cifra se redujo a 1.732, con alrededor de 1.600 familias activas dispuestas a adoptar durante este año.

Mientras tanto, un informe realizado conjuntamente por Unicef y la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SeNAF) —publicado oficialmente en 2022— reveló que aproximadamente 2.200 niños, niñas y adolescentes permanecen en situación de espera en el país, en muchos casos hasta cumplir los 18 años.

Estos datos evidencian una brecha significativa entre la cantidad de niños que buscan un hogar y las familias dispuestas a ofrecerles uno.

"Pensemos que estos chicos ya han sido abandonados o defraudados por un adulto en su vida; alguien les falló", expresó Florido.

"Ahora buscan, a través de la adopción, la posibilidad de ser hijos, de crecer en familia. Eso implica volver a confiar en los adultos. Por eso, el equipo técnico se enfoca en encontrar personas que estén emocionalmente preparadas para abrazar la historia de ese niño", indicó.

El proceso de adopción incluye una evaluación exhaustiva de las familias interesadas, realizada por equipos técnicos que analizan su idoneidad. Este análisis contempla el acompañamiento psicológico y visitas al hogar para verificar las condiciones de vida.

Cuando las familias cuentan con hijos biológicos, el trámite puede extenderse debido a entrevistas adicionales necesarias para evaluar la integración familiar.

"La adopción es un sí familiar", enfatizó Florido, quien subrayó la importancia del afecto y la responsabilidad a largo plazo.

La duración del proceso varía según la capacidad operativa de cada juzgado y el perfil del menor que la familia busca adoptar.

Según Florido, las adopciones de bebés son las más complejas debido a la alta demanda, mientras que hay disponibilidad inmediata para niños mayores de cinco años, adolescentes, grupos de hermanos o menores con diagnósticos médicos.

"La espera para recibir el llamado y conocer a los niños puede ser cuestión de días. En cambio, si la disponibilidad se limita a niños únicos, sanos y menores de 5 años, 'la espera será de años'", advirtió.

Florido también desmitificó la idea de que adoptar a menores facilite su crianza. "Las familias consideran que al criarlos desde pequeños podrán formarlos 'a su imagen y semejanza', con los valores e historia del grupo. Sin embargo, este es otro mito", aclaró.

"Los hijos no son aquellos que imaginamos antes de su concepción o adopción. Son personas únicas, con sus propios intereses, carácter y costumbres. Esto se aplica tanto a hijos adoptivos como biológicos", destacó Florido.

"Es fundamental revisar las expectativas adultocentristas que buscan un niño para sus familias, en lugar de una familia para un niño. No hablamos de niños ideales, sino de niños y adolescentes reales", enfatizó.

En este sentido, cuestionó la creencia de que adoptar a menores es más sencillo, ya que implica enfrentar retos propios de la edad, como llantos o berrinches, que requieren empatía y herramientas adecuadas.

"Los hijos llegan a las familias cargando heridas muy profundas, duelos por procesar y traumas por sanar. Es tarea de los padres acompañarlos, brindarles herramientas para superar sus miedos, prejuicios y dolores, y, sobre todo, abrazar su historia", concluyó Florido.

El proceso de adopción

Para quienes desean adoptar, el primer paso es acudir al Registro de Adoptantes más cercano a su domicilio.

Con el propósito de facilitar esta etapa, la Red creó un mapa interactivo accesible mediante un enlace o código QR, que proporciona información sobre todos los registros del país.

Entre los requisitos para ser adoptante se encuentran:

— Tener 25 años o más (si el cónyuge o conviviente cumple este requisito, no es necesario que ambos alcancen esa edad).

— Mantener una diferencia de al menos 16 años con el menor que se desea adoptar (salvo en casos de adopción del hijo de un cónyuge o conviviente).

— Ser argentino o, si se es extranjero, haber residido en el país por un mínimo de cinco años antes de inscribirse en el Registro Único de Aspirantes.