Matute dijo lo que no "debía decir", las dudas del DT al principio y el balance de los jugadores de Villa Mitre
En medio de los festejos por el bicampeonato, cada uno fue contando lo que sentía.
Ingresó en La Nueva Provincia en 1995. Trabaja en la sección Deportes y fue colaborador en Regionales y Locales de este mismo medio. Se especializa en básquetbol. Formó parte del staff de la revista Encestando y Zona de Básquet durante 10 años. Tuvo experiencia en el programa Radial Contrabásquet, en Radio La Red.
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Los últimos 20 segundos del partido quedaron sin jugarse. Villa Mitre estaba 83-71 arriba de Villa Mitre y el bicampeonato de Primera del tricolor era una realidad.
Los jugadores, previamente, se habían desprendido de su camiseta y pantalón, evitando en la invasión terminar a los tirones como sucedió en otras oportunidades.
Una contención humana entre policías y dirigentes retrasó lo que, finalmente, era inevitable: el festejo del público mezclado con los jugadores.
Bengalas, cánticos, agua, alguna botella de champagne y mucho deshago por haber ganado una final especial, por ganarle a Olimpo, por festejar en su cancha y porque un título es difícil conseguir, pero dos seguidos, aún más.
Tres de este equipo fueron bicampeones, sin haber estado el torneo pasado en Villa Mitre: el entrenador Emiliano Menéndez, Matías Martínez y Juan Ignacio De Pástena.
-Emi, ¿en este momento se te viene a la cabeza el pacto que firmaron en su momento con Matute y compañía antes de coincidir en Barracas?
-La verdad que si miro para atrás me genera mucha emoción (y realmente se emociona al hablar), porque no sé si pensaba en todo esto, pero hay dedicación, trabajo y gente atrás como Matute que me aguantó y me acompaño...
-¿Y te guio?
-Sí, sí... Siempre estuvimos juntos, en las buenas y en las malas, no solo adentro de la cancha. Eso después te hace más fuerte.
-¿Sos consciente de que en un mismo año subiste a Primera y fuiste campeón con diferentes equipos? Algo inédito.
-La verdad que se fue dando, no sé si soy consciente todavía, pero hay que disfrutarlo. Y no sé cuándo puede volver a pasar. Por ahora fue el primer título dirigiendo en Primera y lo voy a disfrutar hasta afrontar lo que venga.
-¿En algún momento sufriste demasiado este torneo?
-Y... Al principio no le encontrábamos mucho la vuelta.
-¿Pensaste que te quedaba grande?
-Sí, lo pensé, capaz que era quemar etapas, pero seguí trabajando de la misma manera. Fue clave el apoyo de los dirigentes de Villa Mitre, como de los jugadores, que son recontra profesionales. Creo que todos juntos lo sacamos adelante. También lo que me permitió y ayuda a crecer Hernán (Ferrero) no lo hace cualquiera, sobre todo en el ámbito profesional, lo mismo Seba Acosta que me llamó él para reemplazarlo. Cuando estás rodeado de buena gente que te acompaña y te da una mano es más fácil.
Matute fue el ladero del entrenador, el amigo, el confidente.
-Tenés más recorrido que Emi, pero junto a él conseguiste dos títulos el mismo año. ¿Qué pasa por la cabeza?
-La verdad que cuando terminamos con Barracas, que había sido una temporada muy larga por cómo se vivió, iba a retirarme jugando estos cuatro meses en Estudiantes, no sentía más fuerzas. Y llegó el llamado de Villa Mitre. Siempre tuve muchas ganas de jugar acá y no se había dado por motivos extras. Entonces era la posibilidad, y me volvieron las ganas de jugar, de competir; por ahí a alguno le puede sonar a vende humo (sic), pero la verdad que hoy es el club más grande, sin dudas, y no podía perderme esta oportunidad. Arrancamos torcidos y terminamos con el clásico, por eso creo que se disfruta más. Fue un año estresante, pero estoy feliz.
-Después de sumar dos títulos consecutivos, ¿por dónde pasará la motivación?
-No lo pienso, trato de disfrutar el momento. No tendría que decirlo, pero creo que voy a jugar en Estudiantes, me quiero retirar ahí. Dejé todo estos cuatro meses acá. Quería retirarme campeón, el club te exige un montón, es lo que se merece, y acá hay chicos con ganas de competir y de crecer, y yo siento que con 34 años se me están acabando las balas; no quiero tapar a nadie por un compromiso. El club se merece seguir creciendo y quedarme por un capricho sería una boludez. Por eso decido jugar un año en Estudiantes y acá darle lugar a los chicos que tienen muchas ganas.
El que regresó después de estar cinco años sin jugar, se rompió los ligamentos cruzados y volvió a empezar fue Juan Ignacio De Pastena.
"Cuando me lesioné -contó- le dije a mi amigo Ignacio Iturrioz que iba a volver y que íbamos a salir campeones con Barracas".
-Al resto lo sorprendiste con tu protagonismo en el ascenso de Barracas. ¿A vos también te sorprendió el nivel con el que terminaste jugando?
-Trabajé, pero sí, fue una sorpresa porque hacía mucho no jugaba.
-¿Te temblaron las piernas cuando Emiliano te dijo de venir a Villa Mitre?
-Sí, se me aflojaron, je. Había hablado con otro club, pero no podía perder esta chance, era única y no sabía si iba a volver a tenerla. Mirá lo que fue hoy, terminamos de jugar una final y con Olimpo. No puedo pedir más nada.
