Llegan las garitas de tránsito
Hasta mediados de los 60 se las pudo ver en el centro bahiense.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 87 años, en octubre de 1936, fueron inauguradas las dos primeras garitas destinadas a dar más comodidad y protección a los agentes de tránsito en el centro.
Desde principios de siglo hubo que disponer agentes en las principales esquinas céntricas ante la anarquía existente en el tránsito vehicular, con lo cual fue personal de la policía el encargado de, varita en mano y parados en el cruce, ordenar esa circulación. Por eso la llegada de estas garitas, donadas por la firma de cigarrillos Imparciales, significó un avance en materia de seguridad para los agentes y también de comodidad ante la inclemencia del clima.
Estas primeras garitas se ubicaron en Alsina y San Martín y en O'Higgins y Chiclana. La habilitación tuvo su acto oficial, con la presencia del comisario de la primera, Fermín Bustingorri, el inspector Municipal, señor De Lucca, y el representante de Imparciales, señor Ferreyra.
"Esta innovación agrega al aspecto urbano una nueva nota y los agentes se encuentran con comodidades que antes no tenían, particularmente ahora que se aproxima la estación de los calores", indicó este diario.
Habilitado su funcionamiento, el oficial se ubicó dentro del habitáculo cilíndrico, protegido con un techito circular, y extendió sus brazos dando las primeras indicaciones a los conductores. Minutos después, debió echar del lugar a los curiosos que se apiñaban a su alrededor, dificultándole el trabajo. "De esta forma, el tráfico se irá organizando de acuerdo con la importancia de la ciudad", se dijo entonces.
Las garitas fueron parte de la geografía urbana hasta mediados de los 60, luego de que en 1961 se instalara el primer semáforo, en la esquina de O’Higgins y Brown, y el denominado “tricolor luminoso” se encargara de hacer menos riesgosos los cruces.