Suena la alarma: se desarmó Centro Naval y crisis de Primera en Palihue y Universitario
Un repaso a la situación delicada que atraviesa el rugby de tres instituciones bahienses. Testimonios. Las alternativas.
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Por Ricardo Sbrana - rsbrana@lanueva.com
(Nota de la edición impresa)
No todos los fracasos del deporte en estos últimos dos años se le pueden achacar a la pandemia. Es cierto que frenó crecimientos, derrumbó proyectos y paralizó al deporte de base, en un estancamiento que dejó a miles de clubes modestos en situación delicada. Pero en ciertos casos el parate por el COVID-19 fue el último eslabón en una cadena de problemas estructurales.
Centro Naval, Palihue y Universitario son tres ejemplos de clubes de rugby con arrastre de crisis previa que la pandemia agudizó. Este año, uno desapareció como club de rugby y otro no pudo presentar plantel superior ni juveniles. El tercero estuvo a punto de retirar su Primera en 2021.
En ellos el problema reside sólo en el ámbito del rugby, no en otras áreas o disciplinas que mantienen su armonía y desarrollo habitual.
Después de 5 años
Centro Naval es la filial bahiense del club del mismo nombre en Buenos Aires. En 2016 un grupo de marinos asignados a la Base Naval de Puerto Belgrano pero con residencia fuera del complejo militar, buscó una alternativa de rugby externa a las locales -Puerto Belgrano RC y Punta Alta RC- para evitar sumar más viajes a los habituales por la función laboral.
La misma razón que, en diciembre de 2003, hizo que un grupo de cabos de la Base Aeronaval Comandante Espora fundara Espora Rugby Club. Lamentablemente el equipo compitió en mayores de manera oficial durante 2004 y se desarmó.
Centro Naval llegó a reunir 32 jugadores en plantel superior (entre ellos Alejandro Tagliapietra, submarinista fallecido en la tragedia del ARA San Juan) al comenzar a jugar el torneo de Ascenso de la URS.
Persistió por el empuje de sus jugadores mayores, el trabajo de unos pocos dirigentes y el apoyo incondicional de las familias para sostener las formativas y al equipo principal. Pero dejó en evidencia un problema estructural de pirámide de desarrollo invertida: en esos cinco años de vigencia en la URS nunca formó juveniles.
Este año desapareció como club de rugby. Lo único que persiste es la cancha con las haches en el barrio de Villa Belgrano. Y el deseo de sus autoridades de volver a jugar en el futuro.
El plantel superior se desarticuló por los pases o traslados habituales en el ámbito castrense. El año pasado tuvieron dificultades para juntar titulares y suplentes.
"El parate por la pandemia nos dejó sin jugadores que ya eran grandes, que por ese motivo se fueron del club. Lo que más nos afectó fue que nuestro equipo tenía un gran porcentaje de militares. Los traslados del año pasado por razones del servicio, nos dejaron diezmados. Arrancamos el año y tratamos de llegar a formar un equipo pero no lo conseguimos", dijo Sebastián Villagra, uno de los jugadores de Centro. No superaron los 20 fichajes y en marzo, ya con el calendario de la URS organizado, el club tomó la decisión de retirarse.
Del plantel de Primera la mayor parte -10 jugadores- emigró a Los Bagres (Villa Mitre) y en menor medida a Puerto Belgrano y Argentino. Se verá en próximos días si los que reforzaron a la Primera del club tricolor van a jugar como locales en la cancha de Centro Naval. Es una idea. En cuanto a los 10/12 chicos de las infantiles, también fueron recibidos por Villa Mitre.
Momento inédito en Palihue
En Palihue la situación con el rugby masculino es delicada aunque están en marcha algunas ideas para revertir el presente.
En la rama femenina se mantiene vigencia plena en juveniles y en Primera desde hace años, con títulos en el torneo local y el año pasado en el reducido del Regional Pampeano, por ejemplo.
Pero en varones Palihue no contó esta temporada con personal suficiente en primera división ni en juveniles para encarar la agenda de XV de la URS.