Uno de los bicampeones con la tricolor resultó Franco Pennacchiotti, un jugador de otro nivel y uno de los que bajó de la Liga.
-¿Cómo viviste este torneo afrontando la doble competencia?
-Cuesta, pero son pocas las oportunidades que se presentan de jugar con este marco. Ahora es el fin de semana (la Liga Argentina) y ya está.
-¿La llevaron mejor este torneo?
-En lo personal estaba mentalizado que tenía que hacerlo. En este torneo en particular, cuando Ramiro (Heinrich) se lesionó coincidió que yo necesitaba jugar para entrar en ritmo, entonces fueron las dos cosas. No había mucha vuelta.
-¿Tuviste que explicarle a alguno de afuera esto de ser el MVP de la Liga Argentina y jugar un torneo local a la vez?
-Sorprende y a veces me cargan, pero es sentido común, por el hecho que soy surgido de acá. Lo hago con el compromiso que me nace, pero otro también lo haría estando en mi lugar.
Ramiro Heinrich volvió al club con el que había festejado más de una vez.
"Yo valoro muchísimo esto, mirá lo que es la gente, cómo estuvo la cancha, lo que fue esta serie... Hace más de veinte años que juego en Primera -recordó- y las ganas son las mismas de siempre".
-Después de estar abajo la temporada anterior con 9 de Julio, ¿también esto se valora más?
-Me costó y la pasamos mal, pero siempre fue con compromiso y responsabilidad, lo mismo que ahora. Uno aprende a valorar lo que tiene Villa Mitre, que es distinto a otros lugares: ropa limpia, el agua, la cancha limpia, un montón de cosas que suman, por eso, a veces pasarla mal te ayuda después a valorar cuando estás bien.
-¿Hay Heinrich para más?
-Sí, seguro un año más.
Otro que regresó tras su experiencia en 9 de Julio fue Franco Amigo. Amigos son los amigos...
"Arrancamos mal la temporada, por eso el título es doblemente meritorio, porque cuando no encontrábamos el camino seguimos trabajando sin bajar los brazos, no perdimos la confianza en el grupo y por eso pudimos hacer un clic en la serie con San Lorenzo. A partir de ahí -destacó- fuimos otro equipo, de menor a mayor y coronamos una temporada en el aspecto colectivo".
-¿Qué será de tu futuro?
-No sé. Ahora quiero disfrutar y pasarla bien. Por el momento me quedaré en el lugar donde estoy disfrutando y haciendo lo que más me gusta, que es jugando al básquet.
-¿Justamente volviste a disfrutar después de haber padecido el torneo anterior?
-Sí, pero en la vida del deportista son más las malas que las buenas, así que hay saber transitar la parte mala para canalizar la energía y disfrutar el doble. Ganar todos los partidos y campeonatos sería aburrido, por eso, pasarla mal a veces te hace valorar todo esto.
Sumando minutos y un tiro de a poco cada vez más confiable, Ignacio Alem apareció en diferentes momentos.
-¿Cuánto te sirvió el torneo local para poner en práctica situaciones que en la Liga Argentina pueden costar más?
-Es verdad que jugando el torneo local me siento un poco más libre. No hay que desprestigiarlo, porque tiene un nivel altísimo, pero también los más pibes a veces podemos tomar algunas decisiones que en Liga Argentina le corresponden a otro.
-¿El título suma desde lo anímico?
-Sí. Aunque a mí me importa por igual la Liga Argentina como el torneo local. Sabemos que Villa Mitre quería repetir el título y lo importante que era conseguirlo en nuestra cancha.
Fausto Depaoli tuvo pasajes de alto nivel.
"La verdad que aportamos todos, se siente alivio, porque esto viene de la temporada pasada. Este torneo -recordó- arrancamos mal, pudimos revertirlo y creo que es el gran premio al esfuerzo".
-¿Te ilusiona el nivel que mostraste para ganarte un lugar nuevamente en la Liga?
-Estoy tranquilo, disfruto estar acá; esto es un mundo aparte, con la Liga y el torneo local. Donde me toque estar lo voy a disfrutar.
Uno de los que pudo disfrutar de las dos competencias fue Manuel Iglesias.
"Esto es una felicidad enorme, más con el clásico. En lo personal estoy teniendo muchos minutos tanto acá como en la Liga y eso es importante. En el torneo local se puede tirar un tirito de más, pero también te exige defender", reconoció.
El más joven fue Alejo Blanco.
"Estar viviendo esto a tan corta edad me parece una locura, un bicampeonato de Primera. También teniendo la competencia de la Liga. Estoy orgulloso por el grupo. En lo personal muy contento por el crecimiento que tuve, dándole confianza al entrenador y a mis compañeros, para darle aire y energía al equipo que es lo que pretende el entrenador cuando ingreso", señaló.
Con mezcla de sensaciones terminó Fernando Alfonso, uno bien de la casa.
"Me costó disfrutar -admitió-, venía tocado desde lo físico, me costó el partido anterior por exigir la rodilla, se lo dije a Emi y hoy hice lo que pude".
-¿En que lugar se encuentra para vos este título con Villa Mitre?
-En el número uno. Porque se dio todo, final de Primera, con el clásico rival y tal vez sea mi ultimo año en el club... Tendré que ver cómo me siento desde lo físico.
-¿Tu último año en el club o con el básquet?
-Je, es una pregunta medio complicada de responder. Me voy a tomar un tiempo para recuperarme bien, porque volví antes de lo pactado.