Héroes anónimos les dan vida a las rutas solidarias argentinas
Un grupo de 65 camioneros, entre ellos varios bahienses, junta donaciones, compran, llevan, traen y colaboran con diversos pedidos de ayuda que provienen desde los puntos más distantes del país.
Laura Gregorietti
Damián Valado tiene 44 años y pasó la mitad de su vida arriba de un camión.
"Mi papá, mi hermano mayor y mi tío son camioneros y parece que la profesión es hereditaria en mi familia. Si me habrán cambiado los pañales arriba de estos camiones", recuerda entre risas.
Chofer profesional de cargas peligrosas, Damián se casó a los 24 años y se fue a trabajar a Europa.
"Diez años después volvimos a Argentina con muchas vivencias y dos hijas españolas. Hice varias cosas allá pero como marca la historia familiar, terminé trabajando en un transporte también".
Damián Valado
En su vuelta al país, Damián comenzó a trabajar en varios transportes.
"De a poco comencé a conocer a todos los colegas que transitaban las rutas del país, y con el tiempo formamos como una gran familia. Fue así que armamos un chat de WhatsApp -hoy un grupo de 65 personas, entre ellos una mujer, Georgina Kemel con una valiosa participación- con el objetivo de matar un poco el aburrimiento, la nostalgia y la soledad tantos días en el camión. Originalmente era un grupo para mandar chistes, para avisar qué rutas estaban cortadas, si había niebla y donde compartíamos cosas de fútbol, política y de todo un poco. Hasta que un compañero de Médanos, Martín Grazioli, junto con Jorgito Mansilla, se enteraron del caso de una nena de la zona de Bahía que tenía que ser operada y lo comentamos con los colegas y dado que los padres nos tenían dinero ni obra social, hicimos una colecta en donde se juntaron 700 mil pesos. Se hizo viral, traspasó los límites del WhatsApp, fue una alegría muy grande poder ayudar".
Desde ese día el grupo de "Colegas pasó a llamarse "Rutas Solidarias".
Georgina, Damián, Martín Almirón, Martín Grazioli, Raúl Torres y Jorge Mansilla. con casco.
"Luego, con algunos más creamos un subgrupo para organizarnos con los pedidos porque se nos estaba yendo de las manos la cantidad de gente que nos llamaba para solicitarnos algo y de esta manera planificamos cómo ayudar. Empezamos a enterarnos de algunos casos por el Facebook donde nos pedían una mano. Lo hablábamos entre nosotros y el primer paso siempre fue llamar a la familia afectada, como en el caso de dos niños bahienses, uno de ellos que necesitaba una leche muy costosa", recuerda.
En la mayoría de los casos referidos a problemas de salud, Damián cuenta que se les da a los padres una ayuda económica para solventar gastos de remedios o viajes.
"Luego tratamos de tirarles buena onda, hablar y rezar con ellos, aunque no seamos psicólogos, brindamos un momento de escucha que a veces necesitan porque están muy agobiados".
Meses atrás fue el papá de unas mellizas de Ingeniero White quien los contactó para ver si podían ser el nexo para conseguir un tubo de oxígeno para una de las nenas que nació con graves complicaciones y se encontraban en vías de realizar una internación domiciliaria para poder sacar a la nena del hospital.
"Conseguimos el tubo en la Plata, lo buscamos estaba roto, le cambiamos algunas partes y le conseguimos los insumos. Hay personas que necesitan cosas que por ahí no son de difusión nacional o como para hacer una mega colecta, por lo que nadie se entera. Por eso tratamos de estar ahí, de cubrir esas cosas para gente que para muchos es invisible".
Los chalecos para los niños que van al colegio de una isla, en canoa.
Jorge, uno de los creadores del grupo, llegó hace poco hasta Corrientes en su vehículo particular, con donaciones para dos colegios que incluían 30 chalecos para una de las instituciones que estaba en una isla y los chicos cruzaban en una peligrosa canoa.
"El último viaje lo hizo también Jorge, hacia un geriátrico de Posadas. Estuvimos un par de meses juntando donaciones y dinero entre todos para los gastos. Mucha gente nos conoce y sabe que hacemos lo que podemos, pero a veces no es plata lo que se necesita, es solo burocracia y ahí no podemos hacer mucho".
Cuando el objetivo es juntar dinero para alguna causa, todos aportan, hasta la familia de cada uno. Y también en algunos casos se comparte por redes, por si alguno más se suma a la causa solidaria.
"En el caso de una mujer de Santa Fe, madre de un hijo discapacitado, que hacía viandas para vivir y sufrió la explosión de su cocina lo hicimos entre nosotros. Le compramos una nueva entre todos, pero no lo pusimos en Facebook porque lamentablemente, no podemos hacer eso siempre ya que el dinero sale de nosotros que somos laburantes también. Pero si no podemos entre nosotros, le buscamos la vuelta para algo poder hacer algo".
Los medios de comunicación también colaboran en la resolución de los casos que toma "Rutas Solidarias".
La cocina nueva que se fue para Santa Fe.
"El caso de Roma, una nena de Bahía que necesitaba una sillita de ruedas, se solucionó gracias al diario, pero nos llegaron 2 sillas más que restauramos y luego pudimos donar a otros casos que las necesitaban. Somos varios integrantes en el grupo por eso coordinamos para el que ande más cerca lleve las donaciones y que la gente se comprometa también a hacer su parte porque muchas veces nos han dejado esperando para retirar las cosas. Y lo que no se puede hacer en ruta mientras trabajamos, se hace en los días francos y después compartimos los gastos con el grupo".
La realidad marca que todos los meses las entradas monetarias no son las mismas y no siempre se puede colaborar de una con todo lo que se presenta.
"Pero a veces no es solo plata, sino las conexiones entre la gente lo que se necesita, los eslabones para completar la cadena solidaria. Siempre se pone dinero, pero sabemos que somos laburantes y que con un poco de todo hacemos el bien a gente que le hace falta. A veces hay gente que necesita que hablemos por ellos, por eso tenemos una abogada que nos ayuda a asesorar a la gente que no sabe desenvolverse por ejemplo con trámites o problemas con las obras sociales, en caso de que la tengan y les nieguen algo".
En el grupo, que ahora se encuentra armando una fiesta sorpresa para el Día del Niño, hay camiones de combustible, cisternas, con equipos de frío, tanque de gas, químicos o cereales. La distribución de las donaciones, entonces, se hace en virtud de las rutas que tenga cada uno.
"Es un placer estar en este grupo porque todos somos un eslabón importante de esta cadena solidaria y nos sentimos como parte de una familia que es feliz ayudando", concluyó.