Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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Volvió a funcionar el tradicional puente entre Patagones y Viedma

La reapertura se produjo el último miércoles. Debió cerrarse al tránsito debido a deficiencias en la estructura.

Fotos: Agencia Carmen de Patagones y Archivo

En los últimos días, y después de casi un mes de obras y paciente espera, el histórico Puente Ferrocarretero de procedencia alemana, que une las ciudades de Carmen de Patagones, en la provincia de Buenos Aires, y Viedma, en Río Negro, fue reabierto nuevamente al tránsito.

El cierre se había producido a mediados de enero, luego de que se observara la rotura de la calzada del lado de Viedma. En ese lugar se había producido un hueco en el asfalto, lo que representaba un problema y un peligro para los vehículos que por allí transitaban.

Según se había aclarado en forma oficial, se había dado una suerte de fractura entre los durmientes que contenían un talud de tierra, que era de relleno calcáreo y que, al fracturarse un tabique que lo contenía, terminó desgranándose el talud y se generó una avalancha. Por ello, había que volver a consolidar el relleno en todo ese sector.

De cualquier modo, las autoridades ya habían aclaro que no existía ningún tipo de riesgo para la infraestructura. Previamente, ya se habían llevado a cabo varios reclamos a las distintas dependencias de la dirección de Vialidad Nacional, pidiendo que se realizaran estudios para determinar si se encontraba en condiciones.

Además, se había explicado que el problema se había generado en un lugar muy puntual, justamente en el sector en que termina el talud y comienzan las vías del puente.

Al respecto, también se había aclarado que no existía forma de haberlo visualizado, ya que desde la parte de abajo se encontraban los durmientes y en la superficie la losa: recién cuando se fracturó uno de esos durmientes se socavó el sector.

"Era imposible  haberlo detectado antes", se había explicado.

Ante esta situación, ambas comunas deteminaron que lo mejor que se podía hacer era cerrar el paso vehicular en la estructura y comenzar a llevar a cabo trabajos de refacción, que en este caso estuvieron a cargo de la comuna viedmense ya que el problema se había dado de aquella margen del río Negro.

En el mientras tanto, el constante flujo de tránsito que se da entre ambas ciudades debió desviarse obligatoriamente por el denominado Puente Nuevo, ubicado aguas arriba, a unos 3,5 kilómetros en línea recta.

A partir de esto, se llevó a cabo una reparación en el terraplén que une el territorio y la calzada superior del puente.

Además, durante ese tiempo, se había llevado a cabo una contención de hormigón, por lo cual debió esperarse un tiempo de fraguado, luego el tiempo de relleno y posterior recupero de la calzada en un tramo del acceso desde Viedma.

En un principio se había anunciado la recuperación del tránsito para el mes de marzo, pero mediante la realización de tareas nocturnas, se pudo avanzar más de la cuenta con los trabajos y desde el último miércoles, ambas ciudades volvieron a estar conectadas a través del denominado Puente Viejo.

El estado de la estructura no es fundamental solo por lo que significa para ambas ciudades hermanadas por el río Negro, sino por el rol preponderante que tendrá la estructura para la futura puesta en funcionamiento del servicio de cargas -y también, se espera, de pasajeros- del tren Patagónico justamente entre la capital rionegrina y Bahía Blanca.

 

Una vieja estructura que hermana a dos ciudades


El Puente Ferrocarretero o viejo, que enlaza a Viedma y Carmen de Patagones, cruza el río Negro siguiendo el trazado de la antigua ruta Nacional 3.

Fue construido con el fin de ayudar y mejorar el desarrollo de la vida económica y social de viedmenses y maragatos.

Su construcción abarató los costos en el transporte de hacienda, mercaderías y automóviles hasta entonces movilizados por balsas desde el puerto de Patagones hasta el amarradero de la población de Viedma. 

Además agilizó la actividad comercial. Asimismo, como no debía interrumpir el paso de los vapores se previó un tramo basculante. 

También contribuyó a integrar la provincia de Río Negro con el resto del país.

Cuatro años de obra

 

En 1927, Ferrocarriles del Estado comenzó los trabajos de construcción de los dos estribos y tres pilares que sostendrían al puente de unión entre ambas márgenes, la de Buenos Aires, al norte y la del Territorio del Río Negro, al sur.

Recién a fines de septiembre de 1931 quedó empalmada en el puente la vía del sur con la del norte. Este hecho representó la unión de la Patagonia y la provincia de Buenos Aires.

El 17 de diciembre de aquel año oficialmente quedó inaugurado el cruce con un tren que realizaba el servicio de la línea del Estado, procedente de San Carlos de Bariloche.

La estructura tiene 7 metros de ancho y pesa unas 2.500 toneladas. Consta de cuatro tramos, uno de los cuales es basculante y que permitió, hasta la década de 1940, el paso de barcos que llegaban al puerto de Patagones.