Falleció el arquitecto y urbanista Luis Caporossi, uno de los profesionales más destacados que tuvo Bahía Blanca

Redacción de La Nueva.

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Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   A los 80 años de edad, en plena actividad en su profesión de arquitecto y urbanista, falleció esta madrugada Elio Luis Caporossi, un referente de la arquitectura local y un apasionado por su ciudad.

   Proyectista, investigador, urbanista y docente, el Fondo Nacional de las Artes le otorgó el premio a la Trayectoria en Arquitectura 2020, una distinción que lo llenó de satisfacción y que disfrutó no por vanidad sino como reconocimiento a un trabajo de décadas donde abarcó todas las ramas de su formación.

   En marzo del año pasado el Concejo Deliberante lo nombró “Personalidad destacada de la ciudad”, atendiendo a los méritos de su trayectoria como profesional, docente, investigador y escritor.

   Además de su amplio legado en obras, Caporossi fue un destacado docente, trasmitiendo con pasión sus ideas y propuestas en las aulas de la Facultad Regional Bahía Blanca de la UTN.

   Fue asesor de la municipalidad local en varias oportunidades, sobre todo en temas urbanos, siendo el parque de Mayo uno de los espacios donde más intervino, favoreciendo su peatonalización, buscando darle un uso y un destino que en gran medido había perdido en el tiempo.

   No es simple definir a un profesional de las características de Caporossi, que durante toda su vida abarcó tantas facetas, pero sin dudas su pensamiento crítico hacia la ciudad, su constante estudio de las mejoras que favorecieran su crecimiento y su mejor funcionamiento han sido una de sus banderas principales.

   Su tradicional casona de avenida Alem 444 ha entornado hoy sus puertas. La ciudad ha perdido a uno de sus grandes hombres.

Una charla

   Tuve oportunidad de hablar con Caporossi el lunes último, hace dos días. Le mandé un mensaje con una consulta sobre el parque de Mayo. Me devolvió el mensaje con una llamada. Hablamos cerca de 40 minutos. Como siempre que el tema era ese paseo su entusiasmo crecía. Recordaba a su papá, el ingeniero Luis Caporossi, que siendo secretario de obras públicas en la década del 40 había sido parte de la idea del diseño del portal y de la colocación de los bancos de la avenida Alem, buscando potenciar esa calle como lugar de encuentro. Tenía la voz un poco tomada, con carraspera, pero de poco importaba a la hora de hablar de urbanismo o de arquitectura. Estaba en su casa-estudio, dibujando –una de sus pasiones--, pensando obras, entusiasmado, apasionado. “La seguimos en otro momento”, dijimos al momento de cortar. Esa pasión, ese conocimiento, esa voluntad de compartir ideas, de hablar de la ciudad, de discutir y sumar ideas es parte de un legado de altísimo valor.