Monte Hermoso recibió a su reina de las aguas heladas con autobomba, capa y corona
El balneario reconoció la proeza de Daiana Farrer luego de que la nadadora de aguas abiertas y heladas cumpliera con su desafío de cruzar los 7 Lagos patagónicos en malla y en invierno. Aplicó al récord Guinness. "Sigo cayendo. En el sur dejé un montón de mochilas y salí con regalos y otro entendimiento", dijo.

Audionota: Romina Farías
Anahí González Pau/ [email protected]
"Me hicieron una recibida re linda en Monte Hermoso. Me esperaron con una autobomba y me sacaron a pasear por el pueblo con un viento sur digno del frío. ¡A mí que me encanta!", dijo Daiana Farrer.
Así reconocieron en el balneario a la nadadora de aguas abiertas y heladas en su regreso tras haber cumplido con el desafío de cruzar los 7 lagos del sur argentino en malla y en invierno, convirtiéndose en la primera persona en lograrlo.
"Sigo cayendo. Solo caigo o tomo noción de la dimensión del desafío cuando veo lo que se genera alrededor. Me van a ir cayendo mas fichas con el correr de los días", dijo la deportista luego de superar una vez más sus límites, como había previsto.
El equipo de Daiana, siempre presente.
Daiana reconoció a La Nueva, que es tan exigente consigo misma que todavía, a veces, se hace algunos cuestionamientos sin tomar real dimensión de su hazaña deportiva.
"Tengo tan naturalizadas algunas cosas que nunca me es suficiente y estoy en una delgada linea entre darme cuenta de lo que hice o normalizar una situación fantástica que no tiene precedente", expresó.
Aseguró que la experiencia fue tremenda y que el mayor desgaste o consumo de energía se dio en circunstancias externas al agua, sobre todo en los permisos. Ella empezó en febrero a reunir la documentación necesaria para Prefectura y Parques Nacionales así como a entregar notas para abrir los expedientes.
"Físicamente me sentí muy bien y mentalmente muy fuerte. La convivencia es complicada, es un equipo muy heterogéneo. Mi objetivo era llegar bien descansada a cada cruce. Cuando me tiraba al agua estaba en la mía", comentó.
En la recta final: en el sexto lago.
Cuanto más frío estaba el lago, mejor se sentía. Enfrentó el Villarino y el Machónico a 5ºC.
"Al entrar al agua me sentí mas cómoda que en el Nahuel Huapi que estaba a 8ºC. Era un alegría ver que mi cuerpo se adaptaba mejor a las temperaturas más bajas. Fue una reafirmación de por dónde es el camino", reflexionó.
Daiana nadó mas de 4 mil metros y se quedó con ganas de más porque debió acortar algunos de los tramos previstos.
"El agua fue lo que más disfruté y aproveché. Hago un laburo muy interesante con meditaciones y con yoga, tengo a mis couches a nivel emocional y eso me permitió estar fuerte y ocuparme de lo que me tenía que ocupar. Que los cruces se pudieran hacer", dijo.
La nadadora aplicó para los Récord Guinness pero aún no obtuvo respuesta.
"El Guinness es una consecuencia. No planteé cruzar los 7 Lagos para romper un récord. Para mí la experiencia en sí misma es maravillosa", destacó.
Las mayores dificultades y obstáculos fueron cuestiones no vinculadas a su rendimiento
"En el caso del Nahuel Huapi, tenía que nadar un viernes y hasta el jueves no tenía la confirmación de si lo iba a poder hacer porque la bajada para entrar al lago estaba cubierta por un metro y medio de nieve y no permitía el ingreso de las lanchas", contó.
Fue entonces que una residencia privada puso a disposición suya unas máquinas para abrir una camino y tener acceso al lago, que era el más importante.
"Eso fue desgastante porque no podés hacer nada contra el clima. Pero aún en medio de la dificultad, hablaba con mucha gente y todo se iba despejando.Cuando nadé el Huapi sentí que hacer los 7 lagos era posible", manifestó,
La deportista aseguró que, recién entonces, comprendió lo que había logrado el año anterior: atravesar más de 2 km y medio por el Lacar con un viento helado, sin traje de neoprene.
"Lo que me llevo es un montón. Cada lago fue especial. Me queda la emoción de haberlo hecho, de no haberme dado por vencida, de haber hecho cada cruce con todos los condimentos y el agradecimiento de que cada quien hizo su parte y dio lo mejor que tenía y me acompañaron", confió.
Confió que se siente un poco del sur y que la hicieron sentir muy cómoda, más allá de ciertas miradas iniciales de desconfianza.
"A medida que te van conociendo y que ven lo que hacés se van relajando. Me trataron como si fuera del lugar y me sentí muy bien recibida por todos", apreció.
En sus días de descanso, entre cruce y cruce, en realidad no descansaba demasiado porque debía generar las condiciones para afrontar el siguiente lago.
"Si bien el cronograma era flexible yo debía avisar a Prefectura, Parques Nacionales y Bomberos con 24 horas de anticipación", comentó.
Prefectura exige personal médico en las embarcaciones pero la mayoría no se quería embarcar.
"Hablé con más de 25 médicos. Tirarme al agua era la gloria y me consumía mucha energía llegar a cada lago. Cuando podía tirarme y cruzarlo era decir 'Si llegaste al agua, lo podés cruzar'", dijo.
En el Lacar, el último lago del desafío, se complicó el cruce porque desde Prefectura les pedían sí o sí una ambulancia, algo que no había pasado anteriormente, porque contaban con la unidad de rescate de Bomberos, mejor equipada que cualquier ambulancia.
"Una ambulancia me salía 47 mil pesos por media hora. Por eso 24 horas antes aun no sabía si iba a poder hacer el cruce", dijo.
Finalmente, los planetas se alinearon y lo logró. Misión cumplida para quien se ganó varios apodos en la región y el país: Frozen o la chica de los sueños helados.
La extensión de los lagos que se encuentran entre Villa la Angostura y San Martín de los Andes: Lago Nahuel Huapi, 924 metros, Lago Espejo Grande, 706 metros; Lago Villarino, 620 metros; Lago Falkner, 630 metros; Lago Hermoso, 830 metros; Lago Machónico, 800 metros y Lago Lácar, 923 metros.