No obstante la semana pasada la unión local organizó una competencia con sistema de sedes (modalidad reducido) para el Verde y para otros clubes que cuentan con pocos jugadores.
Palihue se creó como club de rugby en 1963 y si bien su vigencia deportiva fue por etapas, la pasión de sus deportistas y dirigentes sostuvo la propuesta a lo largo del tiempo.
En los últimos 15 años una serie de crisis dirigenciales sumado a intermitencias en el semillero, carencia de entrenadores y la falta de incentivos deportivos para jugadores juveniles/mayores, redujeron los fichajes notablemente.
"En plantel superior se presentará en un torneo Desarrollo para que no desaparezca esa categoría. Entre la pandemia y el hecho de no haber tenido juveniles durante muchos años, hicieron que el plantel masculino esté hoy muy complicado en números. Pero en juveniles crecimos en la pandemia. Contamos con 25/30 chicos de distintas edades que van a participar de un torneo al estilo del plantel superior. Creemos que el panorama es positivo. Y en infantiles es una categoría en desarrollo. Hay número como para participar de los encuentros", explicó Federico Fioravanti, quien encabeza el proyecto de desarrollo del rugby de Palihue.
Universitario vuelve a empezar
El rugby de primera división de Universitario tocó fondo en 2021. Las crisis internas de arrastre más resultados deportivos negativos, tiraron abajo la confianza del grupo. Se llegó a un punto en que se tomó la medida drástica de retirar la Primera de la competencia, algo que finalmente no ocurrió.
El caso de las Pirañas es diferente al de Centro Naval y Palihue porque el problema no radicó en la base. El año pasado los mejores números estuvieron en juveniles, con fichaje de 94 jugadores para las distintas categorías. Además en las infantiles se contabilizaron 140 chicos.
Este año tomó intervención la comisión directiva de la institución. Su primera medida fue desarmar la subcomisión de rugby que venía desde los últimos seis años. Se nombró a un grupo de trabajo que ratificó a Horacio Ocampo DT y lo designó referente del juego. El rugby, dicen, hoy está más cerca de la CD y viceversa.
"El club está decidido a participar más activamente del rugby. Están tratando de mejorar. El plantel superior y de Intermedia sumó gente. Estamos complicados en la franja de 16/17 años. Venimos de una crisis económica y de compromiso importantes. A los chicos les cuesta comprometerse. Por eso la tarea principal de los entrenadores es trabajar en ello. Lograr convencimiento y luchar por algo, porque pareciera que todo es una carga. Y cuando lo sienten así, se van. Tanto chicos como grandes. El secreto es disfrutar el proceso. Disfrutar el esforzarse para lograr algo. Como club queremos resurgir. Y sabemos que es un trabajo que llevará unos años”, analizó Horacio Ocampo.
¿Qué dice la unión local?
¿Es posible controlar la "natalidad" de clubes o equipos de rugby en la ciudad?
Martín Azpiroz, presidente saliente de la Unión de Rugby del Sur, expresó la postura de la unión local frente a la problemática de los clubes que se quedan sin división superior o inferiores.
“No le podemos impedir a ningún club jugar al rugby, siempre que cumpla con los requisitos formales. Si cualquier club de la ciudad quiere hacer rugby, hay que fichar a los jugadores y acreditar la idoneidad de los mismos en este deporte para su seguridad. No pondremos trabas, pero sí un programa de desarrollo. No es una real pérdida que un equipo de mayores deje de jugar. Sus integrantes, por ejemplo, pueden ayudar el día de mañana como entrenadores. Algo le dejan al rugby. Pero el esfuerzo tiene que estar abajo, en las infantiles y juveniles”, afirmó.
“Le daremos competencia a cualquiera que la solicite. Pero es prioritario trabajar con la base y su desarrollo. Lo cual no es sencillo porque hablamos de que un club para tener las cuatro juveniles necesita 25 chicos por categoría y otros 50 de Primera e Intermedia", agregó el directivo, recientemente nombrado vocal suplente en la UAR.