Bahía Blanca | Lunes, 20 de mayo

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Un vecino bahiense recreó en escala el castillo medieval de Grancouvry

Guillermo Corsiglia, abogado de profesión y maquetista de vocación, revive la historia de Ricardo Corazón de León en una maravillosa obra realizada en forma artesanal en su propia casa del barrio Universitario. Le demandó 3 años de labor.

“El hombre medieval vivía en un mundo poblado de significados, sobresentidos, manifestaciones de Dios, en una naturaleza que hablaba sin cesar un lenguaje heráldico, en la que un león no era solo un león, una nuez no era solo una nuez, un hipogrifo era tan real como un león”. Umberto Eco.

El castillo de Grancouvry está próximo a caer. A pesar de su condición de fortaleza, de sus gruesos muros y de su equipamiento defensivo, pronto quedará desarmado y cuidadosamente embalado.

La obra, que maravilla y conmueve, es el resultado de tres años de trabajo de Guillermo Corsiglia, abogado de profesión y maquetista de vocación, que ha dado forma a esta verdadera obra de arte, recreando en su hogar esta ciudadela medieval en una maqueta en escala 1:72, la cual se luce en su vivienda del barrio Universitario.

La obra recrea el castillo que aparece en el libro Robin de los Bosques, de Anie y Michael Politzer, inspirada en la historia de Ricardo Corazón de León, Rey de Inglaterra, quien fue capturado por Leopoldo V, duque de Austria, en el marco de la III Cruzada, y encerrado en un castillo de Normandía, en Francia, hasta su liberación tras el pago de un fabuloso rescate, en febrero de 1194.

“Mi afición por las maquetas viene desde chico, cuando a mis 13 años adquirí la primera para armar. Es una tarea sencilla si uno es paciente y sigue las instrucciones y planos. Después es un proceso de auto formación y hoy en la web hay muchísimos tutoriales que permiten mejorar muchísimo la técnica”, explica Corsiglia.

Vehículos, aviones, capillas, casas, buques, estaciones ferroviarias y naves espaciales fueron algunas de las varias temáticas que fueron tomando vida a través de sus manos.

En el caso del castillo, el trabajo tomó otra dimensión, por su complejidad, por la cantidad de detalles y porque cada componente cuenta las costumbres, el modo de vida y las prácticas propias de la sociedad de la edad media.

“Siempre he sido aficionado a la historia, es algo que me fascina, en particular la relacionada con la época medieval. Leo mucho, para saber las razones por los cuales se construyeron determinados edificios. Este castillo es un reflejo muy aproximado de cómo se vivía en ese tiempo y cada uno de sus componentes tiene su explicación y justificación”, detalla.

La maqueta fue construida utilizando fibrofácil –tablas formadas con fibras de madera unidas por un adhesivo especial—y madera reciclada, que Corsiglia fue consiguiendo poco a poco hasta completar el trabajo.

A vuelo

“Un buen rey debe servir a su Dios. Y un buen vasallo, a su rey. La lealtad es la mayor virtud, no lo olvides nunca”. Frases del medioevo

La obra aparece organizada en dos grandes sectores, el primero, relacionado con la gran puerta de acceso al castillo, donde se ubicaba la mesnada, como se denominaba a los hombres armados que estaban a las órdenes del rey, noble o señor. Allí se pueden ver la capilla, las viviendas, los galpones de los herreros y otras dependencias. Separado por un imponente muro se ubica la segunda área, el sitio donde habitaba el noble y los altos funcionarios, un sector más protegido de posibles ataques.

El perímetro del castillo contiene las torres donde se ubica el armamento, las catapultas –debidamente recreadas e incluso con el movimiento propio de esas armas—, las grandes ollas con las cuales se volcaba agua hirviendo sobre los atacantes y decenas de detalles adicionales.

Algunas partes de la maqueta son desmontables –por caso los techos y algunos muros--, para permitir ver cada espacio interior, totalmente equipados, con sillas, camas, candelabros y hasta la cuna de un bebé. Ventanas que se abren, un aljibe, un jardín con flores y varias escaleras forman parte de ese mundo en miniatura.

Familia

“Los libros me enseñaron a pensar y el pensamiento me hizo libre”. Ricardo Corazón de León

Jubilado en su profesión, Corsiglia dispone ahora de más tiempo para dedicarse esta pasión, aunque sin dejar de lado otras actividades diarias, que incluyen disfrutar de sus hijos y nietos.

“Para este castillo conté con la invalorable paciencia y el apoyo de mi mujer, que generosamente me dio todo el tiempo que dediqué al armado. Pero además se interesaba en mis explicaciones sobres las costumbres medievales. También mis hijos opinaban y sugerían a la hora del ensamblado y del pintado. Todos aportaron su granito de arena”, detalla.

Si bien no tiene definido cual será el próximo trabajo, temas e ideas no le faltan.

“Esta es una época difícil para la compra de maquetas comerciales, porque la mayoría son importadas y los precios son muy elevados. Pero igual se pueden hacer cosas muy interesantes aprovechando el material que se obtiene del día a día en casa y aprovechando materiales de desecho”.

Pero si algo adicional tiene el maquetismo para Corsiglia, eso es su poder relajante. Desde siempre ha sido una ocupación que le permitía distraerse de sus preocupaciones laborales y muchas veces encontrar el equilibrio emocional necesario y la respuesta a algunos problemas.

“Es un hobby relajante y entretenido, que me permite descansar la cabeza del stress y no necesito recurrir a analgésicos, relajantes o antiácidos, generando además un buen humor. Pero además es algo que algo en mi casa, sin demasiados desplazamientos, ideal para los adultos”, finaliza.

Terminado el trabajo –“igual siempre algún detalle queda por hacer”—Corsiglia lo disfruta algunos días, ubicado sobre una mesa en el living de su casa, y luego llega el momento de liberar el lugar. Para eso procede a desarmarlo. Quedará embalado en 15 módulos, debidamente guardado.

El castillo normando de Grancouvry replegará así sus banderas feudales, levantará su puente levadizo y guardará su magia y misterio, componentes con los que marcó una singular época de la historia, plagada de caballeros y armaduras, monasterios románicos y catedrales góticas, la leyenda del Rey Arturo y su espada mágica, las andanzas de Robin Hood y hasta el prodigioso mago Merlín.    

Textual

--“Para mí trabajar haciendo una maqueta es algo por demás placentero. Cuando venía del trabajo con alguna preocupación o tenía que resolver alguna cuestión, esta tarea que me ayudaba a encontrar tranquilidad y me servía para resolver algunos temas”.

--“Cada día es distinto cuando se trabaja en esto. Hay momentos para cada cosa. Algunas veces uno se atasca en el armado, otras horas son adecuados para ocuparse de los detalles. Finalmente se llega a la parte final, el momento de terminar la obra, de elegir los colores adecuados, de darle el realismo necesario”.

--“Una maqueta como la del castillo –ocupa 1,40 por 0,90— la puedo tener unos días sobre la mesa. Después la desarmo y la guardo. Ojalá se pudiera mostrar en algún lugar, es algo realmente interesante para compartir; no dejo de considerarlo”.