Bahía Blanca | Miércoles, 13 de agosto

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Voto "Rappi" para Javier Milei: ¿mito o realidad en Bahía?

Existe una creencia que asocia la actividad laboral de los deliverys con las ideas de la libertad. Qué opinan los "riders" en nuestra ciudad.

Fotos: Rodrigo García - La Nueva.

Hace un tiempo se instaló una creencia que asocia a los votantes de Javier Milei con algunos rubros laborales específicos, entre ellos los trabajadores de aplicaciones de delivery. La primera caracterización la hizo el consultor y analista político Alejandro Catterberg el año pasado, cuando definió en una entrevista en el canal La Nación+ que "el votante típico de Milei es un motoquero de Rappi".

El comentario trajo todo tipo de polémicas, entre quienes adhirieron a la idea y aquellos que la cuestionaron por clasista, ya que Catterberg se extendió en la explicación y describió al prototipo del votante del líder libertario como "hombres, pobres, de clase baja".

Los defensores de ese concepto argumentaron que la flexibilidad horaria de esos deliverys, la posibilidad de administrar los turnos de trabajo y la independencia son algunas de las características que vinculan a este rubro con las ideas de la libertad.

A ese "mito del Rappi" se sumaron dos imágenes. Una se dio durante un acto del Frente de Izquierda en una plaza porteña, con el legislador Gabriel Solano como orador. En ese momento pasó un "rappi" en su moto y le gritó "¡la libertad avanza!", acompañado de un insulto al dirigente del Partido Obrero.

La otra fue durante las PASO en San Juan, donde dos repartidores utilizaron sus mochilas adornadas con calcomanías de Milei para llevar boletas de La Libertad Avanza a los centros de votación, a fin de reponer en los cuartos oscuros.

La pregunta, entonces, es si se trata de casos aislados o se puede encontrar una conexión entre los deliverys de apps y el mileísmo, más aún teniendo en cuenta que en Bahía Blanca el candidato liberal resultó ganador en los barrios populares, muchos de ellos de tradición peronista.

Ariel, repartidor de Rappi que trabaja en nuestra ciudad hace aproximadamente un mes, le dice a La Nueva.: "He escuchado algunas versiones. Puede ser cierto y entendible debido a las políticas que él supuestamente propone. Desde mi punto de vista yo no estoy a favor de Milei, no conozco en profundidad lo que propone pero sé de algunos puntos generales de su lineamiento y no creo que sea conveniente para el país”.

Más allá de sus preferencias políticas, destacó que “trabajar el día que podés, al horario que podés, el de mayor demanda y el que te conviene” son algunas de las características que podrían vincular el rubro con las ideas del mileísmo, pensándolo como un trabajo “libre” cuya dinámica depende de cada repartidor. 

En ese sentido, Darío, otro “rider” de la misma empresa señaló que “poder mantener cada uno sus horarios es una propuesta interesante y creo que mucha gente opta por hacerlo justamente por la libertad de no estar bajo esa ‘esclavitud’ de estar ocho horas y bajo un jefe. Es una aplicación totalmente libre”.

Por su lado, un repartidor de Pedidos Ya evaluó: “No creo que sea una mayoría que apoya a Milei. El descontento es con todos. Nosotros acá somos muy apolíticos. Para mí no cambia nada si gana alguno o el otro, el cambio debería hacerse a varios años, no va a cambiar nada de un día para el otro, gane quien gane”.

Analía trabaja con aplicaciones como Uber o Cabify desde 2018. En la actualidad, “por una cuestión de necesidad económica” reparte pedidos en Rappi. Afirmó que, en su caso, no tiene ninguna inclinación política y su elección del rubro coincidió en la posibilidad de administrar sus horarios. 

Los valores del mérito y el trabajo están intrínsecamente vinculados con la dinámica laboral de las aplicaciones: el ingreso depende de la cantidad de pedidos concretados. 

Pero a pesar de la sensación de libertad que otorga un empleo como este, varios coinciden en que les gustaría que se regularice la actividad. “Eso estaría buenísimo. Otras apps ya lo tienen, se agruparon y están trabajando de otra forma más organizada. Nosotros todavía no. Sería algo positivo que te exijan un monotributo, que se pueda facturar, que tengas tus ingresos en blanco y que se transformen en aportes”, expresó Analía. 

Además, mencionó que “no tener representación, alguien que pelee por nuestros ingresos, salarios o blanquear el trabajo” es uno de los aspectos negativos del trabajo en las apps

Darío coincidió en esa idea. “No sé si un gremio pero estaría bueno que haya un representante o alguien físico que esté más allá de la aplicación”, dijo.

Para él, agruparse traería beneficios que hasta el momento no tienen, como “lograr cobertura con alguna obra social u hospital”. 

Javier, que trabaja en Pedidos Ya, mencionó que los repartidores “corren un riesgo, tanto físicamente como por poner sus motos o bicicletas”. 

En ese sentido, coincidió en que sería bueno acceder a una obra social y además a un seguro, que podrían llegar en caso de que la actividad se regularice. “Estaría bueno que lo hagan para tener una cobertura, un seguro, o algo así”, mencionó el rider, que trabaja hace un mes en la plataforma. 

Sumado a eso, tener que trabajar a la intemperie, soportando las condiciones climáticas desfavorables, es otro de los aspectos negativos que destacaron varios de los repartidores. Ariel, sin embargo, señaló que “todos los trabajos tienen sus cosas, a un albañil le pasa lo mismo”.

Pablo, repartidor de Pedidos Ya, agregó que la aplicación no ofrece pagos más altos en pedidos de larga distancia. “Es hacer kilómetros de más para que te paguen lo mismo”, se quejó, aunque reconoció que en general “lo que pagan semanalmente es mucho”.

Pese a que los “riders” afirmaron estar al tanto del “fenómeno Rappi”,  no todos manifestaron sentirse identificados por las propuestas de Javier Milei. “Si bien apunta a algunos aspectos bastante interesantes como establecer un poco el factor principal que mueve al país que es la economía, está dejando muchos puntos y aspectos fuera”, remarcó Darío.