Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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Palomas en Bahía: un riesgo sanitario que no encuentra solución

Si bien no existen datos certeros sobre la actual población en nuestra ciudad, algunos estudiosos ubican la cifra en 170 mil. El Conicet y la UNS elaborarán un informe y un programa de trabajo.

Fotos: Emmanuel Briane y Rodrigo García-La Nueva.
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Audionota: Mariano Muñoz (LU2)

La culpa es en parte de Noé y en parte de Picasso. Entre los dos tejieron, en distintas circunstancias, una trama que convirtió a la paloma en un símbolo de la paz. 

Es cierto, no a cualquier paloma, sino a la de plumaje blanco, un color que hoy es casi imposible de encontrar en ambientes urbanos. Noé soltó una paloma blanca para verificar si las aguas habían bajado luego de 40 días de lluvia. Cuando regresó, con una rama de olivo en el pico, entendió que Dios había hecho las paces con el hombre. 

En 1949, el pintor Pablo Picasso eligió ese mismo ave para el diseño del logo del Congreso Mundial de la Paz que se realizó en París. 

A ese simbolismo se sumó su condición de mensajera, clave en los conflictos bélicos, al punto que en nuestro país estuvo prohibida por décadas su matanza por cuestiones de “seguridad nacional”.

Pero la realidad comienza a conspirar contra semejante baño de poesía e impunidad. Las palomas en el ámbito urbano conforman un verdadero riesgo, edilicio y sanitario. 

Defecan hasta 70 veces por día heces que pueden contagiar enfermedades como Criptococosis, Histoplasmosis y Psitacosi y afectan las estructuras edilicias que adoptan para anidar y vivir.

Ahí viene la plaga

Es realmente impactante ver la cantidad de palomas posadas en los edificios de la ciudad. Por ciento, por miles. En molduras, ventanas, cornisas. Su presencia queda además marcada por las defecaciones en veredas, por el olor y hasta por ejemplares muertos en la vía pública.

Si bien no existen datos certeros sobre la actual población, algunos estudiosos la ubican en 170 mil. 

Si bien ya se considera una plaga, los expertos indican que “no existe un número específico que determine si una población tiene esa categoría”. 

Ese concepto depende de varios factores, como la capacidad del entorno para soportar su presencia, el equilibrio ecológico, la acumulación de excrementos, los daños a estructuras y los problemas de salud.

Gastón Lucatini, subsecretario de medio ambiente del municipio y magister en Ingeniería Ambiental, mencionó a La Nueva. que la comuna carece de un diagnóstico preciso de la situación.

“Por eso hemos mantenido reuniones con gente del Conicet y de la UNS, para que elaboren un informe y un programa de trabajo a partir de determinar la población existente y los riesgos que conlleva”, señaló.

Hoy no hay ningún plan ni sistema en marcha para controlar el aumento de la cantidad, los cuales tampoco resultan simple de implementar. 

“Barcelona, por tomar un ejemplo, puso en marcha un plan con anticonceptivos y logró reducir un 35% el aumento de la población. Para eso hizo una inversión de seis millones de euros”, agregó.

Por último, indicó que las empresas del Polo Petroquímico, que sufren también las consecuencias, están interesadas en aportar recursos para controlar esta situación, considerando básicamente alternativas anticonceptivas.

Otra cuestión no menor es la afectación que estos animales generan en los edificios, donde encuentran refugio y protección para anidar. Sus excrementos contienen ácido úrico, un químico corrosivo que deteriora paredes y estructuras.

La tormenta perfecta

En 2018 la paloma fue declarada plaga por el gobierno provincial y autorizada su caza-control, atendiendo que es una amenaza para la salud pública. 

El veterinario Roberto Giménez explica que nuestra ciudad, en su carácter agrícola-portuario, les ofrece comida en abundancia, además de la basura que encuentran en calles y veredas.

“Es una ciudad ideal, que les ofrece muchos recursos nutritivos, donde no tienen un depredador ni se controla su reproducción”, detalló.

Para el profesional la batalla contra las palomas es una batalla perdida. 

“Se tropieza contra la misma naturaleza. Es una especie que aumenta su demografía porque al estar bien alimentada se reproduce sin problemas. Se habla de utilizar controles físicos –redes, púas, jaulas--, de esterilizarlas, del ultrasonido, pero en realidad no existe una única medida que funcione. Habría que ser más limpios, evitar que caiga el cereal de los camiones, limpiar las zonas de silos. Aún así es casi imposible ganarle a la biología”.

La supervivencia del más apto

“Solo quedan palomas blancas en los dibujos de Picasso”. De esta manera sintetiza el biólogo alemán Menno Schiltyhuizen lo difícil que es ver palomas con ese plumaje, que son las que se relacionan con la paz. 

La explicación es que las palomas desarrollan un plumaje más oscuro para poder sobrevivir en las ciudades. Es un ejemplo de evolución –teoría predicada por Charles Darwin-- en el entorno urbano. 

“Se han adaptado para sobrevivir en las metrópolis, para soportar la contaminación, el uso de pesticidas, el estruendo, el ruido de los automóviles, la basura e incluso el incremento de la temperatura”, señaló el biólogo.

Por otra parte, esa adaptación urbana resulta ser mucho más rápida de lo que pensaba Darwin. 

En pocos años la mayoría de las palomas luce un plumaje oscuro, el cual además le ayuda a eliminar los metales pesados.