Adecuar las ciclovías, parte de un proyecto de alta complejidad

Redacción de La Nueva.

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Las ciclovías siguen creciendo en la ciudad, ganando calles y barrios, en un plan impulsado hace años desde la comuna buscando generar espacios seguros para los ciclistas al tiempo de alentar ese medio de transporte.

Si bien en su momento el proyecto fue puesto a consideración de la Facultad Regional Bahía Blanca de la Universidad Tecnológica Nacional, con el tiempo la propuesta original se ha ido modificando, tanto en su traza como en sus formas.

No se trata de una intervención simple de implementar. No alcanza, claramente, con demarcar una franja del pavimento y colocar bastones amarillos, sino que a nivel urbano significa una compleja decisión que, resuelta de manera inadecuada, está llamada a complicar aún más el tráfico vehicular.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), muchos ciclistas evitar usarlas porque la gente no termina de acostumbrarse a su presencia, las cruzan sin prestar atención y los ciclistas deben tener más cuidado que antes de que existieran.

En nuestra ciudad se escuchan quejas de vecinos, conductores y de los propios ciclistas por algunos de los recorridos. Hace unos días la comuna accedió a modificar la ciclovía creada en calle Balboa, reduciendo su ancho a pesar de estar, según indicaron, “sus medidas eran correctas".

“No asumimos posiciones intransigentes”, se mencionó desde la Dirección de movilidad urbana, en el sentido de estar abiertos a corregir o modificar recorridos.

Las ciclovías conforman una importante contribución para los ciclistas. Pero es claro que existen puntos a corregir. Hay giros de esquina muy peligrosos, no se colocaron semáforos, el doble sentido de circulación genera riesgos.

Por eso cada recorrido exige controles posteriores que analice su funcionamiento. El objetivo es plausible. Es sano reconocer que una vez puesto en marcha admite ajustes y adecuaciones.