Bahía Blanca | Viernes, 25 de julio

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Caso Cuchán: "A Robledo Puch no lo dejaron salir por el peligro potencial"

El psiquiatra y neurólogo Enrique De Rosa Alabaster analizó este tipo de conductas y la relación entre victimario y víctima.

Fotos: Archivo LN.

Causó conmoción la denuncia que vinculó en los últimos días a Pablo Víctor Cuchan con un nuevo caso de violencia de género en perjuicio de una bahiense.

La situación disparó diferentes posturas y debates alrededor del acusado.

Una de ellas fue la señalada por la abogada Viviana Lozano, quien representa a la familia de Luciana Moretti, la adolescente asesinada en 2004, por cuyo crimen Cuchán cumplió una condena a 17 años de prisión.

La letrada fue crítica con el tratamiento que se brinda a los detenidos por estos hechos dentro del ámbito carcelario y consideró que el poder político debe trabajar para garantizar la protección de los ciudadanos una vez que este tipo de personas dejan el penal.

"Se debería poder tomar alguna medida en particular para que los psicópatas no queden librados a su suerte, porque el peligro es para el resto de la sociedad. La ley tendría que darle otra oportunidad a la sociedad para su seguridad", mencionó Lozano.

Sobre el tema, La Nueva. consultó al reconocido psiquiatra y neurólogo Enrique De Rosa Alabaster.

“Tenemos que preguntar si una persona así realmente está en condiciones de ser liberada y no generar un conflicto en la sociedad. Un conflicto que no es menor, porque no estamos hablando de que estacionó mal un auto o estafó, sino un crimen que demuestra un nivel de peligrosidad y sadismo extremo”, manifestó el profesional.

“No son solamente las leyes, sino que hay que reformar todo el sistema, al menos para ciertos tipos de crímenes”, agregó.

Por otra parte, De Rosa Alabaster sostuvo que “la clave es el seguimiento hasta el último día”.

Más adelante se refirió al abordaje terapéutico de estos individuos y realizó un paralelismo con los tratamientos médicos.

“Puede haber uno que sea más o menos eficaz, pero hay que hacerlo igual”.

Evaluaciones absurdas

Consideró además que esta clase de detenidos “no reciben ningún tipo de tratamiento” en el ámbito carcelario.

“Las evaluaciones son absurdas. Se señala, por ejemplo, que el detenido demostró un buen comportamiento en la unidad”.

“Se evalúan cosas que no lo llevaron a eso. Si se evalúa a un estafador por si se peleó con otros internos, no lo va a hacer y va a querer ser perfecto. Estos sujetos van a ser perfectos, porque conocen las reglas del juego”, continuó.

Agregó que “si fuera un sujeto con un mínimo de introspección no permanecería en Bahía Blanca, sino que quizás estaría en otro lugar”.

De Rosa Alabaster apuntó que al no recibir un tratamiento específico, se refuerza en estas personas “una estructura de personalidad en la cual, de alguna manera, lo que intentaron de su vida, mal o bien, funcionó”.

“El sistema no solo no hizo nada, sino que hizo para que sintieran que era apto para ellos”.

De la misma forma, indicó que “a (Carlos) Robledo Puch no lo dejaron salir cumplida la pena por el peligro potencial, por todo lo demás lo dejan egresar de la cárcel. Un Robledo Puch de 70 años tiene infinitas menos posibilidades, habiendo cometido los crímenes a los 19, que un Cuchán saliendo a los 43”.

No obstante, hay que aclarar que, desde el punto de vista legal, los casos no se asemejan porque el múltiple homicida recibió una pena de prisión perpetua y Cuchán fue condenado a 17 años de prisión, sanción que ya cumplió.

Las dos patas

El psiquiatra y neurólogo avanzó además sobre el análisis de las relaciones entre un victimario y su víctima.

“La criminología es la relación entre ambos. Cuando uno toma una de las patas no entiende la otra. Un extremo es él, donde se habla de sujetos que son muy hábiles descubriendo las debilidades de las víctimas, tienen un encanto superficial y una seducción que usan como arma”, explicó.

“Es una especie de vendedor, que seduce al cliente y que sabe que dice cosas que por ahí no son ciertas, pero todo en servicio de algo”.

“En el otro lado hay una persona que cree, que quiere creerle (al victimario) y tiene una serie de fragilidades que estos sujetos bucean”, finalizó.

Su versión de los hechos

Indagatoria. La fiscal Marina Lara, a cargo de la UFIJ Nº 14, brindó detalles de la declaración de Pablo Víctor Cuchán. “Dijo que él quería despegarse de esa relación y que esta mujer insistía en seguir en pareja. En virtud de ello han tenido discusiones, pero negó haber lesionado a esta señora", señaló la representante del Ministerio Público.

Situación. "Sí da cuenta de que tenían una relación de noviazgo desde hace unos 8 meses. Palabras más, palabras menos, dijo que él la dejó y que ella le manifestó que lo iba a denunciar”, agregó Lara.

Pruebas. La fiscal mencionó que en la causa declaró un vecino y que “se constataron las lesiones que ella dijo haber padecido por fotografías , además de que la revisó un médico de policía”.

Calificación. Según describió Lara, el sujeto está imputado por dos hechos de lesiones leves agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género y un hecho de amenazas.