Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

La ciudad crece y se expande: ya tiene cerca de 200 barrios

“Y cada vez que partí llevé conmigo la imagen de mí barrio, que fui mostrando y dejando en las ciudades del mundo. Fuí así un viajero que viajaba con su barrio a cuestas”. (Benito Quinquela Martín).

Fotos: Pablo Presti y Emmanuel Briane-La Nueva.
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Audionota: Mariano Muñoz (LU2)

Dos singularidades, entre otras varias, tiene Bahía Blanca en materia urbana. 

Por un lado, es una de las ciudades con menor densidad poblacional (cantidad de habitantes por km2) como consecuencia de su crecimiento en extensión, ocupando tierras en la periferia y dejando varios vacíos urbanos. 

Por otro, la importante cantidad de barrios con los que cuenta y que cada año aumenta su número.

De por sí es complejo establecer con precisión cuántos barrios existen. 

Pero algo es cierto: su cantidad es llamativa en relación a la trama urbana y sobre todo por lo sucedido en las últimas décadas, en que no han dejado de aparecer nuevos grupos habitacionales, muchos de ellos bautizados por sus desarrolladores, otros por decisión de sus propios habitantes o de las entidades o planes que les dieron origen.

Así como Buenos Aires supo ser la ciudad de los cien barrios (de acuerdo al popular vals de Carlos Petit) y Bahía Blanca la ciudad de los siete puertos (según el poema de Berta Lejarraga), hoy sería incierto definirla con un mote a partir de sus barrios, villas, complejos ó planes habitacionales.

La estadística oficial del municipio da cuenta de la existencia de 147 barrios, de los cuales 97 tienen carácter “oficial”, es decir que están registrados catastralmente, establecidos sus límites y, eventualmente, cuentan con sociedad de fomento. 

El resto son considerados “no oficiales”, más allá de en algunos casos tener límites precisos, incluso pesar de estar dentro de barrios oficiales, es decir son barrios dentro de otros barrios.

Pero cuando se analiza este listado, se nota su falta de actualización, con lo cual agregando algunos barrios creados en las últimas décadas, la cuenta supera los 200 y continúa en aumento.

Incluso esa nómina sigue criterios que dejan afuera a barrios como Comahue, Cooperativa del Polo, Cáritas, La Piedad, Los Teritos, San Carlos, Sevilla, SUTIAGA, Prefectura, Vemec y Loma Paraguaya, entre otros, que ya tienen su reconocimiento social y su historia vecinal.

Las formas

Los barrios oficiales son fijados por ordenanza municipal y en los papeles cuentan con una sociedad de fomento legalmente constituida.

Desde Catastro explicaron que para constituir un barrio no se requiere una superficie o extensión mínima. Los hay de pocas manzanas y hasta de unas pocas cuadras, los hay de gran superficie  y otros que son una parte de barrios preexistentes. 

También están las “sagas”, que marcan con números romanos distintas etapas de su construcción en el tiempo.

Están los formados a partir la entidad que los impulsó -por caso SMATA, SUTIAGA, Petroquímicos, Taxistas, UOM, UPCN, SOSBA-, los bautizados por sus promotores inmobiliarios (Palos Verdes, San Ignacio, Los Chañares, La Huella, Las Cañitas) o los que llevan nombres históricos (Bella Vista, La Falda, Noroeste, San Martín, Napostá, Universitario).

El alma inquieta

Desde 2009, una ordenanza permite el Registro de Nombres barriales, por el cual cualquier habitante, “sea vecino o desarrollador”, propone uno para su barrio, dando a conocer sus fundamentos.

La municipalidad tiene relevadas 104 sociedades de fomento y establecida la cantidad de habitantes por barrio. Los oficiales más poblados -de acuerdo a ese estudio que espera una actualización- son: Universitario (12.825 habitantes); Pacífico (10.586); Noroeste (9.683); Pampa Central (8.543) y Villa Delfina (4.847). Los de menor población, por otro lado, son San Agustín (406); General Arias (472); Rivadavia (552); Villa Gloria (744) y Los Horneros (779).

El barrio más antiguo -sin considerar el centro y el macrocentro que no tienen esa categoría- es Noroeste, cuyo nacimiento se relaciona con la habilitación del ferrocarril Bahía Blanca al Noroeste, en 1891. Sin embargo, Ingeniero White tiene fecha fundacional 1885, año en que se inauguró el muelle de hierro de la empresa británica del Ferrocarril del Sud, aunque puede asumirse que desde tiempo antes contaba con una población estable.

Una particularidad de los barrios “no oficiales” es que no necesariamente son los más nuevos. Es el caso -entre otros- de Prensa, Villa Loreto, Villa Aeropuerto, Juan Lopes, Altos del Palihue, Bosque Alto, Solares Norte, Rucci y Spurr. Claro que ninguno despierta tanta curiosidad en ese listado como Villa Mitre, que carece en los papeles de límites oficiales.

Resulta también novedosa la cantidad de “barrios parque” surgidos en los últimos tiempos, que se suman a los pioneros Palihue y Patagonia. Es el caso de San Ignacio, Las Acacias, Los Teritos, Las Cañitas y Los Altapacos, entre otros.

Están también los menos conocidos, como Equitación, Martín Fierro, El Sol, Novaterra y Las magnolias. 

Entre los más recientes se cuenta el barrio Adornado, delimitado por calles Florida, Uruguay, Guido Spano y Leónidas Lucero, que tomó en 2018 el nombre original que tuvo el actual parque de Mayo, concebido en 1906 como un barrio Parque.

Por último, hay barrios que figuran en antiguos planos y guías pero que ya no existen, sea porque nunca se consolidaron o porque modificaron sus nombres. Es el caso del barrio Mondongo (luego San Martín), Villa Cordiviola, Villa Balneario, Villa Antonio Pronsato o Villa Pacífico.

Palihue (Chico)

A mediados del siglo pasado comenzó poblarse con precarias casillas los márgenes del arroyo Napostá, a la altura de calle Belgrano, formando uno de los primeros “asentamientos informales” locales, según se los menciona hoy, una “Villa Miseria”, según el lenguaje de la época. Llamado por sus habitantes con el nombre de 17 de agosto, la gente lo bautizó “Palihue Chico”, en referencia al vecino barrio parque formado a pocos metros.

Cada lluvia en la zona serrana derivaba en el desborde del arroyo y la inundación de estas viviendas. 

Cuando en 1978 comenzó el entubado del Napostá, se decidió poner punto final a esa urbanización con la primera erradicación en su tipo realizada por la provincia, mudando a sus habitantes  a nuevas casas levantadas en Villa Harding Green.

En septiembre de 1999 esas tierras desocupadas salieron a remate y fueron adquiridas por la municipalidad, con el objetivo de generar un paseo como enlace entre los parques de Mayo e Independencia. En el lugar funciona hoy el parque Vicente Boronat.

Un barrio del corazón

La semana última la municipalidad citó a vecinos del sector delimitado por calles 14 de De Julio, Fragata Sarmiento, Parera y Guillermo Rawson para que se manifestaran en un registro de oposición, sobre la propuesta de denominar a ese espacio con el nombre de “Barrio Parque René Favaloro”, en memoria de ese destacado profesional de la medicina. 

Para su aprobación se necesita que quienes se opongan no representen más del 40% del total de habitantes.

Cuestión de identidad

No alcanza definir ciertos límites para asumir que un barrio está conformado.

Porque su esencia radica en otro lado, excede a su geografía. Tiene que ver con un carácter, con una identidad que lo distingue de otros, con habitantes que tienen un sentido de comunidad y pertenencia que se consolida a partir de su historia o tradición.