Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

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Servicios Basados en Conocimiento, un norte para la economía de Bahía Blanca

Con una demanda mundial en suba y lejos del techo que impone el mercado nacional, la ciudad tiene mucho para ganar si apuesta un pleno hacia esta industria.

Fotos: archivo La Nueva.

El difícil día a día de la economía argentina y las campañas electorales eternas nublan el sol de las oportunidades.

Y en ese sentido, vale la pena preguntarse si en tiempos de inflación de dos dígitos, dólares varios y empleo estancado hay reales posibilidades para la economía de la ciudad, de esas que no se agotan en repetitivos eslogans de campaña.

La pregunta es más que pertinente, porque algunas cifras locales inquietan (o al menos deberían inquietarnos), por demás.

En primer término, la tasa de empleo local (esto es, la cantidad de bahienses que tiene un empleo en relación al total de la población) se mantiene apenas por encima del 46 por ciento desde hace no menos de siete años.

El último dato, difundido esta semana, arrojó que durante el primer trimestre del corriente llegó al 47,7%, porcentaje que no toma en cuenta la calidad del empleo generado, ya que el INDEC toma como definición de “ocupado” a quien trabajó por lo menos una hora durante la semana previa a ser abordado por el encuestador, al tiempo que, en esa primera acepción, tampoco se diferencia entre quienes están registrados y quienes no.

Afinando esas cifras, según el CREEBBA, más de tres por cada diez trabajadores bahienses tenía un empleo precario al último trimestre del año pasado, porcentaje que tampoco bajaba en el tiempo.

Resulta claro que dos indicadores locales, aunque cuestionados por el escueto tamaño muestral de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), coinciden en algo que ya es casi una obviedad: crear empleo de calidad es hoy por hoy muy difícil.

Ante este escenario incómodo, la pregunta se vuelve más precisa: ¿hacia dónde se debería orientar la economía de la ciudad para dejar atrás los años de estancamiento que se reflejan en el empleo, una de nuestras mayores preocupaciones?

Una pista está en ver que demanda el mundo actual. Examinemos, a vuelo de pájaro, que dicen las recientes cifras de exportaciones de Naciones Unidas.

Entre 2005 y 2019, las exportaciones de servicios crecieron a un ritmo anual del 6,3% frente al 4,3% de los bienes. Dentro de los primeros, sobresalen los Servicios Basados en Conocimiento (en la jerga, SBC, que abarcan las telecomunicaciones, software, entre otros), que se expandieron incluso a un ritmo superior, al crecer a una tasa del 8%.

Y hay más. Por sorpresivo que pueda parecer, la Argentina de hoy exporta más software que productos lácteos, al tiempo que los 2.000 millones de dólares generados por esta industria el año pasado representaron nada menos que la mitad de lo que produjeron las ventas externas de carne bovina, un clásico de nuestro comercio con otros países.

Los expertos coinciden en que las transformaciones tecnológicas de las últimas décadas y el afianzamiento de las llamadas Cadenas Globales y Regionales de Valor, donde el valor agregado se genera por porciones a lo largo de todo el globo terráqueo y no en una única localización específica, acentuaron esta situación, que vino para quedarse.

Como su propio nombre lo indica, lo que distingue a los SBC es, precisamente, su uso intensivo del conocimiento, por lo que se requieren niveles de calificación laboral superlativos.

Y es ahí donde está la oportunidad para una ciudad donde no faltan recursos humanos calificados, un privilegio de una ciudad universitaria, con casas de altos estudios de excelencia y profesionales de altísimo nivel.

Por eso, orientarse decidida y conjuntamente hacia un sector que tiene por techo el mercado mundial el lugar del nacional es una estrategia que puede aportar muchísimo para dejar atrás el estancamiento de nuestra ciudad. Porque, aunque no lo veamos, el sol siempre está.